Céline Dion, una entre un millón
El documental `Yo soy Céline Dion´ muestra la resiliencia de la artista canadiense
En la oscarizada película `La vida de los otros´ (Florian Henckel von Donnersmarck, 2006) un alto oficial de la Stasi –la policía secreta de la desaparecida República Democrática Alemana-, se sorprende de la perspicacia de uno de sus alumnos más aventajados.
Según la tesis de este alumno, para tener controlada y sometida a la población, había que tener en cuenta lo que más anhelaban las personas.
Así, para controlar y autodisciplinar a un artista, no hacía falta recurrir a la tortura física ni a la psicológica, bastaba con amenazarle con no dejarle actuar ante su público, con no dejar que expresara sus sentimientos y su creatividad frente a los demás, con quitarle la energía que le producía la conexión con los espectadores de su disciplina artística.
Todo esto sirve para intentar comprender lo que supone para una artista que lo ha conseguido todo, que lo ha apostado todo a su carrera, verse imposibilitada para seguir cantando, para seguir actuando ante un público compuesto por millones de fans a lo largo y ancho del planeta.
La película documental `Yo soy Céline Dion´, disponible en Amazon Prime, repasa la trayectoria de esta excepcional artista, atravesada ahora por una enfermedad rara que lastra su voz y que la ha obligado a cancelar sus conciertos previstos en los últimos años.
Destinada al éxito
El propio nombre de la cantante, procede de una canción titulada "Céline", de Hugues Aufray, que le gustó a su madre y se inspiró en ella para llamar así a su hija.
Céline Dion es la pequeña de 14 hermanos, y creció rodeada por la música, a la que su familia daba una gran importancia. A menudo asistía, desde su más tierna infancia, a conciertos que daban sus padres y sus hermanos cerca de su casa en la provincia francófona de Quebec, Canadá.
En su propio hogar, a menudo sus hermanos utilizaban ollas, cacerolas y sartenes como instrumentos de percusión, y la más pequeña de todos ellos, se subía a la mesa de la cocina como escenario improvisado para actuar.
Aunque no todo era un camino de rosas, su madre en ocasiones tenía que recurrir a toda su creatividad para dar de cenar, con los pocos recursos que tenía en casa, a su numerosísima prole. Según cuenta ella misma en el reciente documental de Amazon Prime.
A los cinco años, su propio hermano la contrató para cantar en su boda. Aquella actuación la cambió, la inspiró. Según sus propias palabras: "Cuando empecé a sentir el amor y el calor del público, me dije, esto es lo que quiero hacer toda mi vida. Quiero ser cantante".
El descubridor de su talento
A partir de esa sensación, Céline Dion ya sólo quería cantar. Tan entusiasmada la veía su madre, que ella misma compuso una canción para su hija, que tenía por entonces doce años, titulada "It was only a dream".
Cuando consiguieron una audición para ella con René Angélil, productor musical de Quebec, cuenta la leyenda que éste rompió a llorar de la emoción.
René había descubierto el diamante que Céline tenía en su interior. Tan seguro estaba de este talento excepcional, que hipotecó su casa para financiar su primer disco. Fue publicado cuando la artista tenía trece años de edad, y René Angélil se convirtió en su manager.
Trece años más tarde, se casó con ella. Comenzaron su relación cuando Céline tenía 19 años, y se casaron cuando ella cumplió los 26.
En ese momento, él le doblaba la edad, tuvieron un poco de miedo en ver cómo llevarían sus seguidores la relación, pero fue aceptaba por la gran mayoría y se convirtieron incluso en un emblema de libertad.
René fue el gran amor de la cantante y concibieron tres hijos varones: el mayor, y diez años después dos gemelos. Desgraciadamente, René Angélil sufrió un cáncer de garganta y murió después de luchar durante años con la enfermedad. Céline se sigue considerando su mujer y tiene retratos suyos por toda la casa.
A la cumbre del éxito
La cantante, apoyada de forma profesional, personal y sentimental por su pareja y manager, ha conseguido todos los éxitos que anhelaba. Ya de pequeña, en una grabación que aparece en el documental, ella manifiesta que quiere ser una estrella mundial de la música.
Charles Alexander, crítico de la revista Time, manifestó que su voz "se deslizaba sin esfuerzo desde el susurro más profundo hasta las notas más altas, una dulce sirena que combina la fuerza con la gracia".
Su lista de éxitos daría para otro artículo, posee un Óscar a la Mejor Canción Original, a dúo con Peabo Bryson, por el tema de `La Bella y la Bestia´. Tiene una estrella en el paseo de la fama de Hollywood y otra en el de Canadá.
Es la artista canadiense y cantante francófona de mayor éxito de la historia, y posee cinco premios Grammy y siete Billboard Music Awards.
Ha recibido el galardón de la Legión de honor, máxima distinción del gobierno francés y es Doctora Honoris Causa en Música en las reconocidas Berklee College of Music de Boston y la Université Laval de Quebec.
Ha cosechado éxitos a lo largo y ancho del planeta. Sus canciones son auténticos himnos, como el tema principal "My heart will go on" de la película `Titanic´. Se calcula que tiene una fortuna personal de 250 millones de dólares y que ha vendido más de 100 millones de discos en toda su carrera.
Las divas también son humanas
Sin embargo, todo ese éxito deslumbrante y arrollador, no le ha ayudado a esquivar el sufrimiento. Hace años la quebequesa comenzó a notar problemas en su potente y magnífica voz, los médicos no sabían darle una respuesta.
Se sometía a dosis de valium (Diazepam), cada vez mayores para poder relajar los músculos de su cuerpo y seguir conservando la plasticidad de su voz.
No se sometió a todas las pruebas médicas que hubiera debido realizarse porque, en ese momento quería apoyar a su compañero de viaje de toda la vida, esposo y mánager, en su enfermedad.
Después del duro golpe de perder a su marido, los médicos dieron con el diagnóstico de Céline, una enfermedad rara, que ataca a una persona entre un millón. Ella es única, no podía tener una enfermedad normal.
Conocida como "Síndrome de la persona rígida", se trata de una enfermedad neurológica que ataca a la elasticidad de los músculos del cuerpo, volviéndolos rígidos. Esta afección no sólo le impide cantar, sino que ataca incluso a su cuerpo provocándole contracciones y espasmos.
La cantante, en un ejercicio de inmensa valentía, no se ha ocultado y ha querido mostrar al mundo su enfermedad, algo que aparece con toda su crudeza en el documental `Yo soy Céline Dion´.
Dirigido por Irene Taylor –nominada al Óscar (The Final Inch, 2009)- la artista le ha dado libertad total para grabar incluso los momentos más duros. "Yo soy Céline Dion, yo no me escondo", ha manifestado la cantante.