Preocupa a EEUU el bienestar de soldado estadounidense en Norcorea; Pyongyang guarda silencio
Sin mencionar al soldado, el ministro de defensa de Corea del Norte emitió una amenaza velada el jueves
La Casa Blanca manifestó el jueves profunda preocupación por el bienestar de un soldado estadounidense que cruzó corriendo la frontera de Corea del Norte esta semana, luego de que Pyongyang no ha respondido a las solicitudes de que brinde información básica sobre él.
El historial de maltratos hacia los estadounidenses detenidos en Corea del Norte —incluido el de un estudiante de 22 años que falleció en 2017 tras su traslado a Estados Unidos en estado vegetativo al cabo de un cautiverio de 17 meses— preocupa a los funcionarios estadounidenses, que buscan respuestas sobre la situación del soldado raso Travis King.
“No se trata de un país que se distinga por dar un trato humano a los estadounidenses o de hecho a nadie más”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby. “No sabemos dónde se encuentra (King). Ni las condiciones en las que vive en este momento. Y ese no saber es lo que nos preocupa profundamente, y estamos intentando por todos los medios a nuestro alcance conseguir toda la información que podamos sobre él”.
Sin mencionar al soldado, el ministro de defensa de Corea del Norte emitió una amenaza velada el jueves, insinuando que el hecho de que un submarino estadounidense dotado de armas nucleares haya atracado en Corea del Sur podría ser motivo de un ataque atómico norcoreano. Pyongyang ya ha recurrido antes a discursos de ese tipo, aunque la amenaza más reciente podría ser un indicio de la enorme tensión bilateral en este momento.
King, que debía regresar a Fort Bliss, Texas, tras cumplir una sentencia de cárcel en Corea del Sur por agresión, echó a correr y cruzó hacia Corea del Norte el martes mientras realizaba un recorrido con un grupo de turistas civiles en la aldea fronteriza de Panmunjom. Es el primer estadounidense detenido en Corea del Norte en casi cinco años.
Según un funcionario estadounidense, King —que eligió cumplir su condena en un campo de trabajos forzados en lugar de pagar una multa de casi 4.000 dólares— ha sido declarado ausente sin permiso. El castigo a un soldado por ausentarse sin permiso puede incluir confinamiento en un calabozo, confiscación de su paga o baja deshonrosa, y en gran medida se basa en el tiempo que duró su ausencia y si fue detenido o regresó voluntariamente. El funcionario solicitó guardar el anonimato para poder hacer declaraciones sobre un asunto delicado.
King, de 23 años, no ha sido declarado desertor, que es un delito mucho más grave. A menudo, las fuerzas militares aguardan cierto tiempo para ver si el efectivo regresa, pero eso es muy incierto en este caso. La deserción puede ser castigada con reclusión hasta por tres años, y en tiempos de guerra puede acarrear la pena de muerte.
Sabrina Singh, portavoz del Pentágono, dijo a la prensa el jueves que King no fue escoltado en todo el trayecto hasta la puerta de embarque porque no estaba en custodia y nadie anticipó que no subiría al avión que lo regresaría a su país.
Personal militar lo escoltó hasta la zona de control de pasaportes, pero no los dejaron pasar más allá. Singh dijo que King les confirmó a las fuerzas militares estadounidenses que estaba cerca de la puerta de embarque. El soldado sabía que al volver a Texas probablemente sería dado de baja.
A la pregunta de si King se encuentra vivo, Singh dijo que Estados Unidos desconoce cuál es su estado de salud.
La portavoz respondió que “no consideramos” que King represente una amenaza de seguridad ni un lastre, luego de que le preguntaran si el soldado tenía información de inteligencia que fuese de interés para Corea del Norte. Dijo que el departamento no tiene indicios de que la decisión de King de huir hacia territorio norcoreano haya sido planeada de antemano o coordinada con Pyongyang.
A la pregunta de si Estados Unidos tema que Corea del Norte pudiera maltratar o torturar a King, Kirby respondió que Pyongyang es un “régimen brutal”, pero Washington aún no está en posición de confirmar qué trato le están dando.
Otto Warmbier, un estudiante de la Universidad de Virginia, fue detenido por las autoridades norcoreanas cuando formaba parte de un grupo turístico en enero de 2016 y declarado culpable de intentar robar un afiche de propaganda, ante lo cual fue sentenciado a 15 años de trabajos forzados. Estuvo preso 17 meses antes de que Corea del Norte lo regresara en estado vegetativo a Estados Unidos.
