La seguridad de Boeing, bajo escrutinio en el Senado de EE.UU.
Ingeniero de Boeing alerta sobre problemas de seguridad en Dreamliner y 777
La seguridad de los aviones del fabricante Boeing, motivo de titulares en los últimos meses, será examinada en el Senado estadounidense el miércoles luego de las revelaciones de un ingeniero de control de calidad sobre la fiabilidad de los modelos 787 Dreamliner y del 777.
Un comisión investigadora tratará este asunto luego de haber "obtenido informaciones de un denunciante sobre el grupo Boeing, que advierte de deficiencias de producción alarmantes y peligrosas 'que crean riesgos de seguridad potencialmente catastróficos'", escribieron los senadores demócrata Richard Blumenthal y el republicano Ron Johnson, en un correo dirigido al jefe del constructor aeronáutico, Dave Calhoun, el 19 de marzo.
A Calhoun se le solicitó estar en la audiencia, pero no estaba en la lista de testigos difundida el lunes.
"Boeing comprende la importancia de las responsabilidades de la comisión en términos de supervisión y cooperamos con esta investigación", reiteró el grupo, que mostró su voluntad de "entregar documentos, testimonios e informes técnicos".
La audiencia ocurre luego de que Sam Salehpour, ingeniero de calidad en Boeing hace una década contactara a la agencia estadounidense de regulación de la aviación civil (FAA) a propósito de la seguridad de Dreamliner y del 777.
Salehpour afirmó que el constructor, "de forma recurrente, ignoró inquietudes graves con respecto a la seguridad y el control de calidad en la construcción de los 787 y los 777", de acuerdo con un correo del 17 de enero, dirigido por sus abogados al director de la FAA, Mike Whitaker.
"Nuestro cliente identificó importantes aspectos preocupantes en materia de seguridad e hizo todo lo posible por llamar la atención de los funcionarios de Boeing", continúa el correo hecho público el 9 de abril tras un reporte publicado por el diario The New York Times.
"Deformación"
Salehpour explica haber constatado "deficiencias" en el proceso de ensamblaje del Dreamliner que habían provocado "deformación de materiales (...) pudiendo alterar su funcionamiento por la utilización a largo plazo".
Sobre el 777, afirma que "nuevos procedimientos de ensamblaje" puestos en marcha sin proceder "al necesario rediseño de las piezas involucradas dio lugar a una mala alineación de las piezas".
Según el denunciante, "ingenieros de Boeing enfrentaron presiones para hacer la vista gorda" mientras que esto "representa un grave riesgo de seguridad".
Según The New York Times, partes del Dreamliner "están ensambladas de manera incorrecta y podrían desarticularse unas de otras en pleno vuelo tras haber hecho miles de vuelos".
Boeing rechazó de inmediato las acusaciones y el lunes defendió sus métodos al declararse "confiado en la seguridad y la durabilidad de los 787 y 777", en un informe firmado por dos de sus ingenieros principales.
Ellos desmintieron las acusaciones que apuntan a que unas 1,400 aeronaves Boeing tienen importantes fallos de seguridad.
Tras la alerta lanzada por Salehpour, la FAA abrió una investigación sobre estos dos modelos.
"Investigamos a fondo todos los informes", reiteró la entidad el martes.
Sin embargo, según la FAA, todos los Dreamliner en operación "cumplen con las AD", las directivas de navegabilidad.
Tres de los cuatro modelos de aviones comerciales que fabrica el grupo estadounidense están oficialmente bajo investigación del regulador aéreo.
De hecho, la FAA investiga la familia del 737, el avión estrella de Boeing, luego de que un 737 MAX 9 de Alaska Airlines perdiera una puerta-tapón en pleno vuelo el 5 de enero.
La FAA identificó "problemas de no conformidad" tanto en el constructor, como en Spirit AeroSystems, uno de sus proveedores.
El incidente de Alaska Airlines se produjo en medio de una serie de problemas de producción en 2023 relativos al 737 MAX y al Dreamliner.
Las entregas de este último fueron suspendidas por casi dos años, en 2021 y 2022, y nuevamente a inicios de 2023, por un problema del fuselaje.
Los 737 MAX se quedaron en tierra en todo el mundo luego de los accidentes de dos 737 MAX 8 en 2018 y en 2019, con saldo de 346 muertos, por fallas de diseño.