Harris se reúne con Zelenskyy y arremete contra propuestas de que Ucrania ceda territorio a Rusia
Las autoridades ucranianas se han mostrado impacientes por mantener una buena relación con quien sea que se convierta en el próximo presidente de Estados Unidos
En un momento en que el apoyo de Estados Unidos a Ucrania se encuentra en una encrucijada partidista, la vicepresidenta Kamala Harris arremetió el jueves contra cualquier insinuación de que Kiev debería ceder territorio para alcanzar la paz con Moscú, asegurando que eso sería "peligroso e inaceptable".
La candidata presidencial demócrata hizo sus declaraciones durante una reunión con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, en la que lanzó las veladas críticas a las insinuaciones del candidato republicano Donald Trump y de su compañero de fórmula, el senador JD Vance, de que Ucrania debe llegar rápido a un acuerdo para poner fin a la guerra.
"Esas no son propuestas de paz", declaró Harris. "Más bien son propuestas para una rendición".
Sus comentarios fueron un recordatorio de lo mucho que está en juego en cuanto al apoyo para la guerra en las elecciones de este año en Estados Unidos. Trump, por su parte, ha criticado la ayuda de Washington a Kiev, ha elogiado al mandatario ruso Vladímir Putin y ha responsabilizado a Zelenskyy por el derramamiento de sangre.
Trump informó que el viernes se reunirá con Zelenskyy en Nueva York, luego de que durante días le preguntaron si sostendría un encuentro con el mandatario ucraniano.
Las declaraciones de Harris han sido de las más extensas sobre su visión de la política exterior desde que se convirtió en la candidata del Partido Demócrata hace dos meses. La vicepresidenta rechazó los llamados para que Estados Unidos deje de lado su papel internacional, y advirtió que posibles agresores podrían sentirse envalentonados si Putin resulta victorioso.
"Estados Unidos apoya a Ucrania no por cuestiones de caridad, sino porque conviene a nuestros intereses estratégicos", declaró Harris.
Trump respondió a Harris en un comunicado en el que indicó que "soy el único que puede poner fin a la guerra".
Refiriéndose a Harris y al presidente Joe Biden, dijo que "tienen mucha sangre en sus manos, y no hay un final en el horizonte".
La tumultuosa relación de Zelenskyy con Trump siguió deteriorándose esta semana. Trump dijo que el mandatario ucraniano era "el mejor vendedor del mundo" por asegurar el apoyo de Estados Unidos, y se quejó de que "le seguimos dando miles de millones de dólares a un hombre que se niega a llegar a un acuerdo" para poner fin a la guerra. Su mensaje encaja con la propaganda rusa que afirma que la intransigencia de Kiev —no la agresión por parte de Moscú— ha prolongado el derramamiento de sangre.
Biden ha prometido garantizar que todos los fondos que han sido aprobados sean distribuidos antes de que deje el cargo, y añadió que durante una visita a Alemania el próximo mes tiene planeado convocar a una reunión con otros dignatarios mundiales para hablar sobre la defensa de Ucrania.
"Apoyamos a Ucrania, ahora y en el futuro", dijo Biden junto a Zelenskyy en la Oficina Oval. "Rusia no prevalecerá. Ucrania prevalecerá".
Las autoridades ucranianas se han mostrado impacientes por mantener una buena relación con quien sea que se convierta en el próximo presidente de Estados Unidos, el cual es su proveedor más grande e importante de armas, fondos y otro tipo de apoyo. Pero estas gestiones corren el riesgo de caer en la licuadora política de la campaña presidencial, polarizando la discusión en torno a una guerra que solía ser una célebre causa bipartidista en Washington. Aproximadamente dos terceras partes de los demócratas y de los independientes de tendencia demócrata dijeron que Estados Unidos tiene la responsabilidad de ayudar a Ucrania, en comparación con un tercio de los republicanos y de los independientes de tendencia republicana, según una encuesta del Pew Research Center realizada en julio.
Los estadounidenses también están divididos en torno a qué candidato presidencial haría un mejor trabajo en el manejo de la guerra. Una encuesta de AP-NORC efectuada en agosto reveló que aproximadamente un tercera parte de los estadounidenses dijeron que confiaban más en Harris, mientras que una proporción similar afirmó lo mismo sobre Trump.
El jueves, Zelenskyy obtuvo cierto apoyo bipartidista durante su visita al Capitolio, donde fue recibido por el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, y el líder de la minoría de esa misma cámara, Mitch McConnell.
