El vocalista de Aerosmith pide a turistas regresar a Maui tras incendios
Steven Tyler tiene una debilidad en su corazón por la isla hawaiana de Maui
Se le asocia más a menudo con Boston, la ciudad natal de su legendaria banda de rock, pero el cantante de Aerosmith, Steven Tyler, tiene una debilidad en su corazón por la isla hawaiana de Maui.
El vocalista, que tiene una casa en la isla, quiere que los turistas regresen a Maui para ayudar en la recuperación económica de la isla, devastada por los incendios forestales el mes pasado.
Cerca del final de la primera noche de la gira de despedida de la banda en Filadelfia el sábado, Tyler instó al público a no tener miedo de viajar a la isla.
"Cuando piensen en Lahaina, piensen en el sur de Maui", dijo Tyler a la audiencia en el Wells Fargo Center poco antes de interpretar el mayor éxito de la banda, "Dream On".
"Paia y Hana: Todavía están ahí", dijo, refiriéndose a otras dos ciudades turísticas de Maui que no fueron afectadas por los incendios. "Es un lugar para ir y hacer, ya sabes, lo del amor. Todavía está abierto, todavía está sucediendo".
"Todo es hermoso, excepto que tenemos que ir allí y hacerlo más hermoso, ¿de acuerdo?", indicó.
Inmediatamente después que los incendios destruyeran la ciudad turística costera de Lahaina, las autoridades, incluyendo el gobernador Josh Green, dijeron a los turistas que se mantuvieran alejados durante la recuperación de la isla.
Pero pronto cambiaron ese consejo, al darse cuenta de lo esencial que es el turismo para la economía de la isla y para las perspectivas de que sus residentes regresen a una vida normal a corto plazo. La hija de Tyler, Mia, estuvo entre quienes inicialmente disuadieron a los turistas de viajar a Maui poco después de los incendios.
El número de personas desaparecidas a causa de los incendios era de 385 el viernes, de acuerdo con autoridades de Hawái.
Las llamas convirtieron a Lahaina en escombros en unas pocas horas el 8 de agosto. Ráfagas de viento que superaron los 97 kilómetro por hora (60 millas por hora) azotaron la ciudad, lo que provocó que las llamas se propagaran excepcionalmente rápido.
La mitad de los 12,000 habitantes de la ciudad viven ahora en hoteles y alquileres vacacionales de estancias cortas. Se espera que la reconstrucción lleve años y cueste miles de millones de dólares.