Con dinero de socios de Coop-Herrera adquirieron, villas, yates, programa de radio y vehículos de alta gama
La Operación Buho destapa un entramado financiero en Coop-Herrera que permitió a los implicados adquirir bienes de lujo con los fondos de los asociados.
De acuerdo con la solicitud de medida de coerción de la Operación Buho, los implicados en la investigación desarrollaron un entramado financiero y una estructura dentro de la cooperativa Coop-Herrera que respondía a la voluntad del administrador general, Jorge Eligio Méndez, y que les permitió usar los fondos de los asociados para adquirir bienes de lujo que ocultaban a través de empresas.
El Ministerio Público solicitó que se imponga la prisión preventiva como medida de coerción en contra de los siete directivos de la Cooperativa de Ahorros y Crédito Herrera (Coop-Herrera) arrestados durante la Operación Búho por su vinculación a un fraude de unos RD$2,500 millones y que se declare el proceso de tramitación compleja.
El fiscal Jonathan Pérez Furcal depositó la instancia ante la Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente de Santo Domingo Oeste en contra de Los arrestados Jorge Eligio Méndez, Gabriel Santana Borsilea, Kenia Del Carmen Liriano Pérez, Ana Cecilia Tejada Santos de Álvarez, Simona Borsilea, Jacer Eliazar Mejía Pereyra y Julio César Minaya.
El documento señala que esta estructura "respondía de forma exclusiva al presidente de la cooperativa, quien luego se convirtió en Administrador General, colocando en el consejo de administración, gerencia de crédito, gerencia general, auditoría y las distintas áreas administrativas, familiares y personas de extrema confianza que le permitían manejar los fondos de los socios como si fuera un patrimonio propio".
Méndez y sus asociados en Coop-Herrera, de acuerdo con la solicitud, utilizaron documentos falsos como garantías para otorgarse préstamos millonarios los cuales no fueron pagados. Se simulaban reestructuraciones de préstamos de forma mensual y anual, para hacer aparentar los balances como positivos en los estados financieros de la cooperativa, pero la realidad es que nunca se pagaba las cuotas de estos créditos.
Los socios involucrados en la estructura creaban créditos falsos que luego se desembolsaban en las cuentas de los socios que participaban en la estructura criminal, y con estos simulaban la apertura de certificados financieros a plazos (sin respaldo económico), los cuales generaban intereses que si eran retirados en efectivo o usados para pagar las nóminas de las empresas que participaban en la red.
Según el Ministerio Público, fueron adquiridos villas, vehículos de alta gama y yates utilizando como método de pago los certificados financieros desprovistos de garantía en Coop-Herrera o sin respaldo colateral, los cuales generaban intereses mensuales que eran retirados por los vendedores, y cobrando muchos de estos la cancelación total de los mismos, sin embargo, el dinero pagado salía de los ahorros de los socios.
Los bienes eran colocados a nombre de empresas y de terceras personas cercanas a los miembros de la estructura criminal.
¿Cómo se presentaban informes favorables?
"Asimismo, en los últimos días del mes de diciembre de cada año, eran librados cheques de parte de los socios miembros de la red delictual, por sumas millonarias de dinero, y les daban entrada a los estados financieros de la cooperativa, sin embargo, en los primeros días de enero eran devueltos por falta de fondo. Esta operación permitía reflejar una ficticia liquidez al cierre".
También se falsificaron certificados de depósitos a plazo fijo para poder reflejar una ficticia liquidez, constituyendo esto una falsificación de valores o títulos. El Ministerio Público sostiene que se alteraban los estados financieros de la cooperativa para reflejar una liquidez aparente y de esta forma poder seguir atrayendo socios e inversiones, y asegurarse de que se continuaran las operaciones delictuales.
De acuerdo con el Ministerio Público, en el año 2020 fue disuelto por el Consejo de Administración el comité de crédito luego de haber rechazado la autorización de préstamo para uno de los socios miembros de la red, pues la garantía presentada no era idónea, sin embargo, se libraban actas con firmas escaneadas de los miembros de este.
Con el fin de blanquear los capitales y bienes adquiridos, la red criminal diversificó distintas actividades económicas, adquiriendo programas de radio, agencias de viajes y negociando la adquisición de acciones en bancos múltiples.
También se alteraban los sistemas con la incorporación de datos falsos, haciendo parecer que las cuentas de ahorro de determinados socios habían recibido cantidades de dinero por caja, el cual nunca ingresaba a las cuentas de la cooperativa ni a la bóveda de esta.
En 2020 tomó control total de la Cooperativa
El Ministerio Público también alega que este grupo usó la Coop-Herrera para otorgar préstamos millonarios simulados a personas, sin perfil financiero idóneo, y luego con esto abrían certificados financieros y se simulaba el pago de otros créditos de miembros de la red. Además, se creaban certificados financieros falsos a nombre de los mismos miembros de la red, quienes tomaban préstamos a la cooperativa y los pagaban con intereses generados de los certificados sin respaldo.
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