Mundial de Cometas Acrobáticas, el arte de dominar el viento
The World Kite Cup debuta en Francia
A 250 kilómetros al norte de París se ubica Berk sur Mer, una pequeña ciudad balnearia, bañada por el canal de la mancha. Cada abril la población de 15 mil habitantes se ve casi doblada por la llegada masiva de turistas. Llegan en tren, en carro o en bus con una idea: levantar su mirada al cielo e imaginar que vuelan con gigantes seres mitológicos y coloridos animales sostenidos por el viento. En 2024 llegaron para disfrutar de la primera edición de “The World Kite Cup”.
Ya son 37 años en los que Berck sur Mer se ubica en el mapa como la capital mundial de las cometas, o de los papagayos, barriletes, papalotes, volantines o como se le nombre a este juguete muy ligado a la infancia.
“Nos parecía absolutamente lógico realizar una competencia internacional de las cometas dirigibles, incluyendo todas las disciplinas del vuelo deportivo y acrobático”, explica Roman Roger, encargado de la comunicación del Mundial de Cometas Acrobáticas.
La competición se compone de cinco pruebas. Cada día una categoría diferente es puntuada en individual, parejas y equipos. También el tipo de cometa cambia, si tiene dos líneas o cuatro líneas. Las líneas son los hilos que van desde la mano a la cometa. Al final se suman los puntos y se elige al campeón mundial entre las 10 selecciones participantes: Francia, Alemania, España, Inglaterra, Países Bajos, Canadá, Colombia, Estados Unidos, China y Taiwán.
“Es la primera vez que se celebra en el mundo una competición de este tipo, en el que no se representa a un equipo, se representa a una nación. Es decir, aquí están los mejores cometeros del mundo bajo su bandera nacional”, dice orgulloso el también cometero francés Roger.
Las condiciones climáticas para este primer mundial parecen óptimas en una playa larga, a unos 100 metros del mar cuando la marea está baja.
“Es como el patinaje artístico”
Existen diferentes calidades, diferentes durezas, diferentes tamaños para estas cometas acrobáticas. “Las de dos hilos casi siempre tienen una forma triangular de Delta. Es un triángulo que siempre está avanzando. Las de cuatro hilos parecen un corbatín, tiene un borde de ataque horizontal muy ancho, pueden girar, esta cometa avanza, frena y reversa con el control que le imprime el piloto con las líneas y los mandos en sus manos”, detalla el colombiano Óscar Muñoz, diseñador y fabricante de cometas.
Los participantes se ubican en una zona delimitada de la playa para realizar la coreografía de unos tres minutos, sobre una pista musical. Volar cometas dirigibles es un deporte en el que se deben ejecutar figuras obligatorias y libres valoradas por un jurado. De los siete jueces que observan cada movimiento, hay tres encargados de evaluar la coreografía, entre ellos está la colombiana, que hoy vive en Francia, Nilsa Riveros.
“Tengo que ver que realmente los movimientos de la cometa sean acorde con la música que estamos escuchando. Que haya un principio, que haya un final, que haya una historia, que haya sorpresa. Que las figuras se vean claramente. Si están haciendo un cuadrado, que se note que el cuadrado es exacto. Que haya una consecución de movimientos. Es un poco parecido a todo lo que tiene que hacer el patinador cuando hace patinaje artístico”, describe Nilsa Riveros que hace 20 años estaba en Berck sur Mer para volar su cometa en representación del equipo Bogotá 2.600, en referencia a la altitud de la capital cafetera. “Aunque dentro de la competencia quedamos penúltimo, fue un aprendizaje increíble”, recuerda.
La carrera de piloto de cometas de Nilsa, es muy seguida en su país. Para este primer mundial en reunir todas las categorías, Colombia llega con una delegación de nueve cometeros. “En Colombia tenemos la CKFA, una asociación que rige estas competencias y ellos sacan una clasificatoria que permite tener los mejores en cada modalidad”, explica el competidor Michael Márquez.
En Colombia existe una gran tradición cometera, es uno de los países más destacados en latinoamérica en este arte de dominar el viento, sin embargo, las condiciones de vuelo no son las mismas que las europeas, señala Michael: “Realmente es complicado por el tema del viento. Nosotros entrenamos cada fin de semana en el interior del país (Bogotá), sobre césped una zona donde el viento es muy laminar, es muy constante, es muy suave. Con vientos de 10,12 o 15 kilómetros máximo, pero acá tenemos condiciones de 30, 35, 40 kilómetros. Para nosotros es muy difícil, pero igual tienes que adaptarte a esa condición. Entonces buscas los recursos, las cometas, tratas de modificar, de adaptar y eso es lo que te permite mostrar una mejor representación”.
Por su parte, los tres integrantes de la selección española, el equipo Mistral, están más adaptados a las condiciones de vuelo francés según Naty Crespo: “vivo en Bilbao, en el norte de España y más o menos es una costa parecida a esta porque llueve muchísimo y hay viento, aunque lo que vemos aquí es una maravilla”.
En The World Kite Cup, su nombre original, se disfruta del arte de dominar el viento
Los cometeros concentrados en la competencia, el público con la cabeza hacia las nubes. Entre los aplausos, se escuchan halagos como: “Es muy lindo, magnífico, difícil de explicar, hay que verlo, formidable, muy poético”.
Tras cinco días de competencia, Francia gana la primera edición de la Copa del Mundo de Cometas Acrobáticas.
Escuche el reportaje de Ana Maria Ospina desde la ciudad de Berck sur Mer, norte de Francia. Edición de Pierre Zanutto.
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