El senador republicano Lindsay Graham dijo que Zelenskyy pidió usar armas de largo alcance, tales como los misiles Storm Shadow suministrados por el Reino Unido o los sistemas ATACMS de fabricación estadounidense, para "el máximo beneficio de traer a Putin a la mesa" y mejorar la posición de Ucrania en las negociaciones.
"Si no tomamos esa decisión fundamental esta semana, creo que el resultado para Ucrania será terrible", afirmó Graham.
Funcionarios del gobierno se han mostrado escépticos ante la solicitud de Zelenskyy, al considerar que el uso de este tipo de armamento podría tener beneficios limitados pero incrementaría el riesgo de que el conflicto se intensifique. El senador demócrata Richard Blumenthal reveló que los senadores le dieron consejos a Zelenskyy sobre cómo persuadir a Biden para que flexibilice las restricciones.
El representante demócrata Jim Himes, miembro de alto rango de la Comisión Selecta Permanente de Inteligencia de la Cámara de Representantes, dijo que Zelenskyy quería "más, y más rápido".
"Se sintió cortésmente frustrado", aseveró Himes, y solicitó específicamente más baterías antimisiles Patriot a medida que Rusia intensifica sus ataques contra ciudades y la red energética de Ucrania antes del invierno.
Zelenskyy enfrenta una situación mucho más tensa con Trump. La ronda más reciente de críticas comenzó el domingo, cuando The New Yorker publicó una entrevista con Zelenskyy, en la cual arremetió contra JD Vance por considerarlo "demasiado radical" por insinuar que Ucrania necesita ceder parte de su territorio para poner fin a la guerra. Zelenskyy también desestimó los alardes de Trump de que podría negociar rápidamente una solución, diciendo: "mi sensación es que Trump realmente no sabe realmente cómo detener la guerra, incluso si cree que sabe cómo hacerlo".
El mismo día, Zelenskyy visitó una fábrica de Pensilvania que produce municiones para la guerra. Lo acompañó el gobernador del estado, el demócrata Josh Shapiro, uno de los principales suplentes de Harris. Los republicanos criticaron la visita, llamándola un truco político en un estado de tendencia política poco clara.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, exigió que Zelenskyy despida a la embajadora de Ucrania en Estados Unidos, Oksana Markarova, alegando que la gira estaba "diseñada para ayudar a los demócratas y es una clara interferencia electoral". El republicano no asistió a ninguna de las reuniones de legisladores con Zelenskyy el jueves.
Max Bergmann, director del programa para Europa, Rusia y Eurasia del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo que Zelenskyy se encuentra en una "situación sin salida" en la que "ni siquiera puede visitar una fábrica de armas estadounidense para dar las gracias sin ser atacado".
El viaje de Zelenskyy a Washington coincide con la reunión anual de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde el presidente ucraniano pronunció un discurso el miércoles. Trump dijo la semana pasada que "probablemente" se reuniría con Zelenskyy cuando él estuviera en Estados Unidos, pero un alto funcionario de su equipo de campaña dijo que nunca se agendó un encuentro.
El funcionario, quien solicitó el anonimato para poder declarar sobre conversaciones privadas, dijo que Trump le había comentado a Zelenskyy en julio que probablemente sería mejor no reunirse hasta después de las elecciones. Un asistente de Zelenskyy no respondió a las preguntas sobre un posible encuentro.
Trump fue sujeto de un juicio político durante su primer mandato por pedir ayuda a Zelenskyy para investigar a Biden, en ese entonces aspirante a la candidatura presidencial demócrata, en un momento en que el presidente ucraniano buscaba el apoyo de Washington.
Ahora se teme que Trump corte o agregue condiciones a la asistencia militar estadounidense si regresa a la Casa Blanca. Trump también ha hablado con admiración de Putin, y esta semana elogió el historial de Rusia de ganar guerras.
Charles Kupchan, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, dijo que Trump no se equivoca al querer un fin negociado al conflicto. Sin embargo, advirtió que Trump corre el riesgo de socavar a Ucrania al permitir que Putin obtenga más avances en el campo de batalla.
"Ni Ucrania ni Rusia van a ganar esta guerra, y mientras más pronto las partes intenten poner fin a esto, mejor", subrayó Kupchan. "Donde Trump se desvía, y donde Biden y Harris tienen un argumento mucho más fuerte, es que llegaremos a ese punto sin tener que arrojar a Ucrania bajo un autobús, sino brindándole apoyo suficiente para que pueda bloquear agresiones rusas adicionales".