VIDEO | Dominicanos recitan poema de Pedro Mir en el 179 aniversario de la Independencia
El video fue compartido por la cuenta de “Dominicanos A Simple Vista”, programa de temporada conducido por Marianne Cruz
Seis dominicanos, entre ellos artistas, comunicadoras y un pelotero, se unieron para recitar un poema del escritor dominicano Pedro Mir, como una manera de celebrar el orgullo patrio en el marco de la celebración del 179 aniversario de la Independencia Nacional.
El artista urbano Kiko El Crazy, la periodista Mariela Encarnación, el cantautor Vicente García; la cantante y compositora Xiomara Fortuna, el pelotero Nelson Cruz y la comunicadora Marianne Cruz, pusieron su voz para declamar el poema “Si alguien quiere saber cuál es mi Patria”, en un video creado por la agencia Outstanding Results Advertising.
El audiovisual fue compartido en la cuenta del programa de temporada “Dominicanos A Simple Vista”, conducido por la comunicadora Marianne Cruz sobre la diáspora dominicana en Nueva York.
“En Dominicanos A Simple Vista celebramos con orgullo nuestra independencia nacional con este poema que don Pedro Mir escribió mientras vivía en el extranjero”, es parte del texto publicado junto al video de un minuto 40 en Instagram.
“¡Sigamos luchando juntos por un mejor país!”, es el llamado que hace Cruz en la publicación conjunta, al tiempo que agradece la colaboración de los dominicanos que residen en el exterior y aceptaron recitar el poema, escrito por Mir en 1972, cuando se encontraba en México.
Sobre este corto proyecto, Cruz dijo: "Es una iniciativa que enaltece el orgullo de ser dominicanos y nos invita a continuar trabajando juntos desde donde quiera que estemos por un mejor país”.
Pedro Mir
Si alguien quiere saber cuál es mi patria
no la busque,
no pregunte por ella.
Siga el rastro goteante por el mapa
y su efigie de patas imperfectas.
No pregunte si viene del rocío
o si tiene espirales en las piedras
o si tiene sabor ultramarino
o si el clima le huele en primavera.
No la busque ni alargue las pupilas.
No pregunte por ella.
(¡Tanto arrojo en la lucha irremediabley aún no hay quien lo sepa!
¡Tanto acero y fulgor de resistiry aún no hay quien lo vea!)
No, no la busque.
Si alguien quiere saber cuál es mi patria,
no pregunte por ella.
No quiera saber si hay bosques, trinos,
penínsulas muchísimas y ajenas,
o si hay cuatro cadenas de montañas,
todas derechas,
o si hay varios destinos de bahías
y todas extranjeras.
Siga el rastro goteando por la brisa
y allí donde la sombra se presenta,
donde el tiempo castiga y desmorona,
ya no la busque,
no pregunte por ella.
Su propia sangre, su órbita querida,
su instantáneo chispazo de presencia,
su funeral de risa y de sonrisa,
su potrero de espaldas indirectas,
su puño de silencio en cada boca,
su borbotón de ira en cada mueca,
sus manos enguatadas en la fábrica y
sus pies descalzos en la carretera,
las largas cicatrices que le bajan
como antiguos riachuelos, su siniestra
figura de mujer obligada a parir
con cada coz que busca su cadera
para echar una fila de habitantes
listos para la rueda,
todo dirá de pronto dónde existe
una patria moderna.
Dónde habrá que buscar y qué pregunta
se solicita. Porque apenas
surge la realidad y se apresura
una pregunta, ya está la respuesta.
No, no la busque.
Tendría que pelear por ella…