Visión amenazada

El poder emancipador del internet depende de la veracidad de las informaciones que por él circulan

Los promotores del internet lo describieron como la puerta a la emancipación personal y colectiva. Su entusiasmo provenía de una visión a futuro. El acceso a internet otorgaría a las personas posibilidades que nunca antes habían estado a su alcance. Podrían comunicarse velozmente, enterarse de todo lo que estaba aconteciendo, recabar cualquier contenido científico, tecnológico, histórico, literario o artístico, difundir informaciones, y expresar sus opiniones.

Gobiernos autoritarios, sin embargo, se las han ingeniado para bloquear accesos e imponer restricciones al internet en sus países, lo que es sin duda una grave amenaza para la materialización de aquellas expectativas de emancipación. Pero en un extraño e inesperado desenlace, otro peligro aún más grave e insidioso se cierne sobre esa optimista visión del futuro.

El poder emancipador del internet depende de la veracidad de las informaciones que por él circulan. Si son falsas, no solo no cumplirán su cometido, sino que su efecto será perjudicial. Y hoy en día la falsedad abunda en la web, afecta a las redes sociales y a una gran variedad y cantidad de páginas virtuales. La mezcla de informaciones verdaderas y falsas en un mismo lugar dificulta distinguir entre unas y otras, y siembra confusión entre quienes acceden a ellas.

Es notorio que la mayor responsabilidad por ese deterioro en la credibilidad recae sobre las propias víctimas de la desinformación. Por supuesto, los culpables primarios son los que a propósito colocan falsedades en la web, buscando tráfico para sus páginas, sensacionalismo, fama, dinero, venganza o la promoción de sus creencias. Pero su impacto sería limitado si no fuese porque muchas otras personas están dispuestas a compartir y propalar dichas informaciones. A ese respecto, puede hablarse de una concordancia entre falsedades y puntos de vista. Si las informaciones respaldan las opiniones de quienes las reciben, tienden a considerarlas verdaderas y diseminarlas sin cuestionamiento.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.