¿Cómo ha evolucionado el COVID-19 en República Dominicana y qué tanto se avanza en su tratamiento?

El país requiere un nuevo estado de emergencia al superar los 50 mil casos positivos

El 1 de marzo de 2020, República Dominicana reportó su primer caso de COVID-19, en la provincia La Altagracia, en un paciente masculino de 62 años de edad de nacionalidad italiana. Cuatro meses después, el país supera los 50 mil casos confirmados por coronavirus.

El boletín epidemiológico #121, emitido por el Ministerio de Salud Pública, registró este sábado 18 de julio 1,406 nuevos casos, elevando la cifra total a 51,519 infectados. Las muertes por coronavirus suman 971, fallecidos, con 29 muertos dados a conocer ayer.

Al analizar el comportamiento de este virus en el país en estos cuatro meses, el epidemiólogo y salubrista Carlos Feliz explicó que de ser una enfermedad desconocida se aprendió a medida que los casos aumentaban.

“Aquí hubo un problema para el manejo de los casos, porque no se tenía las herramientas que se tienen hoy en día, a tal punto que se aplicaron tratamientos para otro tipo de patologías, no la vinculada a este virus”, explica el epidemiólogo.

Feliz indicó que el virus está vinculado con otras patologías como las cardiovasculares y las renales, no solo a la respiratoria como se creía en un principio.

En un mes el coronavirus quitó la vida a 60 personas con una tasa de letalidad de un 4%, el número de contagiados para el 1 de abril se ubicaba en 1,380.

En ese sentido, el epidemiólogo explicó que el escaso conocimiento que tenía el sector médico para el manejo de esta enfermedad al ser nueva hacía que se concentraran en el problema respiratorio, aunque la letalidad del virus es multisistémico.

“Al no manejarse esta información al inicio, la tasa de mortalidad se disparaba, pero a medida que el sector salud y la microbiología en la farmacia manejan la terapia y la forma de complementar el manejo múltiple sectorial de esta pandemia, el proceso para tratar a estos paciente mejora, explicó.

De su lado, la presidenta de Sociedad Dominicana de Cardiología, Claudia Almonte, señaló que al inicio de la pandemia se creía que los pacientes añosos, de más de 60 años, los octogenarios cursaban con mayor complicación, sin embargo, a medida que ha ido evolucionando el virus evidencia otro comportamiento.

“Hemos visto y, sobre todo, en nuestro país, pacientes jóvenes de 30 años en adelante y sin cardiopatías con complicaciones a raíz del COVID-19”, afirmó la cardióloga. A esto se le suman los pacientes obesos.

“En un inicio se mencionaba a los hipertensos, diabéticos, asmáticos y posteriormente se evidenció que debía tener un grupo multidisciplinar para atender a esos pacientes”, precisó Almonte.

El 12 de abril con 3,167 casos confirmado la tasa de letalidad alcanzó la cifra más alta en el país al ubicarse en 6% con 177 fallecidos para esa fecha. Al 18 de julio esta se ubicaba en 1.8% con 25,941 casos activos y 971 defunciones.

En las últimas dos semanas el número de fallecidos se encuentra en aumento reportando hasta 29 muertes en un solo día, mientras que el nivel de contagio es cada vez mayor con una tasa de positividad de un 29.40%.

Desescalada, elecciones y toque de queda

Almonte explica que en marzo cuando todos estaban en sus casas debido al toque de queda, llamó la atención el alto número de mortalidad, pero se aclaró que esto se debía a la poca cantidad de pruebas que se hacían y el poco conocimiento del virus para el momento.

“Actualmente, en esta semana y en las últimas dos o tres nos hemos dado cuenta que luego de la desescalada, de pasar de la fase II a la fase IV, hemos tenido un desborde de pacientes positivo, pero también las campañas que pudieron afectar este proceso”, explicó.

La cardióloga indicó que primero se entendía que esta era una enfermedad de ricos o de personas añosas.

“Pero, sin embargo, hemos visto el comportamiento de esta enfermedad en pacientes ricos, pobres, de clase media, pacientes, jóvenes de edades promedio y también añosos. Así que la alerta es general para todos”, aseveró.

Ambos especialistas coincidieron en que factores como las elecciones, la culminación del toque de queda y sobre todo la falta de educación de los ciudadanos deriva en la solicitud de un nuevo estado de emergencia.

El 20 de mayo se puso en vigencia la primera fase de la desescalada económica, en los primeros 12 días el país reportó 3,628 casos nuevos COVID-19.

El 17 de junio cuando se pretendía iniciar la tercera etapa de la desescalada el país confirmaba 24,645 casos positivos al COVID-19. Debido a que en esa semana los casos empezaron a situarse en 500 por día el Gobierno decidió permanecer en la segunda fase de la desescalada.

El 5 de julio fueron celebradas las elecciones presidenciales, se realizaron caravanas políticas y el país pasó de una segunda a una cuarta fase, dando entrada al sector turismo, a los restaurantes y bares bajo los diferentes protocolos. Se relajaron las medidas del toque de queda y posteriormente se finalizó el estado de emergencia.

