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Roy Arias

"En NY, el teatro en español es una pelea cuesta arriba"

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Roy Arias
Ha logrado la hazaña de ser actor, autor teatral, director de compañía y presidente de Roy Arias Studios & Theatres, una empresa que renta 14 espacios de teatro en pleno Times Square, avalado por una licenciatura en teatro, una maestría en actuación y una vasta experiencia.

¿Cuál es la clave para ser actor, director de compañía y dueño de salas de teatro en Nueva York?

Aquí estamos muchas personas que vivimos del teatro, y no solo del teatro, la gente trabaja en cine, televisión, hay una industria. Uno se gana la vida haciendo eso, yo lo he hecho por años, en inglés, porque en español hay muy pocas oportunidades Aquí hay por lo menos 100 compañías de teatro. Uno no va a tener la seguridad económica de un comerciante, un abogado, pero se puede vivir del teatro.

¿Hay desdén hacia el dominicano que triunfa en el extranjero?

No puedo decir eso. En Santo Domingo te ponen las cosas difíciles, vivas o no vivas allá. Cuando he ido la prensa me ha tratado muy bien, pero en las gestiones públicas las cosas son difíciles. Es un grave error del país porque eso espanta. El dominicano que vive allá está acostumbrado porque no tiene opción, pero al que va de aquí le choca más.

Nunca había tenido problemas para conseguir Bellas Artes, porque lo dirigía gente de teatro, que me conocía, como Franklin Domínguez y Rafael Villalona, pero cuando fui al teatro de Bellas Artes en 2005, la directora, Bernarda Jorge, me dijo que tenía que leer la obra, La Señorita Julia, que es un clásico. No sabía quién era yo. Es una burocracia que puede ser necesaria, pero tonta e injustificada. Tampoco nos dejaron registrar el nombre de la compañía, Teatro Estudio Internacional, por considerarlo muy genérico.

Te ponen las cosas difícil y no hay justificación para sufrir tantos sinsabores, porque si al menos fueras a hacer 10 veces lo que en Nueva York valdría la pena, pero resulta que ni la mitad. Ese tipo de cosas alejan un poco a los dominicanos que vivimos aquí.

¿Prefieres el teatro en español o en inglés?

El teatro en español es una pelea cuesta arriba, porque el latino que vive aquí viene a trabajar para volver a su país y no tiene la cultura teatral del americano. Nueva York es la capital del mundo en cuestiones de teatro y cuando aquí se hace cualquier cosa en inglés, traer público es muy fácil, porque la sala más grande que tenemos es de 130 butacas, que en verdad es pequeña.

En un teatro de Broadway, hay 1,200 ó 1,500 butacas y presentan ocho funciones a la semana, pero llenar un teatro de 55 butacas con gente que habla español es muy difícil. A pesar de que los latinos nos hemos impuesto en Nueva York como quizás ningún grupo de otro idioma que no es el dominante, siempre somos otro grupo y hay una limitación cuando se hace algo en español. El teatro es más difícil que otra actividad porque en nuestros países la gente no lo ve como una entretención, sino como algo elitista.

Estamos enfocándonos hacia el habla inglesa. También hay obras que nos llevan a eso, como "Sex on de Beach", que es sobre el turismo sexual en República Dominicana. Con esa obra quisimos que los americanos vieran esa parte que no se les dice, que se les oculta, o aunque se lo digan, siempre tiene un velo.

Con "Sex on the Beach" nos fue muy bien. Estuvo seis meses en cartelera y en el teatro hispano es muy difícil estar tanto tiempo. En repertorio español las obras duran uno o dos años, pero las ponen una o dos veces en la semana y tiene un repertorio que va girando.

¿Hay unión entre los actores dominicanos en Nueva York?