Aunque nunca explicó con claridad la razón del daño cerebral de Warmbier, el gobierno norcoreano rechazó las acusaciones de la familia del estadounidense de que lo había torturado e insistió que le había proporcionado atención médica “con toda sinceridad”.
Estados Unidos y Corea del Norte, que se enfrentaron durante la Guerra de Corea de 1950 a 1953, continúan técnicamente en guerra porque ese conflicto concluyó en una tregua, no en un tratado de paz, y carecen de relaciones diplomáticas. Suecia ha brindado servicios consulares a estadounidenses en casos anteriores, pero presuntamente el personal diplomático sueco no ha regresado desde que Pyongyang ordenó a los extranjeros salir del país cuando comenzó la pandemia de COVID-19.
Washington también podría comunicarse con Corea del Norte a través de una línea telefónica en el Comando de las Naciones Unidas —-encabezado por Estados Unidos— en Panmunjon, conocida como el “teléfono rosa”.
El Departamento de Estado confirmó el miércoles que ha conversado con autoridades de Corea del Sur y Suecia para que colaboren en la comunicación con Corea del Norte. Jeon Ha-kyu, portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano, dijo el jueves que el ministerio ha estado compartiendo información con el Comando de la ONU en Corea del Sur, sin dar mayores detalles.
Por su parte, el ministro de Defensa norcoreano, Kang Sun Nam, emitió un comunicado en la prensa estatal en el que dijo que el despliegue reciente de un submarino estadounidense es “la amenaza nuclear más manifiesta y directa” contra su país. Advirtió que dicho emplazamiento podría ser una de las situaciones previstas en una nueva ley que autoriza el uso de armas atómicas en forma preventiva en una amplia gama de casos.
“La parte militar estadounidense debería darse cuenta que sus activos nucleares han ingresado en aguas extremadamente peligrosas”, declaró Kang.
Algunos expertos aún dudan que Pyongyang pudiera utilizar ese tipo de armas primero frente a la superioridad de las fuerzas estadounidenses y surcoreanas.
El despliegue del submarino, que se llevó a cabo el mismo día que King cruzo la frontera, forma parte de las medidas de Washington para reforzar su compromiso con la seguridad de Corea del Sur. Acto seguido, Pyongyang disparó dos misiles de prueba.
Las tensiones podrían complicar las gestiones para conseguir la libertad de King.
“Corea del Norte no va a ‘capturar y a dejar en libertad’ a una persona que haya cruzado la frontera… Sin embargo, el régimen de Kim (Jong Un) tiene pocos incentivos para detener a un ciudadano estadounidense por mucho tiempo, porque hacerlo puede conllevar desventajas”, dijo Leif-Eric Easley, profesor de la Universiddad Ewha, en Seúl.
“Para Pyongyang, tiene sentido hallar una forma de obtener algún tipo de compensación y después expulsar a un estadounidense por ingresar sin permiso al país antes de que un incidente aislado se agrave en formas que pongan en riesgo los intereses diplomáticos y financieros norcoreanos”, agregó.
Otros expertos dicen que Corea del Norte probablemente no devolverá a King fácilmente, ya que es un soldado que al parecer huyó voluntariamente hacia ese país, aunque muchos civiles estadounidenses detenidos previamente fueron liberados después de que Estados Unidos enviara a Pyongyang misiones de alto perfil para conseguir que los pusieran en libertad.
El gobierno norcoreano ha detenido antes a varios estadounidenses que fueron arrestados por cargos de actividades contra el Estado, espionaje y otros. Pero no se sabe de ningún otro estadounidense detenido desde que el gobierno norcoreano expulsó a Bruce Byron Lowrance en 2018. Durante la Guerra Fría, un pequeño número de soldados estadounidenses que huyeron hacia Corea del Norte aparecieron posteriormente en películas norcoreanas de propaganda.
Se desconoce el motivo por el que King cruzó la frontera. Su familia dijo que el soldado podría haberse sentido abrumado por sus problemas jurídicos en Corea del Sur, lo que podría derivar en que las fuerzas armadas lo dieran de baja.
King, que en Corea del Sur era explorador de caballería de la 1ra División Blindada, fue dejado en libertad este mes tras cumplir 47 días de trabajos forzados en el campo de prisioneros. En febrero, una corte en Seúl lo multó con cinco millones de wons (3.950 dólares) luego de declararlo culpable de agredir a una persona y dañar un vehículo policial, según una transcripción del veredicto obtenida por The Associated Press. De acuerdo con el fallo, King también fue acusado de golpear a un hombre en un club nocturno de Seúl, aunque la corte desechó ese cargo porque la víctima no quiso que el estadounidense fuese castigado.