¿Disminuirá el apoyo de Alemania a Ucrania?

¿Va a reducir Alemania su ayuda a Ucrania? La publicación el pasado fin de semana de una información en este sentido irritó a los aliados de Berlín y a Kiev. Estalló una polémica en Berlín, que llevó al Canciller y a su Gobierno a corregir la información y subrayar que el compromiso de Alemania con Kiev sigue siendo igual de firme. Pero persisten las dudas sobre el fondo, y una vez más la gestión de los asuntos por parte de la coalición gobernante es objeto de duras críticas.

“La coalición ya no gobierna”, “un naufragio”, “una situación indigna”: los comentarios en los medios alemanes son sin concesiones. Olaf Scholz, ya a menudo criticado por su silencio y su gestión de los asuntos, se ha encontrado de nuevo en el punto de mira. Se ha visto obligado a pronunciarse, insistiendo en que “Alemania es y sigue siendo el principal defensor de Ucrania en Europa»”. Con 7,500 millones de euros asignados a Kiev este año, Berlín sigue siendo, después de Estados Unidos, el principal contribuyente al esfuerzo bélico ucraniano.

La polémica se produce en medio de especulaciones sobre un posible recorte de la ayuda alemana a Ucrania a partir de 2025. Una reducción que podría compensarse con un préstamo garantizado por los futuros intereses de los activos rusos inmovilizados. Pero el anuncio de que el Ministerio de Finanzas se negaría a conceder cualquier prórroga presupuestaria para 2024 si fuera necesario echó más leña al fuego. Estas revelaciones provocaron rápidamente críticas, no sólo de la derecha, sino también de los ecologistas y de ciertos socialdemócratas, miembros de la coalición gubernamental.

El viernes, el Ministerio de Hacienda intentó retroceder, con mayor o menor habilidad. Estas polémicas han surgido en un momento crítico, cuando la ayuda a Ucrania ocupa un lugar central en las actuales campañas electorales en tres regiones del este de Alemania. En estas regiones, una parte significativa de los votantes rechaza esta ayuda, al igual que el partido de extrema derecha AfD y el nuevo movimiento de izquierda radical BSW.