Retos, memes, cooperación, quejas y nostalgia: memorias del deporte confinado

Natalia Arriaga

Madrid, 30 may (EFE).- Con los centros de alto rendimiento frecuentados por un número creciente de profesionales, los gimnasios a punto de abrir en las zonas que desde el lunes entren en la Fase 3 de desescalada y las competiciones de fútbol y baloncesto con fecha de vuelta (11 y 17 de junio), el confinamiento del deporte en España, como en gran parte de Europa, tiene los días contados.

Han sido más de dos meses anómalos en los que deportistas, técnicos, dirigentes y público han debido improvisar para hacer frente a un rival, el coronavirus, que resultaba desconocido y ante el que aún deberán tomar estrictas medidas de protección al retomar la actividad.

Durante el confinamiento al que ahora se ve final, alejados de los estadios, los protagonistas del deporte buscaron refugio en sucedáneos que les sirvieron para entrenarse y distraerse y con los que se podría escribir la memoria deportiva del confinamiento.

DEPORTE CASERO, RETOS A DISTANCIA

La karateca Sandra Sánchez demostró que se puede montar un dojo en una casa; el baloncestista Carlos Suárez hizo populares las sentadillas con su mujer subida a los hombros; el triatleta Javier Gómez Noya nadó en una piscina hinchable; la atleta Ana Peleteiro se compró una bicicleta para hacer 'spinning' y las componentes del equipo de natación artística sincronizaron su ejercicio desde sus respectivos hogares.

Otros deportistas compartieron sus conocimientos en videos tutoriales destinados a sus fans, como la gimnasta Elisa Pérez y sus clases de rodamiento con la pelota o la exwaterpolista Jennifer Pareja y sus sesiones de gimnasia en el pasillo.

Los deportistas se lanzaron y aceptaron retos, como el máximo número de burpees al que se unió la judoca Julia Figueroa, aunque los más comentados a nivel mundial fueron la victoria de la atleta sudafricana Caster Semenya sobre el futbolista portugués Cristiano Ronaldo en mayor cantidad de abdominales y las tablas que firmaron desde los jardines de respectivas sus casas el sueco Armand Duplantis, vigente plusmarquista mundial de pértiga, y el francés Renaud Lavillenie, su antecesor en la titularidad del récord.

Hubo incluso deportistas que se animaron a demostrar sus habilidades extradeportivas, como el tenista Rafael Nadal y su intento de bizcocho, la jugadora de bádminton Carolina Marín y las sevillanas que bailó con su madre y la gimnasta Roxana Popa y las dotes de reportera que exhibió en sus entrevistas en Instagram a otras figuras de su deporte.

DEPORTISTAS SOLIDARIOS

El colectivo del deporte animó desde el primer día a sus seguidores a cumplir las normas para contener la enfermedad y mostró su cariño a los afectados por la COVID-19.

Todos los deportistas que, por su formación o profesión, pudieron sumarse a la lucha contra el virus lo hicieron sin titubear. Las futbolistas Oihana Aldai y María Sanjuan y la balonmanista Laura Hernández volvieron a ser enfermeras, el piragüista Saúl Craviotto se reincorporó a su plaza en el Cuerpo Nacional de Policía, el árbitro y exjugador de hockey Javier Medina se volcó en su trabajo de transportista de material para farmacias y hospitales. Susana Rodríguez, campeona mundial de triatlón paralímpico, se olvidó de todo para centrarse en su labor de médico residente en el hospital de Santiago de Compostela.

Rafael Nadal y Pau Gasol lanzaron la iniciativa solidaria #CruzRojaResponde, a la que se sumaron otras estrellas y que continúa recaudando fondos para ayudar a los afectados por la pandemia.

Los mayores, los más golpeados por la enfermedad y por la soledad del confinamiento, recibieron llamadas telefónicas inesperadas de futbolistas como Koke Resurrección o Sergio Canales, que les regalaron un rato de charla y se preocuparon por sus necesidades. Y el exboxeador Javier Castillejo, excampeón del mundo superwléter y mediano, repartió comida, puerta a puerta, entre los ancianos de Parla.

El exjugador de baloncesto Alfonso Reyes, que padeció la enfermedad, publicó en twitter un diario de su experiencia que tuvo gran seguimiento, en el que alternó la enumeración de sus síntomas con opiniones políticas y recomendaciones culinarias y culturales.

MEMES A CAMBIO DE UNOS SEGUNDOS DE FAMA

Las redes sociales convirtieron en famosos a personajes como 'el lagarto de Barceloneta', las muñecas hinchables de las gradas del estadio coreano, el corredor que completó un maratón en el balcón de su casa, la 'influencer' Patry Jordan y sus clases de fitness o la escaladora que trepó por los muebles de su cocina.

El meme más viral de la pandemia, el del ataúd portado por un grupo de bailarines de Ghana, tuvo mil y una versiones adaptadas al deporte. Hasta los regates de Leo Messi y de Luka Modric fueron en algún momento incluidos como parte del simpar baile funerario.

EN BRAZOS DE LA NOSTALGIA

A falta de deporte en directo, los medios de comunicación desempolvaron sus archivos para recordar los grandes episodios de la historia del deporte y homenajear a sus protagonistas.

Las gestas de Perico Delgado y Miguel Indurain en el Tour, el gol de Iniesta, las medallas olímpicas, los Roland Garros de Nadal, la Copa Davis, los títulos europeos de Real Madrid y FC Barcelona, los mejores ejercicios de gimnasia rítmica... Si algo había quedado en el olvido, este fue el momento de recuperarlo.

Entre todos los ejercicios de nostalgia se llevó la palma el gran documental emitido por Netflix sobre Michael Jordan. 'The Last Dance' fue un éxito a escala mundial que a fecha de 20 de mayo había sido visto en 23,8 millones de hogares de todo el planeta.

RUEGOS Y PREGUNTAS

Como todos los colectivos profesionales, los deportistas mostraron durante el periodo de más duro confinamiento su inquietud ante las múltiples incertidumbres que les abría la pandemia.

Primero fue la imposibilidad de entrenar, luego la larga espera que precedió al aplazamiento de los Juegos Olímpicos, después las distintas fases de la desescalada.

'Llevamos nueve semanas sin agua; en eso vamos a ser campeones', dijo el entrenador de Mireia Belmonte, Fred Vergnoux; 'No entiendo por qué no podemos jugar al tenis si hay gente que va a trabajar', señaló Nadal; 'Es indignante que los olímpicos no podamos salir aún al agua', lamentó la regatista Silvia Mas; 'Seguimos con las bobadas extremas. En un piso de 50 metros fase 1 con 10 personas y en una pista de padel de 200 metros solamente 2 personas Hay que ser... me callo', expresó el extenista Tomás Carbonell. Fueron solo algunas de las quejas más sonoras. La mayoría se fueron apagando según se abrieron vías de escape al aislamiento extremo. EFE

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