VIDEO | Trump califica su inculpación de "insulto" para EEUU
El expresidente defendió el martes su conducta horas después de convertirse en el primer expresidente inculpado en la historia de Estados Unidos
Donald Trump defendió este martes su conducta horas después de convertirse en el primer expresidente inculpado en la historia de Estados Unidos, durante un discurso en el que criticó con dureza la investigación en su contra.
"Nunca pensé que esto pudiera ocurrir en Estados Unidos", dijo el exmandatario ante un grupo de fieles reunido en la sala de baile de su mansión de Mar-a-Lago, en Florida.
"Es un insulto para nuestro país", declaró a su regreso de Nueva York. "El único delito que he cometido es defender sin miedo a nuestra nación de quienes pretenden destruirla".
Desde casa Trump retomó su campaña electoral demostrando, por si hacía falta, que los escándalos judiciales no van a frenar el camino que se ha marcado para regresar a la Casa Blanca.
En un discurso de unos 20 minutos, dijo ser víctima de "una injerencia electoral masiva" y tachó de "izquierdistas radicales" a los fiscales que lo investigan en varios casos.
El ambiente festivo, con aplausos para Trump y abucheos para sus rivales, recordó uno de los mítines habituales del magnate. Al igual que los temas elegidos, como sus ataques contra los demócratas y la acusación sin pruebas de que le robaron las elecciones de 2020 que perdió contra Joe Biden.
- Una imputación sin precedentes -
Horas antes, en su ciudad natal, el expresidente se declaró no culpable de falsificar documentos contables en una audiencia penal que allanó el camino para un juicio que podría comenzar en enero de 2024, pocos meses antes de las presidenciales en las que busca volver a la Casa Blanca.
El multimillonario de 76 años se enfrenta a 34 cargos relacionados con el pago, en 2016, de 130,000 dólares a la estrella del porno Stormy Daniels para que guardara silencio sobre una supuesta relación extramatrimonial que se remonta a 2006 y que él siempre ha negado.
Esta maniobra, según la fiscalía de Nueva York, estaba pensada para no perjudicar la imagen de Trump de cara a las elecciones de ese año.
A primera hora de la tarde, se entregó en un tribunal de Manhattan al que llegó en un vehículo escoltado por el servicio secreto. Delante de la corte, la policía se interpuso entre seguidores y detractores del exmandatario para evitar enfrentamientos violentos.
Trump tuvo que seguir el ritual impuesto a cualquier acusado: declarar su nombre, edad y profesión y someterse a la toma de sus huellas dactilares, aunque parece haber evitado que le sacaran una foto de ficha policial, fuente de tanta humillación pública para las estrellas en Estados Unidos.
Además del pago a Stormy Daniels, según documentos judiciales, el magnate compró el silencio de terceros al menos dos veces más. Pagó 30,000 dólares a un portero de la Torre Trump que afirmaba tener información sobre un hijo del magnate fruto de una relación extramatrimonial, y otros 150,000 a una mujer que aseguraba tener un romance con el expresidente.
El entonces abogado de Trump, Michael Cohen, se encargó del pago a Daniels, y el magnate le reembolsó el dinero, haciéndolo pasar presuntamente como gastos legales en las cuentas de su empresa Trump Organization.
El pago a la actriz no fue declarado por tanto en las cuentas de campaña del entonces candidato a las presidenciales de 2016, una posible violación de las leyes electorales del estado de Nueva York.
"No se pueden normalizar conductas criminales graves", declaró el fiscal del caso, Alvin Bragg, en una conferencia de prensa tras la comparecencia de Trump. "Todo el mundo es igual ante la ley", añadió.
Trump afronta otras investigaciones penales relacionadas con sus esfuerzos por anular su derrota electoral de 2020 en el estado de Georgia, su manejo de documentos clasificados y su posible implicación en el asalto al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021.
Aún se desconocen qué consecuencias tendrán estos casos en sus aspiraciones de volver a la Casa Blanca, pero el expresidente ha demostrado su resistencia ante los escándalos.
Sobrevivió a dos procesos de destitución en el Congreso, mantiene una gran base de seguidores y, de momento, la mayoría de sus compañeros republicanos han hecho piña en torno a su figura. Entre ellos el que se presenta como su gran rival en las primarias del partido, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien calificó la acusación contra Trump de "antiestadounidense."