Raquel Arbaje y Raquel Peña eligen moda dominicana para recibir a los invitados internacionales
La primera dama y la vicepresidenta de la República Dominicana apostaron por dos grandes diseñadores dominicanos: Oscar de la Renta y Luis Domínguez
En la recepción celebrada anoche para agasajar a los invitados internacionales en la toma de posesión de Luis Abinader, no solo primaron la diplomacia y las relaciones internacionales, sino la elegancia de las damas que allí estuvieron presentes.
En especial la de la Primera Dama, Raquel Arbaje, y la vicepresidenta, Raquel Peña, que escogieron a dos diseñadores dominicanos para recibir a los jefes de Estado y/o Gobierno, primeras damas, casa reales, vicepresidentes de Estado, jefes de misiones especiales y delegaciones oficiales que asistirán hoy a la oficialización del primer mandatario dominicano.
Raquel Arbaje: fiel a Oscar de la Renta
Como ya nos tiene acostumbrados, Raquel Arbaje hizo gala de su elegancia acaparando todas las miradas con un vestido azul marino de la firma Oscar de la Renta de silueta atemporal con aplicaciones de lazo bordado con cristales sobre un escote de cuadro ilusión. Impecable.
La primera dama combinó su look con unos zapatos de salón negros y unas discretas joyas compuestas por aretes y pulsera de diamantes.
Raquel Peña: diseñador de cabecera
Como siempre, la vicepresidenta de la República Dominicana ha depositado su confianza en el estilismo de Reading Pantaleón y el diseño de Luis Domínguez, uno de sus creadores favoritos en sus principales actos oficiales. Una apuesta con la que nunca decepciona y siempre acierta.
Amamos este conjunto de pantalón de corte recto palazzo y blusón asimétrico de estilo poncho, creado en un exquisito tejido de crepé de seda 4 Ply en una tonalidad de color amarillo Narciso.
Raquel completó su estilismo con la piedra nacional, el Larimar, adornando este look con una sutil cinturilla bordada a mano en piedras originales talladas con más el más fino Larimar dominicano, piedra que también lució en sus aretes firmados por la joyera criolla Mónica Varela. No faltó su fiel medalla de la virgen.