La razón que podría haber detrás del traje gris del rey Felipe VI en la juramentación de Abinader
La elección de vestimenta del rey de España en la juramentación del presidente Abinader tendría una razón
La toma de posesión para la República Dominicana es un acto solemne en el que se suele ser muy estricto con el seguimiento al protocolo de vestimenta. De punta en blanco para todos, los hombres con corbata y calzado negro.
Este viernes llamó poderosamente la atención que uno de sus invitados de lujo, el rey de España Felipe VI sorprendiese con un traje gris, rompiendo el protocolo establecido.
¿Por qué acudió vestido con este color?
De acuerdo a los datos que ofreció el exviceministro de Relaciones Exteriores, Jatzel Román, una de las razones por las que el rey Felipe VI de España no fue vestido de blanco sería porque la regla en su país es utilizar ese color solo para fines religiosos, no para actos con fines políticos.
Otra de las razones que se barajan es que podría ser por temas de seguridad, para destacar del resto de invitados.
Sin embargo, el protocolo dominicano es muy claro, está establecido por decreto, y en este momento el rey no está asistiendo a un acto oficial en España, por lo que no se justificaría haber roto esta norma de vestimenta, a menos que haya sido previamente entre las partes.
Si tiramos de archivo vemos que don Felipe de Borbón solo vistió de beige en la toma de posesión de Danilo Medina en 2012, y en aquel entonces era Príncipe de Asturias.
Si echamos aún más la vista atrás, su progenitor, en aquel entonces Juan Carlos I, también lució de gris en la juramentación de Danilo Medina, cuatro años después, en 2016.
Una elegancia innata
Felipe de Borbón es una de las figuras mejor vestidas de la monarquía europea, aclamado por su elegancia y saber hacer a la hora de vestir, y para esta ocasión ha elegido un traje estilo Príncipe de Gales, que ya ha lucido en otras ocasiones.
Es un hombre sobrio, elegante y clásico, en cuyo guardarropa abundan los trajes azules y grises, y no suele arriesgar en sus estilismos.
Destaca por su impecable sastrería, generalmente a medida, con los largos de las mangas de chaqueta y camisa perfectamente acompasados, así como el nudo de la corbata o el bajo del pantalón; detalles que le permiten lucir siempre un traje de chaqueta elegante e impoluto.
Otras juramentaciones
De acuerdo a la página de la Embajada de la República Dominicana ante el Reino de España:
"Don Felipe, en su condición de príncipe de Asturias, tuvo la oportunidad de visitar Santo Domingo, en reiteradas ocasiones, encabezando misiones oficiales de representación del Reino de España en actos de traspaso de mando presidencial en la República Dominicana".
La primera ocasión fue el 16 de agosto de 1996, con motivo del acto de toma de posesión del presidente Leonel Fernández Reyna.
Posteriormente, estuvo presente en la toma de posesión del presidente Hipólito Mejía Domínguez, el 16 de agosto de 2000, así como en la tercera investidura del presidente Leonel Fernández, el 16 de agosto de 2008.
La última vez que don Felipe VI, como Príncipe de Asturias, estuvo en Santo Domingo fue en ocasión del acto de juramentación del primer período del presidente Danilo Medina Sánchez, el 16 de agosto de 2012, donde lo vimos con un traje en tono beige.
Protocolo por decreto
Fue el presidente Joaquín Balaguer, en 1973, quien, mediante un decreto, confirmó la tradición de que el traje sería blanco para las ceremonias celebradas durante los meses de verano y oscuro para los actos llevados a cabo en los meses de invierno.
- Es por esa razón que la toma de posesión, que siempre es el 16 de agosto, antes de que el verano concluya, es de blanco, y la rendición de cuentas, que se lleva a cabo el 27 de febrero, que corresponde al invierno, es con traje negro.
- Y es que el protocolo para la juramentación en República Dominicana establece que los hombres deben vestir con pantalón, chaqueta y camisa blanca, preferiblemente color hueso, corbata, zapatos y medias negras.
No se permite acompañar la vestimenta con detalles o prendas de otro color, para evitar desviar la atención del acto solemne.