Adicción a las compras: cómo detectarla y qué hacer para tratarla
Para los ‘shopaholics’, comprar resulta una forma de aliviar tensiones y generar placer, una conducta que podría agravarse con la llegada de la temporada de compras navideñas
Para muchos, la temporada de compras navideñas, que se inaugura con el Black Friday, es la oportunidad ideal para suplirse de lo que necesitan a precios asequibles. Para otros, esta festividad no es más que una excusa para alimentar su adicción a las compras, refugiándose en la idea de que lo hacen para aprovechar las ofertas y descuentos propios de la fecha.
Tal y como dice la psicóloga Karem González, la oniomanía, mejor conocida como adicción a las compras, es una conducta mucho más común de lo que imaginamos. Esto, porque en la actualidad se vive en una sociedad de consumo en la que tener mucho es un indicador de éxito y abundancia. “Hoy día, aprovechar una buena oferta, aunque no haya necesidad, no es algo que nos resulte raro ni extravagante”, indica la directora de @lotuscentrointegral.
La característica principal de la compra compulsiva es la obsesión por adquirir objetos no necesarios o inútiles y la incapacidad para controlar esos deseos. Así lo define la experta, al tiempo que agrega que para quienes se identifican con esta condición, la acción de comprar les resulta una forma de aliviar tensiones y generar placer. Sin embargo, se trata de una satisfacción a corto plazo, ya que seguido se tiende a experimentar sentimientos de culpa y vergüenza, causados por la imposibilidad de afrontar de manera eficaz este impulso.
Presta atención a las señales
Reconocer que eres un comprador compulsivo es el primer paso para superar la adicción. Si te sientes identificado con estas señales, es porque, efectivamente, tienes un problema de oniomanía:
-Ves algo y sientes que lo necesitas. Quizá no necesites nada, pero una vez vas a la tienda siempre encuentras algo que, según tú, te hace falta y no estás conforme hasta comprarlo. Sientes el deseo incontrolable por adquirir eso en lo que antes ni siquiera habías pensado. Si está en oferta, justificas diciendo que en algún momento lo necesitarás y es mejor obtenerlo a buen precio, mientras que si tiene precio elevado te refugias en el pensamiento de que “solo se vive una vez” y ya encontrarás cómo pagarlo.
-Te produce felicidad. Cuando te sientes triste, solo o enojado, ¿tu primera opción es irte de shopping? Entonces puede que se trate de una adicción. En muchos casos, comprar es una forma de mantener alejados pensamientos negativos de tu mente o un intento por llenar un vacío emocional.
-Desvalorizas lo adquirido. Si bien comprar te hace feliz, esa sensación dura poco. Esto, porque al final lo importante no es el producto que adquieres, sino el simple acto de comprar. Así que es muy probable que eso que en el momento sentías que necesitabas tener, pase a un cajón de tu casa y ya no sepas más de él, o incluso optes por regalarlo.
-Te sientes culpable. Una vez te das cuenta de que hiciste una compra inútil, gastando dinero innecesario en algo que no usarás, es cuando viene el arrepentimiento. Los sentimientos de culpa pueden ser tan grandes que te prometas a ti mismo controlarte y no lo volverlo a hacer.
-No puedes controlarlo. Ya eres consciente de que estás actuando mal, pero simplemente no puedes hacer nada al respecto. Y es que, la incapacidad para detener tus compras compulsivas es uno de los rasgos más característicos de esta adicción. Eso es lo que te lleva a repetir el ciclo una y otra vez.
Lo que debes hacer
De antemano debes saber que detrás de la oniomanía puede esconderse un problema de baja autoestima, situaciones personales con las que no se quiere lidiar o presencia de valores materiales, razones que terminan ejerciendo una fuerza mayor sobre el adicto que su propio deseo de controlarse.
Es por ello que González dice que, para hacer frente a la conducta adictiva y la compra compulsiva, lo más propicio es un abordaje psicoterapéutico para determinar el trasfondo. “La fuerza de voluntad no es suficiente”, advierte.
Sin embargo, hay algunos consejos que, si bien no solucionarán tu problema de compras compulsivas del todo, pueden ayudarte a controlarlo. Aquí te compartimos cinco:
-Cada vez que vayas de compras, lleva contigo una lista de lo que necesitas. Procura evadir los departamentos o tiendas donde no tengas nada que buscar para evitar las tentaciones.
-Ve acompañado. Lo mejor es que siempre lleves contigo a un amigo o familiar de esos que te ponen a pensar si realmente necesitas lo que echaste en tu carrito o si vale la pena dar cierta cantidad de dinero por eso que quizá podrías conseguir más barato en otro lugar.
-Haz del efectivo tu mejor amigo. Está demostrado que las personas tienden a gastar más cuando utilizan tarjetas de crédito, dada la falsa sensación de liquidez que ofrecen las tarjetas.
-Busca alternativas. ¿Comprar es lo que te ayuda a sentirte bien? Debes buscar otras opciones que no involucren dinero y que te produzcan felicidad, como, por ejemplo, maratones de series, hacer ejercicio en casa o simplemente conversar con un amigo.
-Desintoxica tu celular. Si eres de los que compra más por internet que en tiendas físicas, lo ideal es que elimines las aplicaciones de shopping de tu celular y dejes de seguir tiendas online de tus redes sociales. Así controlarás el impulso de ese ‘solo mirar’ que termina en compra.
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