Las viñesas
El legado de Benito Viñes en la meteorología tropical
El 12 de septiembre de 1875 un sacerdote jesuita pronosticó por primera vez la llegada de un huracán. El aviso fue publicado en los diarios de La Habana; un comunicado alertó sobre la proximidad de una tormenta tropical. El padre Benito Viñes había llegado a Cuba cinco años antes para hacerse cargo del Observatorio de Belén. El sacerdote fundó posteriormente la Red de Estaciones Meteorológicas en el Caribe y se le tiene como el Fundador de la Meteorología Tropical.
Observando y anotando minuciosamente la correlación de los vientos y las nubes llegó a establecer los patrones atmosféricos que le permitieron anticipar los fenómenos meteorológicos. En 1877 terminó su obra más importante: Apuntes relativos a los huracanes de las Antillas.
Cuenta el padre Cartaya, astrónomo y director del mismo observatorio más de 150 años después, que a nuestro protagonista le llamaban “…el Padre Huracán por el gran acierto que tuvo en sus pronósticos. En una época, a los huracanes les llamaban Viñesas: Viñesa 1, Viñesa 2… pero la pronunciación era difícil para los americanos, así que perdimos la oportunidad de que lleven el nombre de un jesuita. Se les puso primero nombres de santos, después de mujeres, luego de hombres y mujeres, y así hasta hoy.”
Así, hasta Beryl.
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