Estamos totalmente dispersos. Algunos pertenecemos a Hola, una organización de actores latinos. No hay una organización de actores dominicanos. Aquí hay actores profesionales y no profesionales, que no tienen entrenamiento ni trayectoria. El teatro hispano no está doominado por el dinero, como el americano, donde si te pagan un buen dinero eres un profesional, y si no, no eres profesional. En el hispano, cualquier persona monta una obra y si se anuncia el público va. Eso es malo para el público, porque ve una obra que no es profesional, por no tener un parámetro.

Los actores profesionales dominicanos en Nueva York somos muy pocos, no creo que lleguemos a 20 los que vivimos de esto. Hay algunos que están en el mundo americano, como Yuri Reyes, que trabaja en una serie, hay otros que también trabajan en televisión y no le dicen a nadie que son dominicanos. También está el caso de Zoé Saldaña, en el cine.

¿Qué opinas del teatro que se hace en República Dominicana?

No creo tener el conocimiento para contestar eso, porque no he visto tanto teatro allá. Te puedo decir lo que he visto, pero ha sido poco, trabajos de María Castillo, de Waddys Jáquez. El trabajo de Waddys es muy imaginativo, es algo que no se hacía allá. Tiene mucho talento para crear mucho con pocos elementos. Veo que allá se hace mucho teatro comercial, que no he ido a ver. Eso se hace hasta aquí.

Todo lo que se presenta en el Teatro Nacional es profesional, ahora, que no me gusten algunas cosas que se presentan, eso es cosa mía, pero hay un estándar, porque el Teatro no se lo dan a cualquiera.

¿Cuáles fueron tus pasos hasta llegar donde estás?

Nací en Santo Domingo, pero venía a Nueva York todos los veranos. Cuando cumplí 11 años mi familia y yo vinimos a quedarnos. Empecé a estudiar desde que vine, en la high school. Hice una licenciatura en teatro en The City University of New York (CUNY) y me gradué con honores. Luego me fui a Carolina del Sur a estudiar teatro, pero además, quería estudiar actuación, y fui a Denver, al Conservatorio Nacional de Teatro y ahí hice una maestría en actuación.

Actuaba antes de hacer la licenciatura y la maestría, en teatro en español, y luego que regresé de Denver empecé a actuar más fuertemente en inglés. Después, empecé a trabajar, todavía en español, con Miriam Colón, en el Teatro Rodante Puertorriqueño. Dirigí la unidad de entrenamiento actoral de ese teatro por siete años, después enseñé actuación y dicción en la CUNY, hasta que lo dejé para dedicarme a esta empresa.

¿Hay posibilidades de verte actuar en Santo Domingo?

He llevado obras, pero nunca he ido a actuar. Mi trabajo como actor no se conoce allá. El año pasado me invitaron al festival de teatro a presentar "Sex on the Beach", pero el plan se cayó. Actualmente es difícil que vaya a actuar a Santo Domingo, podría ir por una función, pero no por una temporada.

La compañía

Roy Arias Studios & theatres nació de nuestro intento de ir a Santo Domingo a hacer proyectos. Llevamos La Señorita Julia y Yerba Mala, una obra que estuvo nominada allá. Pero todo se complicó cuando fuimos al Teatro Nacional a buscar fecha, y a la temporada teatral.

Intentamos registrar el nombre y nos dijeron que no. Estuvimos allá tres meses y luego regresamos y, por coincidencia, nos ofrecieron este teatro, en mayo de 2005.

Mi socio, Stalin Urbano, vino de paseo y nos ofrecieron el teatro porque íbamos a hacer la lectura de una obra. Dijimos, vamos a cogerlo a ver qué pasa y a quedarnos con la compañía en Santo Domingo, pero todo estaba resultando muy tormentoso. Así que cogimos la sala y empezó a rentarse, luego, construimos otros espacios. Hoy tenemos una sala de 130 butacas, otra de 55 y otros espacios que se rentan para ensayos y fiestas. La compañía, entonces, se ha desviado un poquito.

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