Una pareja de Hawaii condenada por robar identidades de bebés muertos
La pareja fue sentenciada por un juzgado federal
Un jurado federal ha emitido un veredicto de culpabilidad en el caso de una pareja residente de Hawaii que asumió las identidades de bebés fallecidos hace décadas. La condena incluye cargos de conspiración, fraude de pasaportes y robo de identidad, pero se quedó corta de probar una posible conexión con actividades de espionaje, a pesar de la presencia de objetos sospechosos en la vivienda de la pareja.
Tras solo dos horas de deliberación, el jurado dictaminó que los acusados, conocidos por los nombres falsos de Bobby Fort y Julie Montague, eran culpables. Aunque alegaron que no habían causado daño alguno al suplantar las identidades de los bebés difuntos, la evidencia presentada por los fiscales apoyó lo contrario.
Según los fiscales, la pareja había usurpado las identidades de dos bebés que murieron poco después de nacer en Texas en la década de 1960. Los verdaderos Bobby Fort y Julie Montague fallecieron en circunstancias trágicas, pero sus nombres fueron utilizados por la pareja. Estos bebés fueron sepultados en diferentes cementerios separados por una distancia considerable.
Los fiscales también revelaron que los nombres reales de la pareja eran Walter Glenn Primrose y Gwynn Darle Morrison, quienes habían asistido a la misma escuela secundaria en Texas. Según un testigo, la pareja había optado por cambiar sus identidades debido a una deuda importante, e incluso uno de ellos se unió a la Guardia Costera utilizando un nombre falso que lo hacía parecer más joven.
El arresto de la pareja se produjo después de una investigación del Departamento de Estado que descubrió que habían solicitado y utilizado varios pasaportes estadounidenses bajo sus nombres falsos.
En una búsqueda de su residencia, se encontraron fotos Polaroid de la pareja vistiendo chaquetas que parecían uniformes de la KGB, así como un kit de tinta invisible, documentos codificados y mapas que mostraban bases militares. Aunque estos hallazgos suscitaron sospechas de espionaje, los fiscales no pudieron presentar pruebas definitivas. Los abogados defensores afirmaron que la pareja solo utilizó la chaqueta como parte de una broma y negaron cualquier conexión con Rusia.
Ahora, la pareja enfrenta duras sentencias por sus delitos. Por hacer declaraciones falsas en la solicitud y uso de un pasaporte, se exponen a una pena máxima de 10 años de prisión por cada cargo. Por conspiración, se enfrentan a una condena máxima de cinco años de prisión por cada cargo, y por robo de identidad agravado, a una pena consecutiva obligatoria de dos años. La sentencia está programada para marzo.
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