Los 20,000 asientos del icónico Madison Square Garden se convierten en "territorio Trump"
El Madison Square Garden fue escenario de un multitudinario mitin de Donald Trump, quien, rodeado de seguidores y figuras políticas, repitió temas recurrentes de su campaña
El icónico Madison Square Garden, en el corazón de Nueva York, se convirtió este domingo en "territorio Trump", al acoger a casi 20,000 simpatizantes que abarrotaron el estadio y que hicieron colas de varias horas para escuchar a su líder antes de las elecciones del 5 de noviembre.
Aunque Trump proclamó hoy en el mitin que cuenta con un apoyo "increíble" de "afroamericanos, hispanos, judíos, musulmanes y mormones", lo cierto en que en el mitin de Nueva York la mayoría abrumadora era la clase blanca que siempre ha tenido las riendas del poder en la ciudad.
El mitin duró casi seis horas, y hubo hasta treinta oradores que intervinieron antes de Trump y que dieron el tono de lo que se ha convertido una de las campañas políticas más divisivas de la historia en el país. La enorme cantidad de horas pasadas en la calle o el estadio no hizo que amainara el ánimo de los asistentes.
La supuesta "invasión" migratoria fue evocada una y otra vez por los oradores, así como la inflación desatada -pese a que se ha reducido mucho en el último año-, la defensa a ultranza de Israel y la batalla cultural en la que supuestamente Trump defiende los valores de la religión -un amigo suyo de la infancia traía un crucifijo que agitó una y otra vez desde el estrado- frente a unos demócratas que se dedican a "adoctrinar a los niños" en las escuelas.
Estos oradores -empresarios, artistas, políticos, familiares de Trump, hombres blancos también en su mayoría- se dedicaron a alabar a la persona de Trump como "el hacedor del skyline de la ciudad" -en alusión a sus años de empresario inmobiliario- y como "un hombre normal" enfrentado a unas supuestas élites que dictan lo que debe ser la corrección política.
Lara Trump, la directora de campaña de su suegro, lo expresó así: "Recordad -dijo al público- que al presidente lo elegimos 'Nosotros el pueblo', y no los medios de comunicación convencionales ni las élites de Hollywood", en alusión a los actores o directores que han dado su apoyo a Kamala Harris.
O Stephen Miller, consejero de Trump, quien dijo que "el sistema ha tratado de juzgar a Trump, encarcelarlo, y finalmente asesinarlo", sin lograrlo, mientras que el aspirante a vicepresidente, J.D.Vance, resaltaba que Trump "abandonó una vida fácil (la que tenía como empresario exitoso) para salvar a su país".
Trump, arropado por toda su familia
Antes de aparecer Trump en escena, sus hijos Donald Jr. y Eric también subieron a la palestra, así como su esposa Melania, de la que siempre se señala su desapego por la política. En el mitin de hoy, se limitó a leer un discurso insulso en un teleprompter, pero su presencia era lo que contaban en la ocasión para disipar rumores sobre desavenencias conyugales.
Al salir Trump por fin a escena, pudo observar los miles de cabezas que se lucían el gorro rojo con el lema Make America Great Again o MAGA (Devolver la grandeza a América), un movimiento informal que está suplantando al propio Partido Republicano hasta el punto de que el partido como tal fue solo mencionado hoy en una ocasión, mientras que el lema "MAGA" fue repetido sin cesar por todos los oradores.
Trump no se salió del guion y repitió las ideas que viene desgranando de manera caótica en todos sus mítines, empezando por la invasión migratoria -"Somos un país ocupado, pero esto pronto se va a acabar"- y la inseguridad, de la que culpó principalmente a la banda venezolana del Tren de Aragua y a la centroamericana MS-13.
La inflación, la pérdida de empleos, la profusión de guerras en el exterior por la inacción estadounidense, la salida deshonrosa de Afganistán o las limitaciones a la prospección petrolerapor la "estafa de la agenda verde" protagonizaron como siempre el centro del discurso de Trump, sobre quien un letrero gigante decía "Trump lo va a arreglar".
El expresidente dedicó varios dardos a su contrincante Kamala Harris, no solo por su supuesta ineficacia, sino que la acusó falsamente de ser "la creadora original del movimiento de 'Defund the Police' (quita fondos a la policía)" y de tener la intención de "confiscar vuestras armas", lo que mereció una de las pitadas de la noche.
Y terminó alardeando de que a él lo apoyan la Guardia Fronteriza, los bomberos, la policía y los sherifs del país, sin precisar cómo medía ese apoyo.
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