Millones de musulmanes en vilo por la peregrinación a La Meca
Taha Mohamed
El Cairo, 7 jun (EFE).- A menos de dos meses para la peregrinación anual a La Meca, millones de musulmanes, como la egipcia Sayeda, esperan con ansiedad una decisión de Arabia Saudí: el hach, la gran peregrinación anual a La Meca, ¿tendrá lugar o no?.
Los ojos de Sayeda, una mujer de 63 años, están puestos en Arabia Saudí. La mujer se ha pasado años tratando de lograr sin éxito un asiento en los codiciados viajes subvencionados y los organizados por el Ministerio de Interior de Egipto, mucho más baratos de lo habitual y que se pueden hacer por unos 4.700 dólares con todo incluido.
Este año, ante la falta de suerte en los sorteos, Sayeda ha decidido optar por pagar al menos el doble por un tour normal de los que ofrecen las agencias de viajes.
'No tengo dinero, vendería las pocas joyas de oro que tengo para ir al hach', afirmó.
Pero en medio de los planes apareció el coronavirus. Arabia Saudí es el país más afectado en el mundo árabe por la COVID-19, con 100.000 casos.
Ante esa situación, el Gobierno saudí ya suspendió a finales de febrero la peregrinación menor, la que se hace durante todo el año, y en marzo pidió a los musulmanes de todo el mundo que no hiciesen todavía sus reservas para viajar a La Meca.
Desde entonces guarda silencio sobre el hach, sin descartarlo ni confirmarlo, y aún hoy nadie sabe qué va a pasar, lo que ha generado una gran inquietud entre los 1.800 millones de musulmanes del mundo.
Países como Singapur e Indonesia ya han cancelado la peregrinación unilateralmente, pero Sayeda no pierde la esperanza de poder realizar 'la última tarea islámica que tiene pendiente', uno de los cinco pilares del islam junto a la profesión de la fe, las oraciones diarias, dar limosna y ayunar en Ramadán.
'Espero que se permita el hach para poder cumplir con mi deber religioso antes de morir', dijo a Efe sobre este viaje, que todo musulmán con recursos y salud suficientes debe realizar al menos una vez en la vida.
Tras concluir a finales del mes pasado el periodo sagrado de ramadán, las autoridades saudíes anunciaron un plan de desescalada en tres etapas para ir levantando las restricciones paulatinamente hasta el 21 de junio, excepto en La Meca.
El Ministerio de Interior apuntó que 'la peregrinación menor y las visitas continuarán suspendidas' en la ciudad sagrada, que recibe cada año a millones de musulmanes y que ha sido uno de los focos de infección del país.
Ahmed Nabil, de 42 años, cree que es pronto para hacer conjeturas.
'Quedan dos meses para el hach, las cosas pueden mejorar, incluso aunque sólo se permita el hach con un número reducido (de personas), no como cada año', explicó a Efe este padre de dos hijos.
En 2019, casi 2,5 millones de musulmanes realizaron la peregrinación anual, un cuarto de ellos saudíes, según datos de la Autoridad General de Estadísticas de Arabia Saudí.
Para Nabil, el viaje es un sueño que lleva tratando de cumplir desde hace cerca de una década y que hasta ahora no había podido realizar debido principalmente al aspecto financiero, a pesar de tener dos empleos en medios de comunicación.
No descarta tener que posponerlo hasta 2021, pero cree que este año tendrá una 'mejor oportunidad'. Y es que el hombre espera que se limite el número de peregrinos y prevé que muchos ancianos y personas con enfermedades crónicas se quedarán en casa.
'No soy viejo, no tengo ninguna enfermedad crónica y estoy dispuesto a tomar cualquier precaución', concluyó Nabil. EFE
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