EEUU roza los 160,000 muertos y supera 4.87 millones de casos de COVID-19
Estados Unidos alcanzó este jueves la cifra de 4,876,790 casos confirmados de COVID-19 y la de 159,990 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del viernes) es de 58,462 contagios más que el miércoles y de 2,060 nuevas muertes, la cifra más alta de fallecidos en los últimos tres meses.
A esta abultada cifra se ha llegado después de que la Universidad Johns Hopkins haya añadido más de 1,000 fallecidos en Texas en las últimas 24 horas hasta llegar a los 8,547, un total que difiere con el que aporta el estado, que es de 7,803.
Pese a que Nueva York ya no es el estado con un mayor número de contagios, sí sigue como el más golpeado en cuanto a muertos en Estados Unidos con 32,754, más que en Francia o España.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23,563 personas.
A Nueva York le siguen en número de fallecidos la vecina Nueva Jersey con 15,849, California con 9,965, Massachusetts con 8,661 y Texas, con 8,547.
Otros estados con un gran número de muertos son Illinois con 7,791, Florida con 7,747, Pensilvania con 7,286, o Michigan, con 6,506.
En cuanto a contagios, California suma 537,410, le sigue Florida con 510,389, tercero es Texas con 482,890, y Nueva York cuarto, con 418,928.
El balance provisional de fallecidos -159,990- ha superado ya con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100,000 y 240,000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50,000 y los 60,000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110,000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre Estados Unidos habrá superado los 230.000 fallecidos.