El tifón Doksuri azota el sureste de China
Después de dejar varios muertos y desaparecidos en Filipinas, el tifón Doksuri lleva lluvias
El tifón Doksuri azotó este viernes el sureste de China con lluvias torrenciales y fuertes vientos, después de que la tormenta dejó varios muertos y desaparecidos en Filipinas.
Se registraron vientos de hasta 175 kilómetros por hora cuando la tormenta alcanzó la costa de la provincia de Fujian hacia las 10H00 locales (02H00 GMT), según la cadena estatal china CCTV.
El observatorio meteorológico nacional estableció este viernes la "alerta roja" ante el temor al peligro potencial para los habitantes y a que provoque la destrucción de viviendas y otras infraestructuras.
La agencia estatal de noticias Xinhua informó que "más de 416,000 personas en Fujian habían sido evacuadas a lugares seguros".
Escuelas, fábricas y comercios están cerrados, precisó la agencia.
En Xiamen, una importante ciudad portuaria del sureste, en el estrecho de Taiwán, el fuerte temporal arrancó el tejado de una estación de autobuses, y derribó algunos árboles.
En algunos lugares se produjeron inundaciones que interrumpieron el tráfico de vehículos.
Según imágenes compartidas en las redes sociales, ráfagas de viento barren barrios residenciales en las afueras de Quanzhou.
El tifón golpeó el miércoles Filipinas, donde el balance de muertes aumentó a 13 y 21 desaparecidos, dijo el viernes la agencia nacional de desastres del país.
Doksuri continuará su trayectoria más al norte el sábado y disminuirá aún más en intensidad, según los servicios meteorológicos.
Xinhua informó que los vendavales afectarán "regiones costeras de Taiwán, Fujian, Zhejiang y Guangdong", entre otras regiones, hasta la mañana del sábado.
La crisis de Haití se agudiza con ataque al barrio de los ricos
La reforma fiscal pudo poner en jaque la exoneración de vehículos a legisladores
La reforma laboral busca priorizar a los dominicanos en puestos de trabajo
Califican de “traición a la patria” el robo de municiones en la Policía
El orden comienza a sentirse en la puerta fronteriza de Dajabón