Don Marino Rodríguez, el prestamista que salió a comprar un vehículo y no regresó
Antes de desaparecer, Marino se desempeñaba como prestamista de sus amigos más cercanos y vendedor vehículos reparados
El caso de Armando “Marino” Rodríguez Peralta, un hombre de 56 años, fue conocido el pasado 14 de marzo. En esa fecha, reportan sus familiares, desapareció.
De acuerdo con informaciones obtenidas por su hermana, Seria Rodríguez Peralta, Marino salió de su casa en Caballona, Hato Nuevo, para ir Villa Altagracia a comprar un vehículo. Cargaba una alta cantidad de dinero en efectivo no especificada.
Pudo haber hecho una parada técnica en el cruce de Manoguayabo, lugar donde habituaba ir todos los días. Testigos le manifestaron a Seria, de manera dubitativa, que lo vieron allí el día que fue reportado desaparecido.
Sin embargo, doña Seria denunció que desde el primer momento del reporte de la desaparición, la División de Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Policía Nacional “no se interesó en rastrear los últimos pasos de su hermano” a través de las cámaras de vigilancia ni de interrogar a las personas cercanas a él.
“Yo no he tenido vida, yo no esperaba que esto se alargara tanto, porque no hemos tenido una respuesta como familia de las autoridades. No han agarrado a nadie, fui la primera en poner la denuncia, fui a todos los destacamentos, le dije quiénes eran las personas más cercanas a mi hermano y que los interrogaran y me dijeron no hacían nada interrogándolo para soltarlo al siguiente día por falta de pruebas, supuestamente”, pero la señora entiende que “entre ellos, alguno podía meter la pata”.
Antes de desaparecer Marino Rodríguez Peralta era conocido como un prestamista y vendedor de vehículos reparados.
“A lo largo de su vida ha trabajado como chofer de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA), guagüero de la ruta 27, luego compró guaguas con su ruta Hato Nuevo-Duarte. En los últimos años incursionó como prestamista de sus amigos más cercanos, su último negocio fue la compra de vehículos chocados, que reparaba con un socio mecánico para venderlos reparados”, detalló su hermana. “El carro que iba a comprar en Villa Altagracia era para su uso personal”, especificó.
Remitido a casos complejos
Cuando Marino llevaba seis meses desaparecido, su caso fue remitido al Departamento de Casos Complejos de la Fiscalía de Las Caobas en Santo Domingo Oeste. Desde entonces, unas ocho personas fueron interrogadas, tal como había solicitado doña Seria desde el principio.
Entre las personas interrogadas, la hermana de don Marino citó a su sobrino nieto, dos amigos, dos hermanos y el socio mecánico.
Pasados dos meses de los interrogatorios, nuevamente, Seria deploró la falta de respuestas. Está consciente de que en materia de desparecidos el país no cuenta con personal ni recursos suficientes para investigar, pero teme que por el número de casos de personas que no aparecen, su hermano que lleva ocho meses sin que se conozca su paradero, sea olvidado.
Hizo un llamado al presidente Luis Abinader para que ordene la creación de una ley o el establecimiento de un departamento de personas desaparecidas con presupuesto y personal suficiente dedicado únicamente a la investigación de estos casos "para que las familias se sientan apoyadas", acotó.
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