Rebeldes hutíes en Yemen lanzaron un misil iraní a un barco noruego, según análisis de EEUU
Ataque hutí contra el petrolero Strinda
Es probable que los rebeldes hutíes emplearan un misil de crucero antibuques de fabricación iraní contra un petrolero de bandera noruega que navegaba por el mar Rojo en diciembre, un ataque que ahora proporciona pruebas públicas de una conexión entre la campaña que libran los rebeldes contra el tráfico mercante y Teherán, según indicó el ejército estadounidense.
Un reporte de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos publicado el miércoles asociaba el ataque al Strinda, que prendió fuego al barco, con Teherán, el principal valedor de los hutíes en su década de guerra en Yemen. Los hallazgos encajan con los de un grupo de aseguradoras con base en Noruega que también analizó los restos encontrados en el Strinda.
Los hutíes iniciaron hace meses su campaña contra barcos en el corredor del mar Rojo debido a la guerra entre Israel y Hamás y han trastocado el tránsito de mercancías por la región, que se valoraba en un billón de dólares al año, además de desencadenar los combates más intensos que ha visto la Armada estadounidense desde la II Guerra Mundial.
La delegación de Irán ante Naciones Unidas no respondió en un primer momento a una petición de comentarios.
El Strinda había salido de Malasia y se dirigía al Canal de Suez camino de Italia con un cargamento de aceite de palma cuando fue alcanzado por un misil el 11 de diciembre. El ataque provocó un gran incendio a bordo que la tripulación logró apagar sin que nadie resultara herido.
Los restos encontrados a bordo fueron analizados más tarde por el ejército de Estados Unidos. La agencia de inteligencia comparó los fragmentos del motor de misil encontrados con el misil balístico de crucero antibuques iraní Noor.
El motor utilizado por el Noor, señaló su informe, "tiene aspectos únicos" que coinciden con los restos recuperados del ataque.
Irán desarrolló el Noor con ingeniería inversa a partir del misil antibuques C-802 chino, que Irán compró a Beijing y comenzó a probar en 1996 antes de que las entregas se detuvieran debido a una campaña de presiones de Estados Unidos.
La Asociación de Aseguradora Mutua de Riesgos de Guerra de las Navieras Noruegas, conocida por su acrónimo DNK, también examinó los restos tras el ataque al Strinda. La asociación concluyó que era "muy probable" que el barco hubiera sido alcanzado por un misil de crucero antibuques C-802 o Noor.
Antes de que los hutíes tomaran la capital de Yemen, Saná, en 2014, el país no tenía un arsenal de misiles C-802. Cuando una coalición de liderazgo saudí intervino en el conflicto en Yemen en defensa del gobierno exiliado en 2015, el arsenal de los hutíes se convirtió en objetivo. Pronto, y pese a que Yemen no tiene infraestructura local de fabricación de misiles, nuevos proyectiles llegaron a manos de los rebeldes.
Irán niega armar a los hutíes, probablemente porque los rebeldes están sujetos a un embargo armamentístico de Naciones Unidas desde hace años. Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados han interceptado varios envíos de armas destinados a los rebeldes en aguas de Oriente Medio.