VIDEO | Crece el llamado a la prohibición de las armas nucleares ante la amenaza rusa
Según simulaciones de la Universidad de Princeton (EEUU), una escalada nuclear entre la OTAN y Rusia podría "dejar casi 100 millones de víctimas solo en las primeras horas" del conflicto
Suechi Kido tenía cinco años cuando Estados Unidos lanzó una bomba atómica sobre Nagasaki. Desde entonces, lucha incansablemente por la abolición de las armas nucleares, inscrita en un nuevo tratado cuyos protagonistas se reúnen esta semana en Viena.
Por primera vez desde su entrada en vigor a inicios de 2021, diplomáticos, activistas y expertos se reúnen de martes a jueves, en plena amenaza rusa, para dar vida a este texto ratificado hasta ahora por 65 Estados (de 86 signatarios).
"Nunca, desde la Guerra Fría, ha estado tan presente el riesgo de una escalada nuclear", declaró en la apertura de la reunión el ministro austriaco de Asuntos Exteriores, Alexander Schallenberg, evocando una "espada de Damocles que se acerca".
En este contexto belicoso, "no hacer nada es correr hacia la catástrofe. No podemos confiarnos simplemente en la creencia de que eso nunca ocurrirá", dijo a la AFP Jean-Marie Collin, portavoz en Francia de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN).
- Llamado de atención -
Después de 35 años de declive del arsenal atómico mundial, el contexto actual empuja "a muchas potencias a repensar sus propias estrategias atómicas", según un reciente informe del Sipri. "Existe el peligro de un retorno a la situación de los años 1950-60, con más actores", dice el diplomático austríaco Alexander Kmentt, que preside la conferencia. Kmentt considera que el conflicto es una "llamada de atención para alejarse del paradigma de la disuasión nuclear, que es precario y arriesgado".
Las referencias explícitas del presidente ruso, Vladimir Putin, al uso de la bomba atómica "demuestran la fragilidad de este sistema", estimó en una entrevista con AFP este especialista en desarme, uno de los arquitectos del Tratado Internacional de Prohibición de Armas Nucleares (TIAN).
Los países de la OTAN se jactan de las virtudes protectoras de su arsenal, pero "en realidad, sus armas han demostrado ser inútiles para evitar la agresión rusa contra Ucrania", coincide Daryl Kimball, director de la Asociación de Control de Armas, que intervino el lunes en una conferencia de expertos en Viena. Mientras que Rusia, con su poderío atómico, lidera una ofensiva potencialmente "mucho más peligrosa", advirtió.
Según simulaciones de la Universidad de Princeton (EEUU), una escalada nuclear entre la OTAN y Rusia podría "dejar casi 100 millones de víctimas solo en las primeras horas" del conflicto.
- "Mal absoluto" -
Los signatarios del TIAN buscan la eliminación total, irreversible y verificable, de las armas nucleares, lo que "introduce cuestiones innovadoras como la de tener en cuenta a las víctimas, incluidas las de las pruebas nucleares", afirma Collin.
El nuevo documento pretende ser "complementario" del Tratado de No Proliferación (TNP), de medio siglo de antigüedad, y establecer un plazo para que las potencias nucleares se adhieran a él.
Pero ninguno de los nueve países con armamento nuclear (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte) ha aceptado firmarlo, ni siquiera asistir a la reunión como observadores.
"Tenemos que convencer a estos Estados, pero llevará tiempo. No haremos desaparecer las armas nucleares con un movimiento de varita mágica", reconoció Kmentt.
Por otro lado, cuatro miembros de la OTAN (Alemania, Noruega, Bélgica y Holanda) han enviado representantes, según la ICAN, que ganó el Premio Nobel de la Paz en 2017 por su papel en la redacción del tratado. También está Australia, que se beneficia del paraguas nuclear estadounidense.
Japón, aliado de Washington, ha descartado por ahora unirse al proceso, pese a que es el único país golpeado hasta ahora por el fuego nuclear. "¿Por qué este rechazo?", lamentó Kido, de 82 años, en la tribuna el lunes, frente a una sala donde se instalaron los alcaldes de las ciudades mártires de Nagasaki e Hiroshima.
Es "el arma del mal absoluto", que aniquila a los vivos en un suspiro y no deja que los supervivientes vivan en paz, fustigó este "hibakusha" (sobreviviente en japonés).