El precio de moverse guardando distancia en el Metro de Santo Domingo

El precio de estar desahogados en estos días en un vagón del Metro de Santo Domingo y en horas pico, como medida preventiva para evitar la propagación del COVID-19, implica entrar a las estaciones de las dos líneas del medio de transporte para colocarse en una extensa y desesperante fila que puede hacer desistir a muchos usuarios.

Ese fue el panorama de hoy viernes, minutos antes de las 7:00 de la mañana en la estación Mamá Tingó, en Villa Mella, Santo Domingo Norte, y también ayer minutos antes de las 5:00 p.m, en la Pedro Mir de la Abraham Lincoln.

Este viernes es el tercer día de servicio de los medios de transporte público, autobuses de OMSA, teleférico y el Metro de Santo Domingo, luego de dos meses de parálisis por el estado de emergencia que empezó a flexibilizarse el miércoles al disponerse la apertura de todas las empresas con el 50 y el 25 por ciento de su empleomanía, dependiendo de su tamaño.

El metro, el teleférico y la OMSA solo están circulando con el 30 por ciento de su capacidad, según lo dispuesto por el presidente Danilo Medina.

Aunque en horas de la tarde del miércoles se congestionaron varios vagones, lo que, según las autoridades, se debió a una falla por seis minutos de un tren que afectó a los demás en la línea 1, el servicio se ha mantenido respetando el distanciamiento requerido para evitar contagios del coronavirus.

Ese día, según la Oficina para el Reordenamiento del Trasporte (Opret), se transportó 51 mil pasajeros, la mitad de usuarios que se trasladaba antes de la pandemia.

La mayoría de los vagones tienen marcados los espacios que deben ser ocupados por los usuarios, incluidos los asientos y antes de entrar a las estaciones a los pasajeros se les desinfectan los zapatos. También en las paredes de los andenes hay alcohol para desinfectarse las manos.