Secuestradores en Haití se habrían preparado para enfrentar militares dominicanos
De haberse concretado la operación de rescate, "la cosa se iba a poner más fea”
Entre la voluntad de primero hacer un culto de acción de gracias a Dios, servicio religioso cristiano, y comenzar el “teteo”, fiesta en donde se consumirá bebidas alcohólicas, música y un cocido incluido, estaba el ambiente en casa de Jaqueline Feliz, madre de los dos jóvenes dominicanos víctimas de un secuestro en Haití y que ayer lunes retornaron a la República Dominicana.
Cantar el Himno de Victoria del artista cristiano Danny Berrios, forma parte del proceso de recuperación emocional de Maico Enrique Campusano Féliz, quien junto a su hermano Antonio Gerer, fueron secuestrados en Haití mientras regresaban del rodaje de una película de la productora de cine Muska Group. Trabajan como técnicos para la compañía.
Uno de los momentos de mayor angustia para los Campusano Féliz fue el momento en que las autoridades dominicanas dejaron entrever que entrarían al vecino país en una operación de rescate. Cosa que ellos definen como “lo peor”, puesto que los pandilleros estaban listos para enfrentarlos a “plomazos”.
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“Nos asustamos bastante. Yo tenía miedo de que el equipo élite entrara allá porque se iban a poner más fea las cosas... Ellos nos lo dijeron, ellos estaban atentos a todo, ellos no son brutos, están bien asesorados esas personas. Ellos estaban esperándolos para enfrentarse con ellos y se iba a complicar más la cosa”, describió Maico sentado en el patio de su casa materna.
Recuerda que días antes, ya los pandilleros se habían enfrentado a la policía en un intercambio de disparos que según ellos “fueron dos horas de ráfagas”.
Antonio Gerer no estuvo en la entrevista, pues se encontraba en un centro de salud recibiendo asistencia médica debido a que llegó con mareos y vómito fruto de las emociones y el viaje en helicóptero, comentaron sus parientes.
Separado de su hermano
Maico cuenta que en principio fue colocado en una habitación separada de su hermano y eso lo mantuvo angustioso porque, aunque ellos, como ocurre con casi todos los hermanos, pelean mucho, “le hacía falta el pleito” con él.
“No había podido dormir en los días (que estuve) secuestrado. Cuando lo vi, me volvió el corazón, hasta que no lo vi no hablé con nadie. Nos vivimos matando, pero me hacía falta el pleito de hermanos. Lloré, lo abracé, es mi hermano”, comenta el joven que durante más de un mes estuvo trabajando como técnico en la grabación de una película en Haití.
Afirma que siempre estaban acompañados de policías, sin embargo, aclara que las armas de fuego de los agentes eran insignificantes frente a las que portaban los secuestradores que los interceptaron en la comuna Jacmel, en el suroeste de Haití.
Maltratado
Aclaró que eran tres millones de dólares, no dos, los que pedían los pandilleros a cambio de su libertad.
“Cada quien tiene su posición de hacer cada cosa. Entonces el del teléfono entró y dijo que si no pagaban nos iban a matar. Estaban llamando al teléfono. El tipo no lo cogía y el tipo salió y luego entró y se sentó con una pistola y comenzó a beber tranquilo”, describió el entonces retenido.
Al describir que ya había perdido la esperanza de salir con vida de la situación, Maico recuerda que fue amarrado de una forma “muy brutal” y que cuando recobró la libertad, le fue imposible retener las lágrimas.
El joven de 25 años de edad y padre de dos niños, rehusó hablar del video que circula en las redes sociales donde se ven él, su hermano y el joven haitiano que también había sido secuestrado, caminar de manera alegre y tomando un tipo de bebida.
“Nos pidieron hacer muchas cosas, que luego van a tener declaraciones sobre eso”, dijo en reiteradas ocasiones.
El secuestro fue real
El secretario de Estado de Comunicación del Gobierno de Haití, Frantz Exantus, informó este lunes que los dominicanos fueron víctimas de un caso probado de secuestro.
Las afirmaciones del funcionario haitiano fueron ofrecidas luego de la realización de los interrogatorios a los dos jóvenes y de entregarlos a las autoridades dominicanas.
“Al término de su audiencia de 48 horas en la Policía Judicial (DCPJ), los dominicanos fueron entregados a las autoridades de su país. Fueron víctimas de un caso probado de secuestro”, explicó el funcionario en un mensaje colgado en su cuenta de Twitter @frantz_exantus.
Reacción de madre y comunitarios
“Ahí van mis hijos, ahí van mis hijos”, vociferó en varias ocasiones Jaqueline Feliz, quien angustiosamente esperaba la llegada de sus vástagos tras el difícil e indescriptible momento de angustia vivido una vez supo que habían sido secuestrados.
“Un abrazo no, yo me los comí. Me puse mala de la emoción. Le di gracias a Dios por mis hijos. Me volvió el alma al cuerpo. Hoy voy a bailar yo hasta en el pie malo”, dijo la dama a los periodistas que acudieron a su casa.
Las expresiones de alegría y solidaridad se sentían en la calle y los alrededores de la residencia familiar donde fue instalada una disco light con música a “todo dar”.
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