Primera vez de Maroon 5 en República Dominicana
La banda californiana se paseó desde lo romántico a lo pop sin perder la atención de los presentes
Diario Libre
Santo Domingo. La furia del viento se acrecentó trepándose por cada poro de los que estaban apostados en el Estadio Olímpico, sintiéndose tras cada centímetro de tela acoplada al cuerpo. La noche descargaba adrenalina. Cargas hemostáticas iniciaron con algunos de los que se dejaban llevar con las mezclas del dj Richard Zspilman.
Después fue "Misery", la bandera de Maroon 5, el primer tema del repertorio. Una canción con intensidad para iniciar.
El magnetismo en escena de Adam Levine, líder de la banda, a pesar de esa cierta timidez que lleva escondida y que va dejando tras cada canción, cautivó al público con sus notas agudas.
Levine corría de una punta a otra del escenario, mostraba una mirada inquisidora, serpenteaba con su cuerpo que iba enrolado en unos jeans pegados, al mismo tiempo que con sus manos expresaba su intensidad y arqueaba una ceja de forma muy seductora.
Él levantaba el micrófono para animar a los presentes, saltaba, giraba, realizaba movimientos que lo convertían en objeto de deseo y cuasi una especie de ídolo para muchas.
Con un público eufórico y unos Maroon 5 impecables en sus interpretaciones, que eran clavadas a las de sus pocos álbumes, con algún que otro retoque, especialmente pensado para la ocasión, Levine agradecía entre canción y canción el apoyo de sus seguidores.
Muchos vocalistas no suelen dar la talla en directo, sin embargo, Adam Levine lo clava, demostrando que esos agudos de tenor e imposibles de sus discos salen de su garganta realmente y que puede regurgitarlos cuando quiera.
Adam puede lucirse con su guitarra, pero James Valentine, fulguró con un imponente instrumento, que dominaba a la perfección con unos riffs pegadizos y excelente ejecución en los solos.
El resto de los temas, llegaron uno tras otro, a cual mejor, apenas sin descanso. Una mezcla de canciones muy movidas y que llamaban a saltar frenéticamente al ritmo de la música, con otras más pausadas pero necesarias para no desfallecer allí mismo. "If I never see your face again", "Give a Little more", "Never gonna leave this bed", "She will be love", "Get back in my life", "Makes me wonder" y "This love", entre otras, llenaron la noche.
Levine mantuvo sus cuerdas vocales afinadas al máximo nivel hasta la última nota, demostrando que hoy por hoy es de los mejores 'frontman' en activo que se pueden encontrar. En algunos que otros momentos el público logró una verdadera simbiosis con el grupo, cuyos resultados fueron palpables desde el primero hasta el último suspiro.
Los conciertos de Maroon 5 están marcados por la presencia de sus éxitos. Jesse Carmichael (teclados), Mickey Madden (bajo), Matt Flynn (batería), James Valentine (guitarra) y Adam Levine, pasaron por República Dominicana bajo la producción local del empresario Pedro García, presidente de Skypro, y el auspicio de Brugal en el marco de Titanium Concert Party y Claro, no sólo por el éxito mundial de sus discos, sino por ser una banda multiganadora de premios y reconocimientos.
Después fue "Misery", la bandera de Maroon 5, el primer tema del repertorio. Una canción con intensidad para iniciar.
El magnetismo en escena de Adam Levine, líder de la banda, a pesar de esa cierta timidez que lleva escondida y que va dejando tras cada canción, cautivó al público con sus notas agudas.
Levine corría de una punta a otra del escenario, mostraba una mirada inquisidora, serpenteaba con su cuerpo que iba enrolado en unos jeans pegados, al mismo tiempo que con sus manos expresaba su intensidad y arqueaba una ceja de forma muy seductora.
Él levantaba el micrófono para animar a los presentes, saltaba, giraba, realizaba movimientos que lo convertían en objeto de deseo y cuasi una especie de ídolo para muchas.
Con un público eufórico y unos Maroon 5 impecables en sus interpretaciones, que eran clavadas a las de sus pocos álbumes, con algún que otro retoque, especialmente pensado para la ocasión, Levine agradecía entre canción y canción el apoyo de sus seguidores.
Muchos vocalistas no suelen dar la talla en directo, sin embargo, Adam Levine lo clava, demostrando que esos agudos de tenor e imposibles de sus discos salen de su garganta realmente y que puede regurgitarlos cuando quiera.
Adam puede lucirse con su guitarra, pero James Valentine, fulguró con un imponente instrumento, que dominaba a la perfección con unos riffs pegadizos y excelente ejecución en los solos.
El resto de los temas, llegaron uno tras otro, a cual mejor, apenas sin descanso. Una mezcla de canciones muy movidas y que llamaban a saltar frenéticamente al ritmo de la música, con otras más pausadas pero necesarias para no desfallecer allí mismo. "If I never see your face again", "Give a Little more", "Never gonna leave this bed", "She will be love", "Get back in my life", "Makes me wonder" y "This love", entre otras, llenaron la noche.
Levine mantuvo sus cuerdas vocales afinadas al máximo nivel hasta la última nota, demostrando que hoy por hoy es de los mejores 'frontman' en activo que se pueden encontrar. En algunos que otros momentos el público logró una verdadera simbiosis con el grupo, cuyos resultados fueron palpables desde el primero hasta el último suspiro.
Los conciertos de Maroon 5 están marcados por la presencia de sus éxitos. Jesse Carmichael (teclados), Mickey Madden (bajo), Matt Flynn (batería), James Valentine (guitarra) y Adam Levine, pasaron por República Dominicana bajo la producción local del empresario Pedro García, presidente de Skypro, y el auspicio de Brugal en el marco de Titanium Concert Party y Claro, no sólo por el éxito mundial de sus discos, sino por ser una banda multiganadora de premios y reconocimientos.
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