El Centro Psicosocial Padre Billini alberga a 93 pacientes psiquiátricos
Ingresados al antiguo "28" son referidos desde las Unidades de Intervención en Crisis de los hospitales públicos
Desde el año 2016, el centro psiquiátrico (antiguo manicomio) ubicado en el kilómetro 28 de la autopista Duarte se transformó en el Centro de Rehabilitación Psicosocial Padre Billini, un espacio destinado al tratamiento de pacientes con el fin de lograr su reinserción social.
Yino Martínez, director del centro, explicó a Diario Libre que el cambio en el estilo de abordaje al paciente hacia un sistema integral se originó en la Declaración de Caracas de 1990, aunque en el país se institucionalizó 26 años después.
“Se acabó ese concepto manicomial, pero, se dio paso a lo que es hoy, un centro de rehabilitación psicosocial que tiene ya cerquita de ocho años funcionando”, afirmó Martínez.
El psiquiatra indicó que la entrada de los pacientes a este centro no se hace vía directa, como antes, cuando una familia iba y depositaba a algún miembro, sino a través del referimiento de una de las Unidades de Intervención en Crisis en los hospitales de la red pública, donde previamente se les documenta un expediente.
“Ese expediente consta de análisis, estudios, una buena historia clínica, una investigación social, de dónde vienen, quiénes son sus familiares y todo lo demás. Si el paciente cumple con los criterios para pasar más tiempo en un lugar donde pueda rehabilitarse, entonces ese paciente es derivado acá, no entran directo, vienen desde las Unidades de Intervención”, aseguró.
Los hospitales que más pacientes derivan son: el Moscoso Puello, Darío Contreras, Vinicio Calventi, Salvador B. Gautier y el Jacinto Mañón.
Actualmente, aunque tiene capacidad para 110 personas, el Psicosocial alberga 144 pacientes, combinando 93 de estadías de mediana y larga duración (que van desde los seis meses hasta un año o más) y 51 pacientes no psiquiátricos con patología del neurodesarrollo que habitan el Hogar Ángeles Felices, dentro del mismo complejo sanitario.
Asimismo, hay un grupo reducido de pacientes con residencia permanente, heredados del antiguo sistema psiquiátrico, antes de la transformación al Psicosocial.
- “Este es el único dispositivo de esta naturaleza de mediana y larga estadía”, destacó Martínez al detallar que no hay otra unidad de atención para pacientes psiquiátricos en todo el país con albergue de largas estancias.
Otro aspecto que mejoró con los cambios en el centro fue la disposición de las habitaciones.
"Hay dos o tres pacientes por habitaciones y antes era diferente porque eran pabellones. Ahora todo está distribuido de una manera en que son pequeñas habitaciones que dan espacio a una salida al jardín y otra a un pasillo del módulo. Nos aseguramos que no haya hacinamiento”, comentó Martínez.
La entidad cuenta con el apoyo de tres psiquiatras y 12 psicólogos y posee un presupuesto mensual de unos 2.5 millones de pesos para la cobertura de terapias, medicamentos, alimentación, limpieza, salidas y actividades.
“Esa cifra se nos queda un poquito corta en relación a los gastos que tienen los usuarios”, reconoció el galeno.
Perfil del paciente
Al consultarle sobre los perfiles de los pacientes, el especialista en salud mental señaló que se trata de personas “con un trastorno psiquiátrico, entiéndase una bipolaridad o un trastorno del estado de ánimo e incluye depresión. También los del espectro de la esquizofrenia, el espectro psicótico”.
Martínez aclaró que, aunque la esquizofrenia es una enfermedad crónica, sí se puede estabilizar hasta un punto de llegar a ser funcional y con el debido cuidado y seguimiento (con tratamiento farmacológico y psicoterapia), la persona puede tener una vida autónoma.
De igual modo, reconoció que en los últimos años ha habido una apertura y se habla con más naturalidad de los trastornos de salud mental, minimizando los estigmas y señalamientos.
“El estigma, no solamente en la salud mental, en todas las enfermedades crónicas, es lo que más daño hace, porque evita que las personas busquen ayuda a tiempo y, obviamente, si no busca ayuda a tiempo, eso se va a complicar, todo lo que tú reprimes se deforma”, declaró el psiquiatra.
“Todos, en algún momento, necesitamos ayuda, necesitamos la opinión de un experto”, agregó.
Red de apoyo familiar
El doctor recalcó la importancia del apoyo familiar como parte del tratamiento del paciente psiquiátrico, "porque si no tiene una red de apoyo, es muy difícil reinsertar a un paciente, entonces la familia también recibe terapia. Necesitamos que ellos entiendan la dinámica, que le den confianza, que venzan ese estigma, ese tabú y puedan recibir a sus pacientes para que los puedan ayudar a reinsertarse y hacerlo lo más funcional posible, pero tienen que darle ese voto de confianza y, muchas veces, la familia necesita ser educada psicoeducada en este contexto".
“Aquí hay que dar terapia familiar, muchas veces hay que hacer intervenciones en la comunidad. El paciente es un contexto, no es un individuo”, aseguró.
Señales de alerta
Por su lado, Rosaura Holguín, psiquiatra y gerente médico del Centro Psicosocial, destacó que luego de la pandemia por COVID-19 se ha elevado el número de personas que se acercan a profesionales de la salud mental en búsqueda de apoyo.
Entre los signos de alarma más habituales, Holguín señaló: "Cambio en el ritmo de vida, pérdida del deseo de hacer las cosas que les gustan, desmotivación, alteración de la concentración, de la memoria, falta de energía, aumento o pérdida de peso, aislamiento, otros se refugian en el consumo de sustancias".
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