Vampiro emocional: ¿cómo identificarlo?
Un vampiro emocional es un individuo que, de forma consciente o inconsciente, causa un desgaste emocional en las personas que lo rodean
Existen personas que te roban la energía. Así como podemos coincidir con gente con una bonita vibra, que nos transmiten buenos valores y una actitud positiva, así también, existen individuos que tienden a debilitar nuestro estado emocional ocasionándonos estrés, agobio, inferioridad, cansancio y mal humor.
A estos últimos se les conoce como “vampiros emocionales”. Para hablar de ellos consultamos con la psicología Clínica, Gabriella Abate creadora del espacio (@psychats) y ella comparte con Diario Libre el origen del término, la forma para identificar este tipo de individuos y cómo poner límites para cuidar nuestras emociones.
"Vampiro emocional"
El término “vampiro emocional” según Gabriella es un concepto que tiene poco de científico, pero que surgió en los libros de autoayuda como una metáfora didáctica para definir a individuos que, de forma consciente o inconsciente, causan un desgaste emocional en las personas que lo rodean.
Al mismo tiempo la psicóloga explica que una persona que esté pasando por una situación o un periodo delicado y requiera ayuda de su entorno no es un vampiro emocional.
Los vampiros emocionales tienen ciertos aspectos en común como manipular emocionalmente y falta de empatía, pero es posible que adopten diferentes formas. A continuación, algunos rasgos claves que nos pueden ayudar a identificarlos.
Nos dejan sintiéndonos abrumados, exhaustos o inclusive con bajo estado de animo.
Fuertes tendencias narcisistas
No toman responsabilidad de errores y suelen culpar a los demás.
Se victimizan y le cuesta enfrentar los desafíos de la vida.
Minimizan tus problemas.
Critican e intimidan.
“La mejor forma de darnos cuenta e identificar cuándo estamos tratando con un “vampiro emocional” es fijándonos en cómo nos sentimos cuando estamos con ellos y después. Son los momentos donde nuestras emociones estarán más claras y sabremos decir de forma general si esta persona aporta a mi bienestar o si hace completamente lo contrario”, explica le experta en salud mental.
Siete tipos de vampiros emocionales
La psicóloga asegura que el numero puede variar dependiendo de cómo sean agrupados, pero comparte siete tipos:
- El narcisista: según Gabriella este anhela la admiración y el reconocimiento. Carece de empatía y espera que todo se lleve a cabo según sus expectativas y opiniones. Tienen una capacidad limitada para reconocer o tener en cuenta a los demás ya que su enfoque es el bienestar de ellos mismos.
- El crítico: nada de lo que hagas, digas, pienses o valores, será adecuado para esta persona. Igualmente tienen la habilidad de hablarte con sutil cariño e irónico paternalismo para hacer que te sientas inferior.
- El hablador, el que no escucha: no está interesado en lo que tengas que decirle, en tus pensamientos o sentimientos. Solo quiere que estés ahí para escucharle, para poder desahogarse.
- La víctima: siempre le ocurre lo peor y quien el mundo ha abandonado. Su discurso siempre es negativo.
- El controlador: tratara de controlar casi de forma obsesiva cada aspecto de tu vida y hacer que sientas que todo lo que necesites en tu vida se resume en una sola cosa: ellos o ellas.
- El agresivo: hacen uso de la ira y la violencia verbal o física. Basta un malentendido para que aparezca la ira, el desprecio o esa rabia. Son como un territorio minado donde no sabemos cómo actuar ni que decir por miedo a que estallen.
- EL sarcástico: el sarcasmo puede ser una herramienta sofisticada del lenguaje para sacarle ese punto irónico a la vida. Sin embargo, hay personas que lo utilizan para ridiculizar a las personas, para humillar de forma elegante.
Cuídate de un vampiro emocional
No siempre es fácil identificarlos, pero la especialista asegura que al momento de hacerlo depende de ti valorar si deseas continuar con la relación o no. Aquí algunos tips para manejar estas situaciones:
• Comunicación asertiva. Dejar claro las situaciones y razones por la cual ellos/ellas son responsables y expresar cómo esas conductas nos pueden afectar y qué soluciones podemos llegar para evitar futuros conflictos.
• Establecer límites. Estos límites pueden verse de diferentes formas. Podemos poner distancia física, o limitar la frecuencia con la cual tratamos con ellos, pero también pueden ser limites verbales o no verbales ante ciertas conductas que no nos agradan. Dejar claro que no es una conducta que toleraremos.
• Poner distancia. Hay situaciones donde lo más saludable y necesario es poner distancia.
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