Evitar desperdicio de comida salvaría a 153 millones de personas de la hambruna
La FAO señala que los frutas y verduras representan más de la mitad de las pérdidas
Reducir a la mitad el desperdicio alimentario evitaría que hasta 153 millones de personas sufran hambruna, al mismo tiempo que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.
Así lo indica el informe sobre las perspectivas del sector agrícola hasta 2033 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Según el informe, reducir a la mitad las pérdidas y desperdicios a lo largo de la cadena alimentaria, desde los campos hasta los consumidores, podría disminuir en un 4% las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la agricultura y reducir el número de personas subalimentadas en 153 millones.
“Aunque este objetivo es extremadamente ambicioso, requeriría cambios profundos tanto por parte de los consumidores como de los productores”, reconocieron.
Despilfarro de recursos
La FAO ha estimado que “casi un tercio” de los alimentos destinados al consumo humano se pierden o desperdician, lo cual representa un despilfarro de recursos (semillas, fertilizantes, agua, energía...) y emisiones de gases que contribuyen al calentamiento global (metano de los rumiantes, nitrógeno de los fertilizantes, entre otros).
En los países en desarrollo, los agricultores carecen de instalaciones adecuadas para conservar sus cosechas en buen estado, mientras que, en otros lugares, el consumo excesivo conduce a toneladas de alimentos desperdiciados.
Los frutas y verduras representan más de la mitad de las pérdidas y desperdicios debido a su naturaleza perecedera y su corta vida útil. Le siguen los cereales.
“La proporción en peso de las carnes y productos lácteos es baja, probablemente porque los hogares tienden a desperdiciar menos productos de alto valor”, según el informe.
Reducir el desperdicio alimentario podría “incrementar significativamente el suministro de alimentos en todo el mundo, ya que más alimentos estarían disponibles y los precios bajarían, asegurando así un mejor acceso a la comida para las poblaciones de bajos ingresos”, argumentan las organizaciones internacionales.
Aumento de los GEI de agricultura
El informe también detalla que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la agricultura aumentarán un 5 % en los próximos diez años y un 62 % de ese incremento será responsabilidad de la producción ganadera.
Destaca que ese incremento de las emisiones será menor que el de la producción agrícola, que subirá a un ritmo del 1 % anual.
La razón de esa menor progresión de los gases causantes del calentamiento climático se explica porque la expansión de la producción se conseguirá sobre todo con mejoras de productividad y sólo marginalmente por una ocupación de mayores superficies.
En cualquier caso, la ganadería reforzará su peso como principal causante del calentamiento dentro del sector primario, seguido del uso de los fertilizantes, que en el próximo decenio supondrán un 34 % de las emisiones adicionales de gases de efecto invernadero.
Los autores del estudio precisan que ahí sólo han tenido en cuenta las emisiones de óxido de nitrógeno generadas durante el proceso de fertilización, ya que si además se añadieran las provocadas durante la fabricación de esos fertilizantes, el efecto suplementario sería de alrededor del 70 %.
La agricultura, las actividades forestales y otros usos de la tierra representan en torno al 22 % de todas las emisiones de efecto invernadero. La mitad proceden del metano y el óxido de nitrógeno causados por las explotaciones agrícolas y ganaderas y la otra mitad de emisiones indirectas de dióxido de carbono (CO2) derivadas del uso de la tierra.
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