EEUU: Poco probable que niños regresen a clases presenciales
Millones de niños más en Estados Unidos se enteraron el viernes que es improbable que regresen de tiempo completo a los salones de clase en otoño debido a la pandemia de coronavirus, al dar a conocer las autoridades nuevos detalles sobre cómo se procederá al concluir las vacaciones veraniegas.
Muchos estados —en especial en el llamado Cinturón del Sol, en el sur— batallaban para hacer frente al aumento en el número de casos de COVID-19. Equipos de médicos militares fueron enviados a Texas y California para ayudar a los hospitales abrumados por el número de pacientes con coronavirus, y las autoridades del área de Miami comenzaron a intensificar el control del requerimiento de usar mascarilla.
El gobernador de California Gavin Newsom presentó criterios estrictos para la reapertura de escuelas, los cuales hacen que la enseñanza presencial sea poco probable en la mayoría de los distritos. Las normas exigen que los estudiantes en grados posteriores al segundo de primaria y todo el personal use mascarillas en la escuela.
Texas les dio permiso a las escuelas públicas de mantener sus instalaciones cerradas para más de 5 millones de estudiantes hasta muy avanzado el otoño. Según las nuevas directrices, los planteles pueden impartir exclusivamente clases en línea las primeras ocho semanas del año escolar, y en algunas ciudades posiblemente se postergará hasta noviembre el regreso a las instalaciones.
La mayoría de los niños en Chicago volverían a los salones de clases sólo dos días a la semana y pasarían los otros tres días aprendiendo de forma remota, de acuerdo con un plan tentativo trazado por funcionarios del tercer distrito escolar más grande del país. No será sino hasta fines de agosto cuando se tomará una decisión final sobre las clases en otoño para los más de 300.000 estudiantes del distrito.
La gobernadora de Iowa Kim Reynolds anunció que invalidará las decisiones de los distritos escolares locales y requerirá que los estudiantes pasen al menos la mitad de sus horas de clase en salones. Su anuncio atrajo críticas de inmediato del sindicato estatal de maestros.
Varios estados han estado reportando cifras récord de COVID-19 esta semana, lo que contribuye a un aumento en la tasa nacional de mortalidad. El promedio móvil para siete días de nuevas muertes diarias aumentó 34% comparado con hace dos semanas, mientras que el conteo de casos en ese periodo se disparó 43%.
Florida reportó el viernes 128 muertes adicionales y 11.345 casos nuevos.
Texas reportó el jueves 10.000 casos nuevos por tercer día consecutivo y 129 muertes adicionales. California reportó su mayor total en dos días de casos confirmados, casi 20.000, junto con 258 muertes en 48 horas.
Hubo indicios a través del Cinturón del Sol de que el virus está generando presión sobre la capacidad de respuesta de las autoridades. La oficina forense de Phoenix ha obtenido cámaras refrigeradoras portátiles para conservar los cadáveres, lo cual hace recordar lo sucedido en la ciudad de Nueva York durante el pico de la pandemia allí.
En Houston, un equipo médico del Ejército con 86 efectivos trabajaba para hacerse cargo de un ala del Centro Médico United Memorial. En California, las fuerzas armadas enviaron médicos, enfermeros y otro personal de salud a ocho hospitales con escasez de personal al romperse récords de casos.
Algunos hospitales en Carolina del Sur también estaban al límite: el número de pacientes con COVID-19 aumentaba rápidamente, mientras que enfermeros y otros trabajadores también se están infectando cuando no están en el trabajo, dijo el doctor Wendell James, vicepresidente senior de Prisma Health, con sede en Greenville.
“La mayoría de las enfermedades que vemos en nuestro personal de enfermería y nuestro personal de apoyo se propagan en la comunidad”, dijo. “Casi todo no lo puedo controlar”.