Música de autor vs. música a granel: la dura batalla entre creatividad artística y producción masiva
Siguen ganando terreno las canciones producidas de manera masiva con un enfoque en la cantidad y no en la calidad artística
En la actualidad, la música se ha convertido en un producto masivo en el que la cantidad y la rapidez de consumo han prevalecido sobre la calidad artística y la innovación.
En este contexto, el término "música a granel" ha cobrado relevancia como una forma de describir aquellos géneros que se producen y distribuyen de manera industrial, siguiendo fórmulas comerciales estandarizadas y de bajo costo, sin profundizar en lo artístico.
La música urbana, particularmente el reguetón y el dembow, se ha erigido como el principal exponente de este fenómeno.
Música urbana: un género de producción rápida y barata
Para entender la magnitud de este fenómeno, basta con observar cómo se produce el reguetón en comparación con otros géneros más complejos, como la salsa o el merengue.
Los géneros tradicionales requieren de grandes inversiones, la contratación de músicos y una postproducción más depurada.
En cambio, en el reguetón, el proceso de producción es mucho más económico y accesible, pues gran parte de la música se hace utilizando beats preestablecidos, con un número reducido de recursos humanos y técnicos. Esta simplicidad, aunque funcional, ha sido duramente criticada.
El intérprete urbano puertorriqueño Arcángel, conocido por su impacto en el reguetón, no dudó en hacer una crítica contundente a su propio género. En una conversación con el locutor y comediante Jorge Pabón, Arcángel afirmó sin rodeos que el reguetón es uno de los géneros más pobres musicalmente hablando:
“Yo canto reguetón, uno de los géneros musicalmente más pobres que existe en la historia de la música. El reguetón se hace con un pianito. No es lo mismo que hacer esta música en la que necesitas meter todos los músicos a la cabina, hay que leer música. En el reguetón, si tú hablas disparates y te mueves bien, ya no tienes ni que hacer eso, si te vistes cabrón, tienes comida en el reguetón”.
Para Arcángel, el reguetón ha dejado de ser una forma de arte y se ha transformado en un fenómeno comercial. En su opinión, lo que antes era una expresión musical profunda ha degenerado en una fórmula vacía, donde la imagen y el marketing priman por encima de la habilidad musical.
La música de autor: un acto de rebeldía
En contraste con este panorama, los artistas que apuestan por el arte auténtico y la música de autor enfrentan un reto monumental.
En un mundo dominado por la música masiva y la comercialización de los géneros populares, hacer música con alma, con historias personales y sin ceder ante las presiones del mercado se ha vuelto, como bien lo describe el cantautor Pavel Núñez, un verdadero acto de rebeldía.
“El verdadero arte no es solo arte. Es contrapeso”, expresa Pavel, quien, en una entrevista con Diario Libre, reflexionó sobre cómo los artistas actuales deben mantenerse firmes en su esencia, incluso cuando las tendencias del mercado musical parecen empujar hacia la producción rápida y superficial.
Según él, crear música de autor en estos tiempos es como devolver la fe a un público que necesita de una alternativa positiva en un entorno saturado de lo que él considera "antivalores".
“En un mundo de valores también hay antivalores. Esto es equilibrio", subraya Núñez, quien se refiere a cómo la gente, en su elección de qué música consumir, está escogiendo entre corrientes muy distintas: una de consumo masivo y otra que representa la autenticidad artística.
La distinción entre arte y entretenimiento
Uno de los puntos clave en este debate es la distinción entre arte y entretenimiento. Mientras el entretenimiento se basa en la satisfacción rápida y superficial, el arte tiene un propósito más profundo y duradero.
Diego Jaar, otro de los artistas presentes en el espectáculo “Canten”, un espectáculo que celebra el oficio de hacer canciones, deja claro su punto de vista:
- “No todos los que graban un tema pueden ser considerados artistas. No son artistas. Son entretenedores. O sea, son gente que entretienen a través de lo que hacen. Y lamentablemente, algunos de ellos lo hacen con mucha vulgaridad”.
