Migrantes se apresuran a cruzar la frontera de EE.UU. antes de que expire el Título 42

Otros migrantes se asentaron en albergues en México, determinados a conseguir una cita para presentar su solicitud de asilo

Agentes de la Patrulla Fronteriza hablan con mujeres migrantes antes de llevarlas a una vagoneta mientras esperan a solicitar asilo entre dos muros fronterizos, el jueves 11 de mayo de 2023, en San Diego. (AP)

Un gran número de migrantes cruzaron la frontera sur de Estados Unidos el jueves con la esperanza de ingresar al país antes de que se levanten las restricciones al asilo relacionadas con la pandemia, un cambio que amenaza con colocar una presión sin precedentes en el golpeado sistema migratorio del país.

El inminente final de las reglas conocidas como Título 42 desató temor entre los migrantes de que el cambio les hará más difícil quedarse en Estados Unidos.

Con el fin de la medida programado para la medianoche, la desinformación y la confusión se apoderaron de los migrantes mientras deambulaban cerca de la frontera en el río Bravo (o Grande), a menudo sin la certeza de a dónde ir o qué hacer.

En Matamoros, limítrofe con Brownsville, Texas, grupos de migrantes — algunos de ellos cargando niños pequeños — vadeaban las débiles corrientes del río y avanzaban entre los arbustos para llegar a una frontera reforzada con alambre de púas. Otros migrantes se asentaron en albergues de distintos puntos del norte de México, determinados a conseguir una cita para presentar su solicitud de asilo, aunque podría tomarles meses programarla.

Muchos migrantes estaban muy al tanto de los inminentes cambios en las políticas implementadas para poner fin a los cruces ilegales y alentar a los solicitantes de asilo a presentar solicitudes en línea y sopesar destinos alternativos, como Canadá y España.

“No sé qué va a pasar mañana, si van a extender esto o no”, dijo Jhoan Daniel Barrios, un expolicía militar venezolano mientras caminaba de un lado al otro en Ciudad Juárez, que colinda con El Paso, Texas, junto a dos amigos, buscando la oportunidad de pedir asilo en Estados Unidos.

“Es que ya no tenemos plata, no tenemos comida, no tenemos dónde quedarnos, el cártel se la pasa persiguiéndonos”, añadió Barrios, cuya esposa está bajo custodia de las autoridades estadounidenses. ”¿Qué vamos a hacer? ¿Esperar a que nos maten?”

La semana pasada, Barrios y sus amigos entraron en Estados Unidos y fueron expulsados. No tenían muchas esperanzas de obtener un resultado distinto el jueves.

Del lado estadounidense del río, muchos se entregaban de inmediato a las autoridades y esperaban ser puestos en libertad en lo que sus casos avanzan en las copadas cortes migratorias, lo cual suele tomar varios años.

De momento se desconoce cuántos migrantes se movilizaron o cuánto duraría la oleada. Pero hacia la tarde del jueves el flujo parecía desacelerarse en ciertos lugares. Sin embargo, está por verse si el número de cruces aumentará nuevamente luego de que las restricciones expiren.

Un funcionario federal estadounidense reportó que los encuentros diarios alcanzaron los 10,000 el martes, casi el doble que el nivel de marzo y apenas por debajo de los 11,000 que las autoridades han dicho que es el límite máximo que prevén una vez que se levante el Título 42.

Había más de 27,000 personas bajo custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus iniciales en inglés), indicó el funcionario.

“Nuestros autobuses están llenos. Nuestros aviones están llenos”, dijo Pedro Cardenas, un comisionado municipal de Brownsville, Texas, limítrofe con Matamoros, México, mientras los recién llegados se dirigían a distintos puntos de Estados Unidos.

El gobierno del presidente Joe Biden ha estado revelando medidas con las que se reemplazará el llamado Título 42, un programa que desde marzo de 2020 permitía a los agentes fronterizos enviar rápidamente de regreso a los solicitantes de asilo hacia el otro lado de la frontera con el argumento de evitar la propagación del COVID-19.

Las nuevas medidas restringen los cruces ilegales al tiempo que establecen vías legales para los migrantes que presenten solicitudes por internet, consigan un patrocinador y se sometan a revisiones de antecedentes. En caso de tener éxito, las reformas podrían alterar por completo la manera en que los migrantes llegan a la frontera sur de Estados Unidos.

Pero tomará tiempo antes de que los resultados se perciban. Biden ha reconocido que la frontera será un caos durante algún tiempo. Los grupos defensores de los inmigrantes han amenazado con emprender acciones judiciales. Y los migrantes que huyen de la pobreza, las pandillas y la persecución en sus países de origen siguen desesperados por llegar a territorio estadounidense a cualquier precio.

Muchos migrantes tenían conocimiento de los inminentes cambios en la medida y buscaban el jueves una oportunidad para entregarse a las autoridades federales de inmigración antes del plazo de las 23:59, hora del este de Estados Unidos.

