Huelga de guionistas: ¿hasta qué punto podrán ser sustituidos por la Inteligencia Artificial?
Se trata de un movimiento sin precedentes para exigir aumentos salariales
Una huelga de guionistas y actores paraliza Hollywood desde el 2 de mayo. Se trata de un movimiento sin precedentes para exigir aumentos salariales. Además, los avances de la Inteligencia Artificial son otra fuente de inquietud, alimentando el temor de una "sustitución" por parte de esta tecnología. ¿Está justificado este temor? Lo analizamos.
Un día primaveral de junio, a las puertas de los estudios de Hollywood. Pero el espíritu del 'Happy End' no estaba en el aire. Carteles en mano, una pequeña multitud de actores acudió a manifestarse.
Al ser abordado por los corresponsales locales de France 24, un guionista satiriza sobre la situación: "Somos los que imaginamos 'Terminator', así que estamos en una buena posición para saber que esto podía a pasar, tarde o temprano".
En el mítico barrio de Los Ángeles, los robots no van a entrar en guerra contra la humanidad, como en la distopía imaginada en 1984 por James Cameron. Pero los avances en inteligencia artificial están exacerbando los temores dentro de Hollywood.
Desde hace tres meses, 11.500 guionistas están en huelga, según estimaciones citadas por Reuters. El resultado: además de cancelaciones de programas, la huelga ha interrumpido la mayor parte de la producción de la temporada televisiva de otoño y ha paralizado películas de gran presupuesto.
En julio, los actores se unieron a las filas de los guionistas en huelga. Las principales demandas que comparten son un aumento salarial y la limitación del uso de la Inteligencia Artificial (IA) en la profesión.
Esta última se percibe como una amenaza. "Temo que deleguen cada vez más cosas en la inteligencia artificial (...) y que haya un villano que perfeccione esta tecnología y se deshaga definitivamente de los guionistas", señala un manifestante.
Al otro lado del Atlántico, Fabrice Epelboin, profesor de Sciences Po, comenta: "El peligro al que se enfrentan estos actores y guionistas es muy real".
Según este especialista en temas digitales, estamos "muy cerca" del día en que los largometrajes, documentales y otras creaciones audiovisuales puedan realizarse sin cámaras ni actores.
Se trata de un "gran reemplazo" que se cierne sobre ellos, prosigue el académico. Y el cambio ya ha empezado, dado el éxito de la reciente película 'Avatar 2', que mezcla secuencias de acción real con imágenes generadas por ordenador.
Los efectos visuales "artificiales" ya han invadido el cine. A menudo coexisten con planos auténticos, sobre todo para representar multitudes. Con la trilogía de 'El Señor de los Anillos', la técnica ya se dominaba en 2001.
Lo único que frena la llegada de los actores artificiales, según Fabrice Epelboin, es la promoción de una película por parte de las estrellas, esencial para la industria cinematográfica. Dicho de otro modo, Netflix probablemente no habría registrado 320 millones de horas de visualización de 'No miren arriba' sin el sex-appeal de Leonardo DiCaprio, presentando la película en televisión.
Pierre-Jean Benghozi, profesor de la École Polytechnique, admite que "no cree realmente" en la llegada de un cine sin actores. Para este investigador del CNRS, los dobles sintéticos podrían, no obstante, "jugar" parte del rol de los artistas: "Mañana, la pregunta para un productor será '¿por qué no contratar a este actor durante cuatro semanas en lugar de ocho?".
La IA puede generar el avatar de cualquier actor mediante modelado 3D y reconocimiento facial. Y esta hazaña ya se consiguió en 2016, en la película 'Rogue One: Una historia de Star Wars', el actor Peter Cushing, que murió en 1994, fue resucitado virtualmente.
En lo que respecta a los guionistas, la amenaza que representa la IA es menor, según los especialistas. En efecto, si bien estas tecnologías pueden sustituir a un actor de pies a cabeza (o a su voz en off), el guionista puede encontrar en la IA un aliado que potencie su propia creatividad.
Epelboin señala también que la escritura de un guion —aunque se confíe a la IA— no puede prescindir de un ser humano: sigue siendo necesario un guionista que domine el oficio para guiar a la inteligencia no humana mediante los 'prompts' (las órdenes que se dan a ChatGPT) adecuados.
Sin embargo, "si algunos guionistas se 'potencian' individualmente mediante el uso de la tecnología, el aumento de la productividad será tan espectacular que automáticamente habrá menos puestos de trabajo. Igual que la robótica ha reducido el número de trabajos manuales en fábricas como Tesla".
Incluso en términos de creación artística, la IA parece mejorar sin cesar, cada vez con menos supervisión humana. En febrero ya se emitió en la plataforma Twitch un proyecto de serie, 'Nothing, Forever', imaginado en gran parte por la IA.
"Repletos de clichés", los escenarios propuestos por ChatGPT son "buenos para el bote de basura", afirma un director entrevistado por los corresponsales de France 24 en Los Ángeles. Benghozi está de acuerdo: "No hay nada radicalmente nuevo en lo que produce la IA".
Como explican otros expertos, la IA puede dar la ilusión de novedad, cuando en realidad no hace más que "recombinar" lo que ya existe dentro de su asombrosa base de datos (Chat-GPT3 tiene 300.000 millones de palabras).
Como señala Benghozi, el público busca precisamente esta novedad: los westerns fueron un gran éxito en los años 50, antes de exportarse a las estrellas en los 70 a través de la ciencia ficción. "Y entonces la gente se hartó de ver westerns", incluidas sus versiones espaciales.
Hizo falta creatividad humana "pensando fuera de la caja" para explorar nuevos temas cinematográficos, apunta este amante del séptimo arte. Porque sólo el ser humano puede aportar una dimensión 'excepcional' a una obra artística", argumenta el experto.
Lo mismo ocurre, en su opinión, con los actores. La IA dará un gran paso adelante el día en que los avatares dejen de ser sólo parecidos a los humanos y sean capaces de transmitir nuevas emociones.
"Podríamos ver cincuenta representaciones de Hamlet sin que se transmitieran las mismas emociones ni el mismo significado. Y esta capacidad sigue siendo eminentemente humana". Al menos por ahora.
Este artículo fue adaptado de su original en francés.
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