El lenguaje de Trump enciende alarmas sobre un posible nuevo mandato
Declaraciones incendiarias y la amenaza de una política de revancha
Siempre proclive a invectivas y exabruptos, Donald Trump lleva varios meses adoptando una retórica cada vez más violenta, que deja entrever cómo podría ser un nuevo mandato del republicano si gana.
El expresidente, que ganó el lunes las primarias republicanas en Iowa, no lo oculta: le mueve un espíritu de venganza y si regresa al Despacho Oval arremeterá contra sus detractores.
"En 2016 declaré: soy tu voz. Hoy agrego: soy tu guerrero, soy tu justicia", dijo Trump en marzo.
"Y para aquellos que han sido agraviados y traicionados, yo soy vuestra revancha", aseguró Trump, quien todavía insiste sin fundamento en que le robaron las elecciones de 2020 que perdió frente a Joe Biden.
Unos meses más tarde fue más específico.
"Nombraré a un verdadero fiscal especial para perseguir al presidente más corrupto de la historia de Estados Unidos de América, Joe Biden, y a toda la familia criminal Biden", dijo Trump en junio.
"Aniquilaré totalmente el Estado profundo, y sabemos quiénes son", sostuvo Trump, en alusión a lo que muchos conservadores consideran una camarilla de funcionarios de izquierda que supuestamente controlan el poder entre bambalinas.
"Alimañas"
Sus oponentes instan a tomar en serio sus palabras y recuerdan que el primer mandato de Trump terminó con un asalto al Capitolio por parte de cientos de sus partidarios que intentaban impedir que el Congreso validara la victoria de Joe Biden.
El expresidente califica de "rehenes" a las personas encarceladas tras el ataque del 6 de enero de 2021 y se plantea indultar a "muchos" de ellos.
En diciembre de 2022 afirmó que el fraude que, según él, tuvo lugar en las elecciones de 2020 "permite poner fin a todas las normas, reglamentos y artículos, incluso los que se encuentran en la Constitución".
Este comentario causó un gran revuelo en Estados Unidos ante el temor de que Trump pueda suspender la Constitución que los presidentes estadounidenses se comprometen a respetar.
"Les prometemos que erradicaremos a los comunistas, marxistas, fascistas y matones de la izquierda radical que viven como alimañas dentro de los confines de nuestro país y que mienten, roban y hacen trampa en las elecciones", dijo Trump en noviembre.
La administración Biden recordó que el uso del término "alimañas" recordaba la forma en que fascistas como Hitler y Benito Mussolini hablaban de sus oponentes.
Pero uno de los portavoces de Trump lo consideró "ridículo".
Migrantes
Los migrantes son uno de sus blancos predilectos. Donald Trump también endureció el lenguaje sobre ellos y los acusó de "envenenar la sangre" del país. Unos comentarios por los que Biden lo acusó de utilizar la retórica de la "Alemania nazi".
El magnate también aseguró que, el primer día de su nuevo mandato, firmaría un decreto para cancelar el derecho a la ciudadanía por nacimiento en el territorio estadounidense, de la que se benefician los hijos de migrantes en situación irregular.
También advirtió que llevará a cabo "la mayor operación interna de expulsión" de migrantes de la historia de Estados Unidos y se comprometió a restablecer su controvertido decreto migratorio contra los países musulmanes.
Al comienzo de su mandato en 2017 prohibió la entrada a Estados Unidos a ciudadanos de siete países predominantemente musulmanes (Irán, Libia, Somalia, Siria, Yemen e, inicialmente también Irak y Sudán).
"Mantendremos a los terroristas islámicos radicales fuera de nuestro país", dijo Trump.
En cuanto a la economía, el presidente ha dicho que considera imponer un arancel del 10% a casi todas las importaciones a Estados Unidos y eliminar el estatus de nación más favorecida otorgado a China.
Trump afirma tener la intención de poner fin a la guerra en Ucrania "en 24 horas", sin especificar cómo.
Los partidarios de Trump en el Congreso se oponen a que Washington siga otorgando ayuda militar a Ucrania de forma indefinida y sin condiciones para hacer frente a la invasión rusa.
Durante su primer mandato, Trump criticó a la OTAN por considerar que se aprovecha de la generosidad estadounidense. A la pregunta de si se implicaría con la Alianza Atlántica en un segundo mandato, respondió: "Depende de si nos tratan adecuadamente".