Arium Salud Digital expone sobre el apagón digital
El experto Fedor Vidal advierte sobre la creciente frecuencia de estas interrupciones tecnológicas
Durante su intervención en la tercera edición del Congreso Latinoamericano de Salud Digital, que se celebró el 10 de octubre bajo el lema "Creando la Salud del Futuro", el CEO de Arium Salud Digital, Fedor Vidal, expuso las causas y consecuencias de los apagones digitales, fenómenos que podrían seguir afectando a diversas industrias a nivel regional y global.
Suspensión de nuestra vida diaria
Vidal detalló que los apagones tecnológicos pueden interrumpir sectores clave como la aviación, hospitales, medios de transporte y la banca, generando un impacto significativo dependiendo de la complejidad y la cobertura del sistema afectado.
El experto subrayó que, en el caso de la aviación, por ejemplo, un apagón digital podría paralizar cientos de miles de vuelos y afectar a millones de personas.
En su ponencia, Vidal advirtió que, a medida que los sistemas se interconectan más a través de plataformas basadas en la nube, la ocurrencia de apagones digitales se hará más frecuente.
"Los apagones digitales pueden ocurrir y seguirán ocurriendo, sobre todo ahora que todos los sistemas están, de una forma u otra, interconectados a través de las nubes y aplicaciones que funcionan sobre las mismas plataformas", destacó.
El apagón tecnológico es definido como una interrupción prolongada y masiva de los servicios de comunicación y tecnológicos, causada por fallos en la infraestructura informática.
Dependencia de la tecnología
El experto también compartió su experiencia en simulacros de apagones digitales realizados en Baltimore, donde se evaluó el impacto de estas interrupciones en la ciudad, comparándolos con los simulacros de desastres naturales.
"Dependemos tanto de la tecnología que un apagón digital paraliza el mundo de inmediato, y no tenemos una forma clara de recuperarnos de manera normal", señaló Vidal.
Por último, hizo un llamado a las empresas y clientes de tecnología a exigir a sus proveedores protocolos de recuperación ante cualquier desastre, asegurando acuerdos con niveles de servicio mínimamente variables para exigir al proveedor sobre los tiempos mínimos de recuperación en caso de una interrupción.