Desde el 5 de julio a la fecha los casos positivos aumentaron en un 31%, al pasar de 38,128 contagios a 50,113, los activos pasaron de 17,835 a 25,941 y los fallecidos se ubicaron en 971.

La tasa de positividad pasó de 23.92% a 29.40, tomando como base las últimas cuatro semanas.

Actividad del virus

En relación a la realización de pruebas PCR en el país, el infectologo Carlos Feliz indicó que los casos que se informan no son operables, debido a que no existe una constancia en la cantidad de pruebas que se realizan.

“Para tener un dato real se deben realizar la misma cantidad de muestras todos los días. Las informaciones que se ofrecen en el país son acordes a la capacidad que se tiene para identificar la pandemia pero no son los casos reales”, indicó el epidemiólogo.

Feliz explica que el virus ocupa las 32 provincias del país, una con mayor incidencia que otras pero en ascenso por lo menos en 20 demarcaciones.

De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud, unas 16 provincias tienen más de 500 casos de coronavirus confirmados, 12 registran de 100 a 500 contagiados y solo cuatro demarcaciones presentan menos de 100 casos.

“Con la preocupación que siempre planteó, que las autoridades están poniendo más atención al Distrito Nacional, a la provincia Santo Domingo y a Santiago. Esto es un criterio epidemiológico de Salud Pública muy errado, porque no se está comprendiendo que el problema no está en la capital”, afirmó.

El epidemiólogo sostiene que la creación de cordones sanitarios en las provincias con más casos es algo erróneo.

“Para entender el problema, no se trata de un cordón sanitario. Aquí se trata de declarar una cuarentena total, con toque de queda total para empezar a romper con la transmisión del virus”, aseveró.

Feliz considera acertada la nueva declaratoria de emergencia sanitaria, pero que está acompañada de una serie de medidas colaterales que incluya, cuarentena, toque de queda y que el Gobierno resuelva con las personas que viven del día a día.

Explicó la necesidad de crear un sistema de prioridades donde solo salgan las personas que realmente lo requieren y que al momento de hacer las compras o ir al banco se realice por género y un solo miembro de la familia.

“Que durante este nuevo estado de emergencia los pagos de los empleados sean realizados sin inconvenientes y que se limite el sistema de transporte, dando prioridad a los servicios esenciales”, agregó.

Tanto Feliz como Almonte recordaron la necesidad de seguir los protocolos establecidos por el Ministerio de Salud, como el uso correcto de mascarilla, evitar la aglomeración y mantener el distanciamiento, así como el lavado continuo de las manos.

Tratamientos

Al hablar sobre la evolución de los tratamientos aplicados en los pacientes contagiados Feliz indicó que “se crearon condiciones para que se aplicaran terapias en función de la propia experiencia de tratamiento que se usa para cada patología”.

Añadió que “aquí y en otros países empezaron a administrase tratamientos derivados de la cloroquina, pero se determinó que este medicamento no tiene el beneficio que se creía, sino que contribuye a un aumento en la tasa de letalidad”.

El epidemiólogo explicó que a raíz de esta situación se han manejado otros tipos de terapia como la dexametasona que contribuye a beneficiar más al paciente y los tratamientos basados en anticuerpos de personas que se recuperan del virus. Este ultimó presenta efectos muy positivos en los contagiados.

“Obviamente eso tiene que ser aplicado en función de los protocolos y la política sanitaria que tiene cada sociedad, porque depende de mucha idiosincrasia en términos culturales”, precisó.

Feliz señaló que la Ivermectina es un medicamento que aunque no está aprobado muchos países y algunas clínicas locales utilizan y ha dado buenos resultados.

“El remdesivir es otro medicamento que está asociado al COVID-19, sin embargo Estados Unidos lo ha acaparado lo que no permite que llegue a otros países. También la viravir, medicamento producido por los rusos, tiene una efectividad del 90%, que incluso modifica el proceso de estadía del cuadro clínico de la persona”, dijo.

Explicó que este medicamento disminuye la tasa de letalidad y desde el 10 de julio está a disposición de todos los países de Latinoamérica.

“Hasta el momento el país no tiene acceso a esto medicamento pero se ha implementado la oxigenoterapia y se recurre a la azitromicina como antibiótico, no porque actué directamente en el virus sino en los efectos directos de esta bacteria”, afirmó.

Recomendaciones

Para los pacientes más vulnerables Almonte recomienda asistir a sus consultas, no postergar sus tratamientos si se le ha terminado la receta y no tener miedo de acudir a emergencia si presenta algún síntoma.

“Muchos pacientes han tenido evento agudos y por el miedo al contagio, por el coronavirus, no asisten y eso es peor. Deben de comunicarse constantemente con su médico ante cualquier duda o síntoma que presenten”, indicó.

La cardióloga señaló que lo correcto es seguir las medidas de buenos hábitos, disminuir el consumo de sal y azúcar de alcohol, no fumar, hacer ejercicios en la casa de ser posible y evitar el contacto con personas positivas al COVID-19.

Oriunda de Puerto Plata y egresada Cum laude de la UASD, en la Carrera de Comunicación Social , mención Periodismo. Ganadora del Premio Periodístico en Microfinanzas de Centroamérica y el Caribe.