Cómo rehacer la vida sentimental después de enviudar
El 23 de junio es el Día Internacional de las Viudas, por lo que hemos consultado a la psicóloga Karem González para conocer si hay un tiempo específico que marque que ya se está lista para una nueva relación y si es posible volver a amar con la misma fuerza
Rehacer la vida sentimental tras enviudar no es tarea sencilla. De hecho, algunos expertos y estudios sostienen que la pérdida de un cónyuge solo es superada por el dolor de la muerte de un hijo.
En torno al tema surgen muchas preguntas: ¿cuándo se está listo para darse otra oportunidad en el amor? o ¿es posible amar a otra persona con la misma fuerza que a la pareja fallecida? Para conocer esas respuestas hemos consultado a la psicóloga Karem González, terapeuta individual y familiar, a propósito de que hoy, 23 de junio, es Día Internacional de las Viudas.
La directora de @lotuscentrointegral explica que con la pérdida de un esposo no solo se pierde un compañero sentimental, sino también gran parte del proyecto de vida, de la identidad, del sentido de vida e incluso de las rutinas y costumbres. Esto es lo que hace que la recuperación a este tipo de pérdida sea particularmente difícil.
Si bien es normal que tratemos de ponerle plazos al dolor y sus procesos, porque da la ilusión de control al dolor, ella aclara que no hay momentos ni tiempos específicos que marquen que ya se está listo para una nueva relación tras enviudar.
“Se habla de que el primer año de duelo suele ser el más impactante, ya que se recorren todas las fechas importantes en ausencia de esa persona”, sostiene. “Para algunos, dos años es el tiempo estimado de procesamiento normal de duelo y se estima que un 10 % aproximadamente nunca completa el duelo, reapareciendo la pena de vez en cuando”.
Hay factores que influyen en que un duelo sea más intenso que otro y que, por ende, requiera de mucho más tiempo para la recuperación. Entre esas variables se encuentran la intensidad de apego a la persona fallecida, el tipo de muerte, la cantidad de años que se duró como pareja, si hay hijos o proyectos en común y la personalidad del viudo.
Un indicador de que el proceso de duelo está sanando, señala la profesional de la conducta humana, es cuando se puede hablar de la persona fallecida sin dolor y se ha integrado de forma sana en los recuerdos y la cotidianidad.
¿Se vuelve a amar con la misma fuerza? En estadios iniciales del duelo ocurre una fase llamada negación, que se caracteriza por sentimientos intensos y profundos. En esta fase es normal hacer promesas y aferrarse al dolor como una forma de sentirse cerca de su ser querido, lo que lleva al doliente a pensar que nunca podrá rehacer su vida sentimental.
Sin embargo, González aclara que sí es posible volver a enamorarse, amar y ser feliz de nuevo luego del duelo.
Consejos para iniciar una nueva relación
A una persona que ha enviudado, lo primero que recomienda la profesional es darse la oportunidad de conocerse nuevamente, de sentirse cómodo ante la idea de la soltería e iniciar desde cero.
Un fenómeno psicológico común en esta población es sentirse aun casado, e intentar construir una nueva relación basándose en el pasado matrimonio o en encontrar al sustituto que más se parezca a la pareja anterior.
“Es por esta razón que es de suma importancia que el doliente se permita vivir cada etapa de su proceso de duelo, de validar sus emociones y su nueva realidad, para entonces darle paso realmente al amor en su vida”, recalca la experta. En estos casos, dice, sanar es lo que pasa cuando la persona se permite crecer desde la pérdida.
Los consejos puntuales que ofrece son encontrar y cultivar un sistema de apoyo, mantenerse activo y cuidar la salud, poner asuntos legales y financieros en orden y no tener miedo a hablar sobre su cónyuge y sus memorias.
Si hay hijos menores de edad con la persona fallecida, es importante que no sientan que su padre o madre está siendo sustituido y hacerlos conscientes de que darle espacio a una nueva figura no significa serle desleal a la memoria de su progenitor.
“Se deben cuidar siempre los tiempos de procesamiento de los hijos e ir sin prisa para introducirles a una nueva persona”, indica. “Se le debe facilitar a estos poder hablar de su progenitor y contar historias, para sentirse escuchados y validados, puede ayudar si la nueva pareja se integra desde el interés y la preocupación de forma genuina”.
En el caso de hijos adultos, sugiere abordar el tema con respeto, dejar que conozcan a la nueva pareja antes de llegar a vivir todos juntos y compartir espacios. Si se trata de adultos varones, es necesario darles espacios de autoridad, cuestión de que no lleguen a sentir que se les impone una nueva figura de autoridad. “La nueva pareja debe adaptarse a las dinámicas de familia, y no al revés”, concluye González.
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