Jaar critica el hecho de que, en muchos casos, la vulgaridad y el morbo se han convertido en los principales motores de la popularidad, especialmente en la música urbana, donde el foco a menudo está más en lo superficial que en la calidad y el contenido de la canción.
Y no hay ejemplo más reciente que el provocado por la colaboración entre algunos de los artistas más populares del reguetón colombiano, Karol G, Feid, Maluma y J Balvin (junto a Ryan castro, Blessd, Dfzm Ovy On The Drums) y que ha generado una gran controversia con su canción "+57".El tema ha sido cuestionado por varios sectores debido a sus letras, que algunos consideran que hacen apología a la sexualización de menores.En concreto, la controversia comenzó cuando la revista Rolling Stone en Español publicó una reseña en la que alertaba sobre ciertos versos de la canción, especialmente por una de sus letras más controvertidas: "Mamacita desde los fourteen (14)".
La publicación relataba que el contenido de la canción podía interpretarse como una apología a la sexualización de menores, un tema sensible, especialmente en un contexto como el de Medellín, donde los índices de explotación sexual infantil son elevados.Tan solo Karol G y J Balvin han respondido públicamente, coincidiendo ambos en que, aunque la polémica por la letra de "+57" ha sido dolorosa, la unión de talentos colombianos en este proyecto es un mensaje poderoso sobre la colaboración y el trabajo en equipo.
Aunque la canción sigue siendo un éxito comercial, tanto Karol G como J Balvin han demostrado que, a pesar de las críticas, el respeto por el público y la responsabilidad en el mensaje siguen siendo fundamentales en su carrera.
Finalmente el tema ha sufrido una modificación, reemplazando fourteen (14) por eighteen (18) en la letra, según se escucha ya en Spotify y que se estará actualizando también en otras plataformas de audio y video.
Iniciativas como "Canten": oportunidades para el arte
Frente a esta situación, iniciativas como el concierto “Canten”, un espectáculo que reunió a artistas como Pavel Núñez, Diego Jaar, Daniel SantaCruz y Frank Ceara hace unos meses, surgen como una respuesta para ofrecer algo diferente al público.
De acuerdo con Frank Ceara, estos eventos representan una oportunidad para cambiar el rumbo y crear un espacio donde la música auténtica sea la protagonista.
“Se crean oportunidades. Si las marcas ven que están apoyando a los artistas, se crean oportunidades. Si el productor de afuera que está buscando un artista dominicano por un circuito ve que lo apoya, se crean oportunidades. Y eso es lo que estamos buscando”, afirma Ceara, quien ve en estos conciertos no solo un lugar para compartir música, sino también para construir un futuro artístico más sólido.
Este tipo de proyectos culturales también son importantes porque permiten que los artistas no solo se presenten, sino que también puedan colaborar entre sí y crear nuevas propuestas.
En palabras de Pavel, el objetivo es que iniciativas como “Canten” se repitan año tras año, formando una especie de cantera de talentos que fomente la creación artística genuina y, a la vez, abra nuevas oportunidades para los artistas que están comprometidos con la calidad.
Un futuro para el arte en la música
En conclusión, el panorama actual de la música está marcado por una tensión entre la producción masiva de contenido sin profundidad y la preservación del arte como una forma genuina de expresión.
Si bien los géneros más comerciales, como el reguetón, tienen una enorme audiencia y éxito económico, los artistas comprometidos con la autenticidad y la calidad artística siguen siendo una alternativa viable, aunque desafiante.
Iniciativas como el concierto "Canten", que apoya a los músicos de autor y promueve un espacio de reflexión, colaboración y creatividad, son fundamentales para contrarrestar la uniformidad de la música a granel y devolverle el valor al arte genuino.
A través de estos esfuerzos, los artistas pueden continuar ofreciendo a su público algo más que entretenimiento superficial: una experiencia artística auténtica que no solo entretiene, sino que también transforma y eleva a quienes la escuchan.
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