El Sena sigue estando demasiado contaminado a un mes de los Juegos de París
Por este motivo tuvo que aplazarse el ensayo de la ceremonia inaugural previsto para el lunes
El río Sena sigue estando demasiado contaminado para permitir el baño, según los resultados de los análisis realizados entre el 16 y el 23 de junio y que fueron publicados este viernes por el Ayuntamiento de la capital francesa, a un mes del inicio de los Juegos Olímpicos.
"La calidad del agua sigue degradada debido a un contexto hidrológico desfavorable: lluvias, caudal elevado, poca luz solar, temperaturas inferiores a las habituales en esta época y una contaminación río arriba", precisó el ayuntamiento.
"Esperamos que la situación mejore esta semana teniendo en cuenta las previsiones del tiempo", comentó por su parte la prefectura de la región parisina a la AFP.
El prefecto Marc Guillaume ya había advertido que el baño no estaría autorizado a comienzos de julio debido al alto caudal del río, que desde hace un mes es seis veces superior a lo habitual en esta época, con un pico de 666 metros cúbicos por segundos el domingo 23 de julio, cuando lo habitual en este periodo es entre 100 y 150 metros cúbicos.
Por este motivo tuvo que aplazarse el ensayo de la ceremonia inaugural previsto para el lunes.
La concentración de las dos bacterias fecales en la que se basa el reglamento para autorizar el baño sufrió una fuerte subida con respecto a los valores de las dos primeras semanas de junio, con picos muy elevados entre el 18 y el 20 de junio.
Estos malos resultados, debidos en buena parte a las condiciones meteorológicas adversas, han reforzado las dudas sobre si se podrán disputar en el río, tal y como está previsto, las pruebas de triatlón y de natación en aguas abiertas.
Incluso corre peligro la ceremonia de inauguración, con un desfile a lo largo de seis kilómetros del río, por el elevado caudal de agua.
En caso de precipitaciones intensas, el agua no tratada (mezcla de la lluvia y de aguas residuales) puede acabar en el río, una situación que las obras de retención inauguradas justo antes de los Juegos tienen la función de evitar.
El plan B consiste en aplazar unos días las pruebas, pero no un cambio de escenario.