Kamala Harris intenta convencer a los electores en el estado de Pensilvania
Harris y Biden promueven la defensa de los sindicatos y trabajadores
Kamala Harris y Joe Biden participaron juntos el lunes 2 de septiembre en un acto de campaña en Pensilvania, un estado con potencial para inclinar la elección presidencial. El dúo demócrata se reunió con sindicalistas en una jornada centrada en la defensa de las clases medias y trabajadoras.
A 60 días de la elección presidencial, el volátil estado de Pensilvania es uno de los territorios donde los resultados se anuncian más reñidos. Este estado del cinturón manufacturero, al noreste del país, será clave para ganar las elecciones presidenciales de Estados Unidos del 5 de noviembre.
No es casualidad que la candidata demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, ataque la recta final de su campaña en Pensilvania, estado caracterizado por la desindustrialización, el lunes 2 de septiembre, el día de la fiesta estadounidense del trabajo, el Labor Day.
Para Mauricio Tenorio, experto en políticas de la Universidad de Chicago, Harris hace frente a un gran reto, convencer de nuevo al electorado que apoyó a Biden en 2020 y dio la espalda a Clinton en 2016.
"Hillary Clinton, en Pennsylvania, es donde empezó a hablar de los ´deplorables´. Esa clase obrera afectada por todo el proceso de industrialización y globalización a partir de la década de los 90. Hay que tener mucho cuidado con ella. No puede llegar con el mismo desprecio que llevaba Hillary", comentó.
Una imagen más favorable
Harris, junto al actual presidente Joe Biden, intentó mostrarse favorable a los sindicatos y a los trabajadores, pero la situación actual es muy distinta a la que conoció el estado en el siglo 20.
"Imaginarse que la clase obrera latina va a poder vivir como vivían en los años sesenta, con salarios seguros, sindicato, es un poco demagógico", según el experto de la Universidad de Chicago.
Para ello, tanto Harris como Trump han prometido detener venta de la siderúrgica US Steel a la empresa japonesa Nippon Steel por 14 000 millones de dólares. Un símbolo que ambos candidatos tienen claro que puede convencer al electorado, a pesar de que el bloqueo podría conllevar el despido de miles de empleados.
"Claro que es un símbolo muy importante, que una compañía que tiene muchos empleados no sea comprada por el extranjero", explica Mauricio Tenorio.
Kamala Harris también espera beneficiarse de los grandes proyectos de reindustrialización lanzados por el presidente Joe Biden, de la popularidad de su candidato a vicepresidente, Tim Walz, y de sus orígenes raciales para lograr la victoria en Pensilvania.
Para Mauricio Tenorio, la dinámica creada por la candidata es, por el momento, positiva.
"Antes de que Harris fuera nombrada, las encuestas nacionales decían que Trump estaba cinco o seis puntos arriba y en las encuestas locales también estaba arriba en Pennsylvania. Y ahora las encuestas dicen que Kamala está, según unas, tres puntos arriba en Pennsylvania y en otras, empatada. Entonces, si le está yendo mucho mejor", explicó.
Los resultados de la visita de Kamala Harris a Pensilvania quedarán visibles tras el debate del próximo 10 de septiembre con Donald Trump, que tendrá lugar en Filadelfia y será retransmitido por la cadena ABC.