David de los Santos llegó deshidratado al Darío Contreras, dice su director
Director del Moscoso Puello defiende atención dada al paciente
Entre los familiares y amigos David de los Santos, el joven de 24 años que murió luego de estar detenido en un destacamento de la Policía Nacional en Naco, existe un sabor amargo que acompaña su dolor por la pérdida: que el joven no recibió a tiempo la atención médica que necesitó.
Sin embargo, entre los directores de los dos hospitales que atendieron al joven por los traumas severos que presentaba en varias partes de cuerpo y cuyas causas son objeto de investigación, existe la convicción de que ellos hicieron todo cuanto debían y mandaba el protocolo de salud para esos casos.
“No solo le hicieron los daños, sino que también lo dejaron morir”, comenta Lerián Alberto Contreras, el amigo de David que ayudó a sus familiares a buscarlo cuando lo daban por desaparecido y quien fue la persona que lo encontró en el hospital Francisco Moscoso Puello, luego que la propia Policía les indicó que lo habían llevado allí, porque había tenido presuntamente problemas de presión.
Al llegar al Moscoso Puello, sin embargo, la presión arterial se le había estabilizado, pues de acuerdo a las informaciones que suministra el director del centro, Enmanuel Silverio, la presión del joven era de lectura normal.
Silverio aseguró a Diario Libre que al paciente se le dio toda la atención, incluido tomografías de cráneo, sonografía de tórax, que fue medicado y canalizado.
Sostiene que no pasó más de media hora entre la llegada del paciente y la realización de los estudios, cuyos resultados indicaron que se trataba de un paciente que ameritaba ser referido a un hospital de traumatología y entonces procedieron a realizar las gestiones para enviarlo al Ney Arias Lora.
Pero su afirmación choca con la declaración de Alberto, que asegura que cuando encontró a su amigo David todavía tenía en la camilla las indicaciones de los estudios que le mandaron a hacer y que el personal alegó que el joven no permitía que se lo hicieran porque estaba incontrolable.
A Alberto le parece raro, pues asegura haber encontrado a David casi inconsciente y que ante la falta de diligencias para atenderlo adecuadamente, gestionó, él mismo, que lo llevaran al hospital traumatológico Darío Contreras.
A ese centro llegó en ambulancia privada el pasado viernes en la tarde, dos días después de que saliera de su casa en Los Alcarrizos y de que fuera visto por última vez en la plaza comercial Ágora Mall, donde habría tenido un inconveniente con una empleada, retenido por la seguridad de la plaza y luego entregado, esposado, a la Policía Nacional.
“Vino directo a la unidad, en condiciones de suma delicadeza, deshidratación severa, con un trauma craneal, que eso era lo que se veía a groso modo, y fue inmediatamente atendido en la unidad de trauma shock (es una unidad de cuidados intensivos, pero en emergencias) en nuestro hospital. De ahí fue subido a nuestra unidad formal, en la tercera planta, de cuidados intensivos, donde fallece en horas de la tarde del domingo”, declaró César Roque Beato, director del Darío Contreras.
El médico no establece qué tiempo pudo tener el paciente sin recibir líquido, tampoco el porqué de la deshidratación severa si estaba canalizado desde el centro que lo refirió, pues aclara que en medicina dos más dos no siempre dan cuatro, además de que, en personas musculosas, como es el caso de David, la deshidratación puede darse con facilidad.
Lo que sí deja claro es que, en ese centro, a David de los Santos no le faltó nada, incluida la atención.
“Se aplicaron todas las medidas, pues gracias a Dios, la cama que le tocaba estaba vacía, y la cama de intensivo estaba vacía, que ahí nunca tenemos cama, mi intensivo tiene 21 camas, que es el más grande del país y siempre está lleno, pero él consiguió cama”, dijo.
Enfatiza en que “él llegó a donde tenía que llegar, necesitaba un ventilador y aquí había; necesitaba cama de intensivo, aquí había. El escenario se le dio”, sostiene el doctor, con una versión que corrobora Alberto, que asegura que en ese centro se hizo todo lo posible por salvar la vida de su amigo.
