Sueños truncados: estos son los jóvenes víctimas del accidente en Azua
Yocari Beltré era miembro del comité organizador de las fiestas patronales
El sábado 31 de agosto, las comunidades Magueyal, Villarpando, Bastidas y zonas aledañas, en Azua, habían comenzado las fiestas patronales, un evento muy esperado por todos.
Las calles usualmente tranquilas, se llenaron de música, risas y alegría. Las celebraciones se extendieron hasta la madrugada del domingo 1 de septiembre, y un grupo numeroso se aglomeró en el colmado Gaby Súper Fría, ubicado a orillas de la carretera Sánchez, ocupando la vía.
Entre los asistentes, Yocari Belté, de apenas 20 años, se movía con entusiasmo y con una sonrisa radiante, recorría el lugar vendiendo boletos para recaudar fondos para las celebraciones. Soñaba con ser enfermera para salvar vidas, y su espíritu altruista ya se sentía en Magueyal.
José René Guzmán, un joven sargento de 27 años de la Policía Nacional, tras un año sin visitar la comunidad, disfrutaba de la noche. Era la “mano derecha” de su madre, siempre dispuesto a ayudar. Ella lo había llamado días antes, preocupada, pidiéndole que se cuidara.
"Si te pasa algo, yo seré una muerta en vida", le había dicho con una intuición inexplicable. Esa noche, como cada año, José salió a celebrar con sus amigos, sin imaginar que esas palabras resonarían tan dolorosamente pronto.
Génesis Arias, de la misma edad, también se encontraba entre la multitud. Estilista de profesión y madre de dos pequeños, había decidido prolongar la celebración junto a su prima en las afueras del establecimiento Gaby Súper Fría. La noche se sentía llena de alegría, pero en un instante, todo cambió. Un camión cargado de aguacates se abalanzó sobre la multitud cerca de la una de la madrugada. Fue un instante caótico, donde los gritos y el estruendo desgarraron el panorama. El vehículo arrolló a decenas de personas, "barriendo" con la esperanza y la alegría que había en el ambiente.
Yocari fue una de las primeras en ser impactada, sus sueños de salvar vidas quedaron truncados en un segundo. José René también cayó al pavimento, su madre había llamado a muchos para que lo cuidaran, pero nadie pudo evitar lo inevitable.
Génesis, con sus sueños y su responsabilidad de madre, quedó inmóvil tirada en el suelo. Su prima, ilesa, pero destrozada emocionalmente, solo pudo agradecer a Dios por su vida, mientras lamentaba la pérdida de su pariente.
Jhondeiby Geraldo Matos, de 21 años, miembro del Ejército y estudiante de secundaria, quedó gravemente herido. Su primo, desesperado por la demora de las ambulancias, lo subió a su vehículo para llevarlo al hospital más cercano. En el trayecto, sin embargo, otro accidente selló su destino, quien falleció antes de llegar al centro de salud. Su primo terminó ingresado y muy herido.
La tragedia no terminó allí. Dewri Ferreras Matos, de 24 años, conocido por su disposición para ayudar a los demás, también perdió la vida esa noche.
Elvin Guzmán Rodríguez, con apenas 18 años, el más joven de las víctimas, salió de casa lleno de alegría, pero no regresó. Su madre, Lorenny Guzmán, escribió en redes sociales en un intento desesperado de encontrar consuelo: "¿Quién le pondrá sobrenombre a mi hija? ¿Quién le hará muecas? ¡oh mi Dios!".
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