Mujer de origen dominicano se convierte en candidata a la presidencia de EE.UU.
Claudia de la Cruz y su compañera de fórmula, Karina García, buscan una reorganización total de la economía estadounidense
"Únete a nosotros en la construcción de un movimiento socialista. Acabaremos con el gobierno de los multimillonarios de una vez por todas", es el eslogan de campaña de Claudia de la Cruz y Karina García, dos mujeres latinas que el próximo 5 de noviembre buscan liderar el primer gobierno socialista de los Estados Unidos.
El programa de gobierno de De la Cruz, una mujer nacida en El Bronx de padres dominicanos, incluye apropiarse de las 100 principales corporaciones estadounidenses (incluidas Amazon y Tesla), eliminar agencias federales como el FBI, la CIA y la Reserva Federal, tomar el control sobre los militares y abolir el Senado y la Corte Suprema.
"Acabemos con el capitalismo antes de que acabe con nosotros", es el lema que da la bienvenida a la página web del Partido Socialismo y Liberación (PSL), que en las elecciones presidenciales del 2020 obtuvo unos 85,000 votos, un poco más que Kanye West.
La fórmula no establece un plan de como logrará llevar a cabo esto, pero salvo un milagro, no tendrán la oportunidad de conseguirlo. Sin embargo, la dominicana es optimista sobre este momento en la política estadounidense.
De la Cruz y García pertenecen a un puñado de candidaturas alternativas, cuyo objetivo más que obtener una victoria improbable, es llamar la atención sobre agendas específicas y exponer ideas políticas diferentes a las presentadas por los candidatos de los dos principales partidos estadounidenses.
"La única forma en que históricamente hemos podido transformar algo en la sociedad es a través de la lucha, a través del movimiento", dijo De la Cruz en un entrevista con The Guardian.
De acuerdo con el medio estadounidense, lo más cerca que Estados Unidos ha estado de una ola izquierda fue en 2016 cuando Bernie Sanders, el senador independiente de Vermont y autodenominado socialista democrático, se postuló para presidente. Lo que empujó la elección de "el Escuadrón", el nombre dado a un grupo de congresistas de tendencia izquierdista, incluida Alexandria Ocasio-Cortez.
Pero De la Cruz asegura que la actuación de la Administración de Biden ante el conflicto en Gaza y la ofensiva de Israel tras el ataque de Hamás, que ella y su compañera de boleta condenan, ha provocado el rechazo de los izquierdistas.
"Así que definitivamente hemos visto un repunte que tiene que ver con la incapacidad del Partido Demócrata para cumplir con sus promesas", dijo la candidata presidencial.
Tras apoderarse de las 100 corporaciones, lo que equivaldría a que el gobierno obtuviera billones de dólares en ingresos y "serviría como base para una reorganización total de la economía", según explica el partido socialista, la hipotética Administración De La Cruz-García se enfocaría en proporcionar atención médica gratuita y vivienda a los ciudadanos, así como mejorar la educación y ofrecer cuidado infantil gratuito.
"Incluso con solo los 100 primeros, imagínate lo que podríamos hacer", dice De la Cruz, definida como "una madre, educadora popular y teóloga nacida en el sur del Bronx que ha pasado su vida organizando por la justicia para los trabajadores en su país y para poner fin al imperio estadounidense en el extranjero".
También trabajarían para poner fin al problema del encarcelamiento masivo en los Estados Unidos. Sin embargo, la falta de soluciones tangibles y los cambios de tema al ser cuestionadas sobre puntos específicos, genera suspicacia sobre el proyecto electoral de estas dos mujeres de 44 y 38 años, además de que enfrentan una batalla cuesta arriba, advierte The Guardian en la entrevista publicada en enero pasado.
A pesar de que el partido socialista ha aumentado su porcentaje de votos en cada una de las últimas cuatro elecciones presidenciales, el número sigue siendo minúsculo y el acceso a las boletas electorales es un problema igual de importante.
En Estados Unidos, aparecer en un boleta significa que los candidatos deben presentar una lista de miles de firmas de apoyo, lo que requiere tiempo y dinero. En el caso de Robert F. Kennedy, que también dirige una campaña independiente para presidente, solo para aparecer en la boleta electoral de 10 estados hubo un compromiso de gastar 15 millones de dólares. Fondos que el partido socialista no dispone, según The Guardian, que señaló que los fondos de la campaña de De la Cruz tenía 11,900 dólares en efectivo a finales de septiembre.
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