El machismo segó la vida de ocho mujeres solo en junio

El número de feminicidios no deja de crecer. Durante los seis primeros meses del año, la violencia de género extrema arrebató la vida a 29 mujeres, entre ellas dos niñas con dos y 15 años.

Trece mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas durante los meses de abril a junio. Algunas con saña, como Eduarda Díaz, embarazada de cinco meses, cuyo cadáver fue mutilado por el feminicida. O como Marleni Alexandra Burgos Amparo, obligada a enviar notas de voz a su madre en las que se despedía.

Todas con historias de abusos y de silencios. De desprotección estatal y social. Víctimas de una violencia estructural contra las mujeres que se prefiere mirar de soslayo, y siempre en casos excepcionales. ¿A quién conmovió la muerte de Nashli Sánchez Paulino, 15 años, por negarse a mantener relaciones sexuales con un hombre que le doblaba la edad? ¿Quién se detuvo a pensar en las causas de este feminicidio en lugar de justificar su indiferencia culpándola a ella de su propia muerte por “chivirica”?

Desde enero, 29 mujeres han muerto víctimas de la violencia machista. Mujeres de todas las edades, aunque comparten, salvo raros casos, la condición de pertenecer a las clases populares. Es decir, sin la notoriedad que les ganaría convertirse en tendencia en las redes sociales, o merecer un pequeño espacio en los medios que cuente sus dramas. No el de su muerte, escrito en lenguaje policial, sino el de sus vidas como incesante ejemplo de lo que supone para las mujeres que  el Estado siga asumiendo que educar en la igualdad de género y contra la violencia machista es “atentar” contra la familia y contra unos difusos valores que nunca llegan a definirse.

Abril

  • Ella se llamaba Marleni Alexandra Burgos Amparo

    Tenía 45 años. Tenía tres hijos de una relación anterior. La mató a puñaladas su pareja, quien antes obligó a enviar una nota de voz a su madre, en la que se despedía. Tras cometer el feminicidio, el hombre tomó fotos del cadáver y las envió a familiares de su víctima. Vecinos del lugar dijeron a los medios que el feminicida habló con ellos del crimen con absoluta sangre fría. Ocurrió el 22 de abril en Buenos Aires, Herrera, en Santo Domingo Oeste.

Mayo

  • Ella se llamaba Eduarda Díaz

    Tenía 38 años. La mató a puñaladas su expareja, que mutiló el cuerpo y lo dispersó en varias fundas plásticas. La víctima tenía cinco meses de embarazo. Quedan huérfanos tres niños. Uno de ellos, de apenas meses, procreado con el feminicida. La víctima trabajaba como conserje en el Hospital Oliver Piña, de donde la raptó el victimario. Un mes antes, su madre presentó en su nombre una denuncia en la Unidad de Violencia de Género de San Cristóbal, solicitando una medida de protección que nunca llegó. Ocurrió el 25 de mayo en la comunidad de Doña Ana, San Cristóbal.

  • Ella se llamaba Nashli Sánchez Paulino

    Tenía 15 años. La mató de un disparo en la cabeza un hombre con el que se negó a mantener relaciones sexuales, con quien había llegado a una cabaña en compañía de una amiga, también adolescente, y otro hombre. El feminicida le doblaba la edad. Ocurrió el 26 de mayo en la carretera Sergio Vílchez, de sector Monterío, Azua.

Junio

  • Ella se llamaba Miledys Carrasco

    No se publicó su edad. Era odontóloga. La mató de un disparo de escopeta su expareja cuando se trasladaba a su trabajo en el hospital municipal de Dajabón. Viajaba acompañada de una hija adolescente procreada con el feminicida quien, para consumar el crimen, interceptó el vehículo que conducía su víctima, bloqueándole el paso. Según testigos, la jovencita suplicó al feminicida que no matara a su madre. Ubicado en su huida por la Policía, el feminicida murió en un supuesto intercambio de disparos. Ocurrió el 5 de junio en Villa Los Almácigos, Santiago Rodríguez.

  • Ella se llamaba Raisa Guzmán

    Tenía 33 años. Era sargento del Ejército Nacional. La mató a puñaladas su pareja, quien la había invitado a su trabajo, un local de expendio de bebidas. Según el Ministerio Público, el feminicida embriagó a su víctima, pidió a los clientes que se retiraran, desconectó las cámaras de seguridad y la luz, y la mató. Después llamó con insistencia al propietario del local confesando el feminicidio y solicitando su ayuda para deshacerse del cuerpo. El acta acusatoria recoge indicios de la planificación del hecho. Ocurrió el 9 de junio en Villas Agrícolas, Distrito Nacional.

  • Ella se llamaba Sujeiri Castillo

    Tenía 38 años. Tenía un puesto de uñas. La mató a balazos su pareja mientras ella compartía con unas amigas cerca de su residencia. Tenía tres hijos procreados con el feminicida. Una de las amigas de la víctima recibió un disparo que le perforó el páncreas. Ocurrió el 14 de junio en La Guáyiga, Pedro Brand.

  • Ella se llamaba Crisleidy Rosario Polanco

    Tenía 20 años. La mató a puñaladas su expareja, con quien había procreado una niña que ahora tiene dos años. “Momentos de desesperación”, afirmó el feminicida para justificarse por la muerte de la joven, quien acudió a una cita a la que él la había convocado. La víctima se negaba a la reconciliación. Cuando un periodista le preguntó si se “arrepentía”, se limitó a responder: “Ya está hecho”. Ocurrió el 29 de junio en comunidad La Isleta, Moca.

Esta historia es parte del especial “Ellas se llamaban...” de Diario Libre, realizado por Margarita Cordero.

Periodista dominicana, feminista y con una amplia trayectoria en medios radiales, televisivos y escritos.