París se prepara para combatir el calor extremo

París, la ciudad del amor, es un sueño para los turistas. Pero en los calurosos días de verano, puede ser asfixiante. El asfalto y el hormigón hacen de la capital francesa un radiador enorme. Por eso, la municipalidad invierte decenas de millones de euros en enfriar la ciudad. 

Muchas plazas ya han sido reforestadas, como la plaza de la Nación al este de París. En el sur, la Plaza de Cataluña se transforma en un bosque urbano. Sus árboles pueden enfriar la atmósfera en varios grados. También se están plantando zonas verdes en los patios de las escuelas y en sus calles anexas. 

El Sena también se convirtió en un remedio para refrescar la ciudad. Sus aguas se conectaron a 700 edificios públicos a través de tuberías subterráneas. Lo llaman Fraîcheur de Paris: frescor de París.

"Este sistema bombea agua helada. El agua se enfría en unas unidades de refrigeración, que en el proceso se calientan. Este calor se disipa en el Sena. Entonces el agua corre por un circuito secundario, un sistema de climatización que consume solo la mitad de electricidad que una unidad convencional de aire acondicionado", señala Raphaelle Nayral, General Secretary Fraîcheur de Paris.

La energía procede de fuentes renovables. Esta red ya se extiende por 90 kilómetros de tuberías, y la compañía espera triplicarla en las próximas dos décadas. Fraicheur de Paris ya está refrigerando el aire de lugares como el Museo del Luvre o el ayuntamiento. Pero este sistema de refrigeración tiene un alcance limitado, según nos explica esta experta en adaptación climática urbana. 

La ciudad de París también está instalando techumbres para proporcionar sombra. Según sus promotores, las medidas cobrarán aún más importancia en el futuro, cuando París tendrá que lidiar con temperaturas de más de 50 grados celsius.