Sobre las marcas de posibles quemaduras, al parecer con choques eléctricos, que los familiares dicen haber visto en el cuerpo de David, ambos directores de los centros de salud prefirieron no hacer referencias a las evaluaciones, alegando que se es parte de las investigaciones que corresponden al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), sobre todo cuando hay una investigación en curso.
Aunque se investiga la forma en cómo se produjeron los golpes que tenía el cuerpo de David, que llevaron a concluir en “trauma contuso craneoencefálico severo” en el acta de defunción que arrojó el homicidio como causa de muerte, a pesar de que la Policía asegura no haberle puesto la mano y ha sugerido que el joven se autolastimó.
Ayer, el ministro de Interior y Policía, Jesús Vásquez Martínez, visitó el destacamento de Naco donde estuvo detenido David de los Santos y desde ahí anunció que dará a conocer una serie de medidas de prevención para que casos como este no vuelvan a ocurrir.
También reiteró su promesa de que “quien sea culpable de la muerte va a pagar la consecuencia, no importa quien sea”.
“La investigación del caso está a manos de un Ministerio Oúblico independiente. El Ministro Público está trabajando para que salga la verdad y solamente la verdad”, declaró.
La Universidad Nacional Evangélica (UNEV) repudió el martes la muerte de David De los Santos, y dijo lamentar sobremanera la muerte del que fuera uno de sus egresados. Envió condolencias a la familia del joven por la pérdida del profesional, “nacido en una familia creyente en Dios, joven que logró formarse como profesional en Educación mención Física en la UNEV, obteniendo los máximos honores en su promoción”. La UNEV solicitó también al Ministerio Público esclarecer el hecho y castigar con todo el peso de la ley a los responsables. Las autoridades de la UNEV, en la persona de su rector Juan Guerrero Ávila, manifestaron su tristeza, indignación y preocupación por ese caso y el de otros ciudadanos fallecidos a manos de la policía en circunstancias confusas.
La versión del inconveniente de David en la tienda
Las empleadas de una de las tiendas de Ágora Mall, donde labora la mujer que supuestamente había sido amenazada por el joven David de los Santos, explicaron a Diario Libre cómo empezó el incidente que llevó a su detención.
De acuerdo con lo narrado, la mujer que fue amenazada, ronda los 40 y algo de años de edad, tiene tres hijos y un nieto. Hacen esta aclaración para descartar cualquier vínculo que se pueda sugerir entre la señora y el joven fallecido.
Las empleadas afirman que nunca lo habían visto, que simplemente lo recibieron en la tienda como acostumbran recibir a los clientes “con mucha amabilidad”. Precisan que todo se tornó extraño en el momento que el joven miró y supuestamente señaló a la mujer diciéndole que con ella quería hablar.
La insistencia que el joven tenía por hablar con la señora generó pánico en las trabajadoras.
Una de las mujeres manifestó que De los Santos le preguntó a la señora: “¿Qué le pides a Dios?”. Agrega que ahí ella le dijo que le pide por su familia, salud y eso... Luego el joven le preguntó a que si ella no pedía por su vida y le dijo que lo pensara bien. “Ahí de una vez le dijo que pidiera por su vida que en quince días venía por ella”, expresó una de las empleadas.
Indicó que en ese momento la señora quedó muy atemorizada y llorando, por lo que la otra compañera le pidió a una tercera, de forma discreta, que no la dejara sola que iba en busca de ayuda en la plaza.
“En ese momento estaba pasando un militar cualquiera y él pensó que la chica lo había llamado y se asustó, ahí le dijo a mi compañera que si ella había llamado a la policía y se marchó”, precisó.
Asegura que David salió caminando hacia otra tienda y que, como ya había alertado al personal de seguridad, estos fueron en busca de él para aclarar su actitud hacia la señora.
De acuerdo con la versión de las empleadas, la señora quedó muy nerviosa y una clienta se quedó ayudándola para que se calmara.