Un Oriente Medio en llamas en el centro de la 79ª sesión de la Asamblea General de la ONU

Las nuevas escaladas militares desestabilizan la agenda diplomática

Vista del Salón de la Asamblea General durante la Cumbre del Futuro en la sede de ONU en Nueva York, EE.UU. (Fuente externa)

Mientras cientos de Jefes de Estado, de Gobierno y de Ministros comienzan a llegar a Nueva York para la “semana de alto nivel” de la Asamblea General de las Naciones Unidas, es el conflicto de Oriente Medio lo que está en la mente de todos.

Las explosiones de buscapersonas y walkie-talkies de la semana pasada, así como las sucesivas incursiones israelíes en Líbano, han sumido en el frenesí a todos los países árabes, cuando se suponía que esta semana se iba a debatir la paz en la ONU.

Incluso antes del comienzo de la Asamblea General de líderes, las posturas se endurecieron un poco más. Los países árabes se movilizaron y pidieron que se programara una reunión del Consejo de Seguridad sobre Gaza, en la que podrían sentarse los ministros, el viernes 27 de septiembre.

Temores por la región

La implicación de ciertos actores hace temer cada vez más una conflagración regional en Oriente Próximo. El viernes pasado, junto al jefe de la diplomacia libanesa, el embajador sirio participó en el Consejo de Seguridad para condenar el uso de objetos civiles en los ataques.

El embajador iraní, Amir Saeid Iravani, pudo asistir porque su colega en Líbano resultó herido en las explosiones, y para él Israel ha cruzado una línea roja tras las numerosas provocaciones de los últimos meses.

“Estos crímenes atroces contra el pueblo libanés forman parte de un patrón más amplio de política agresiva del régimen israelí. La República Islámica de Irán ha advertido en repetidas ocasiones de las graves repercusiones de las actividades maliciosas del régimen israelí en la región. En interés de la paz y la seguridad regionales y de las llamadas conversaciones de alto el fuego, la República Islámica de Irán siempre ha ejercido la máxima fuerza. Sin embargo, las atrocidades israelíes demuestran el implacable empeño de Israel en desestabilizar la región y amenazar la paz y la seguridad internacionales”, comentó el embajador.

Espectativas para Nueva York

El nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian, será el que habrá que vigilar esta semana. En Nueva York se pensaba que llegaría con cierto grado de apertura. Pero si nos guiamos por el tono de su embajador, puede que ya esté adoptando una línea más dura.

El Primer Ministro libanés anunció que cancelaba su participación en la Asamblea General, mientras que su homólogo israelí Benjamin Netanyahu tenía previsto asistir. Sin embargo, en Nueva York se rumorea que ha pospuesto su comparecencia, y todo apunta a que también él la cancelará.

Sabía que no sería recibido con la más calurosa de las bienvenidas, pero utilizar las operaciones militares contra Hezbolá como excusa es plausible.

Esto le evitaría una gran afrenta, ya que todos los dirigentes del mundo árabe tenían previsto abandonar la sala de la Asamblea General en señal de protesta durante su discurso del jueves 26 de septiembre o del viernes 27 por la mañana.

También, y, sobre todo, le evitaría tener que enfrentarse a su aliado, Estados Unidos. Cualquier signo de escalada va en contra de la administración Biden y de Kamala Harris, la vicepresidenta de Joe Biden, que ahora está en la carrera presidencial.

Benjamin Netanyahu también lo sabe. Pero a medio plazo, le conviene que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca. Y a más corto plazo, esto desbarataría el deseo de Joe Biden de trabajar por el reconocimiento de Israel por parte de Arabia Saudita.

Los líderes de los tres países hablaron de esto hace exactamente un año, y a Irán tampoco le gustó. Esta semana tenían previsto reunirse de nuevo en Nueva York, a petición del presidente estadounidense.

Pero tras los atentados de la semana pasada, el príncipe heredero de Arabia Saudita declaró que su país “no establecería relaciones diplomáticas con Israel antes de la creación de un Estado palestino”.

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