Aunque el Título 42 evitó que muchos migrantes solicitaran asilo, no tenía ninguna consecuencia legal, lo que alentaba los intentos reiterados de ingreso. Después del jueves, los migrantes que crucen de manera ilegal enfrentan la posibilidad de que se les prohíba entrar al país hasta por cinco años, así como posibles cargos penales.

Las instalaciones de detención a lo largo de la frontera estaban muy por encima de su capacidad, y a los agentes de la Patrulla Fronteriza se les indicó que debían empezar a dejar en libertad a ciertos migrantes con instrucciones para presentarse en alguna oficina federal de inmigración en un plazo no mayor a 60 días, según un funcionario federal que habló con The Associated Press bajo condición de anonimato al no estar autorizado a tocar el tema de manera pública.

A los agentes se les pidió que comenzaran con las liberaciones en todas las zonas en donde los centros de detención estuvieran al 125% de su capacidad o en donde el tiempo en custodia rebasara las 60 horas. Además, se puede dar inicio a las liberaciones si se detiene a 7,000 migrantes en un solo día a lo largo de toda la frontera.

Pero a última hora del jueves, un juez federal aprobó una solicitud del estado de Florida para bloquear temporalmente las liberaciones, que el estado argumentó que eran materialmente idénticas a otra política del gobierno federal que fue anulada anteriormente en un tribunal federal.

El gobierno había argumentado en el nuevo caso que bloquear las liberaciones restringiría la capacidad del gobierno para gestionar la frontera en un momento en el que se espera un fuerte aumento de las llegadas que podría desbordar las instalaciones fronterizas.

El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, ya había advertido de un mayor hacinamiento en las instalaciones de la Patrulla Fronteriza.

“No puedo enfatizar lo suficiente la presión sobre nuestro personal y nuestras instalaciones, pero sabemos cómo lidiar con esa presión”, dijo el jueves a la prensa.

Añadió que la gran mayoría de los migrantes serán colocados en procedimientos de “expulsión rápida” si no son elegibles para quedarse en el país.

Mientras los migrantes se apresuraban a llegar a territorio estadounidense antes del vencimiento de las medidas, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador señaló que los traficantes transmitían un mensaje distinto. Aseguró que ha habido un incremento en el número de traficantes en la frontera sur de México que ofrecen llevar a los migrantes a Estados Unidos y les dicen que la frontera estaba abierta a partir del jueves.

El miércoles, el Departamento de Seguridad Nacional anunció una regla que hará sumamente difícil que cualquier persona que atraviese otro país, como México, o que no presente una solicitud por internet, sea elegible para obtener asilo. También anunció toques de queda con monitoreo GPS para las familias puestas en libertad en Estados Unidos antes de su evaluación inicial de asilo.

El gobierno señala que está acelerando la expulsión de migrantes considerados inelegibles para permanecer en Estados Unidos, como los casi 400 migrantes que fueron enviados en avión de regreso a Guatemala desde Estados Unidos el jueves.

Una de ellos era Sheidi Mazariegos, de 26 años, quien llegó a Guatemala el jueves con su hijo de 4 años, apenas ocho días después de que fueron detenidos cerca de Brownsville.

“Escuché en las noticias que había oportunidad de entrar, lo escuché en la radio, pero todo era mentira”, aseguró la guatemalteca, quien contó que traficantes la llevaron hasta Matamoros y la colocaron a ella y su hijo a bordo de una balsa. Ambos fueron detenidos por agentes de la Patrulla Fronteriza.

Mazariegos, quien dijo que migró debido a la pobreza y que esperaba reunirse con sus hermanas que viven en Estados Unidos, había dejado a su esposo enfermo y a otros dos hijos en Guatemala.

Al mismo tiempo, el gobierno ha presentado nuevas vías legales para entrar en Estados Unidos.

Hasta 30,000 personas procedentes de Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela pueden entrar cada mes si presentan una solicitud en línea, cuentan con un patrocinador financiero e ingresan vía aérea. Se están abriendo centros de procesamiento en Guatemala, Colombia y otros lugares. Cerca de 1.000 personas pueden entrar a diario por cruces terrestres desde México, siempre que consigan una cita mediante una app.

En albergues del norte de México, muchos migrantes eligieron no dirigirse a toda prisa a la frontera y esperaron a la fecha de llegada de sus citas de asilo, o mantenían la esperanza de conseguir una por internet.

En el albergue Ágape Misión Mundial, en Tijuana, cientos de migrantes pasaban el rato. Daisy Bucia, de 37 años, y su hija de 15, llegaron al albergue hace más de tres meses procedentes del estado de Michoacán, huyendo de amenazas de muerte, y tienen una cita para pedir asilo el sábado en California.

Bucia leyó en redes sociales que las restricciones de la era de la pandemia estaban llegando a su fin en la frontera entre Estados Unidos y México, pero prefirió cruzar con mayor certeza en una fecha posterior

Noticias y servicios que extienden el alcance global de la cobertura basada en hechos

    ##ctrlnotaampfooter##