"Identidad y magia" un aporte invaluable al estudio necesario sobre la cultura dominicana
Dagoberto Tejeda se adentra en una profunda indagación de las raíces y evolución cultural
SANTO DOMINGO. "Los indígenas de nosotros no conocieron, como creen algunos, la güira vegetal, ni el güiro de metal, y mucho menos los cueros", dice Dagoberto Tejeda en un momento del documental que acompaña su libro "Identidad y magia. Bailes Folklóricos de la República Dominicana", que acaba de aparecer publicado con el respaldo del Grupo Vicini.
Se trata de una obra de valor incalculable llamada a convertirse en una fuente de consultas para todo el que quiera seriamente adentrarse en las esencias de la cultura de esta media isla.
"Identidad y magia" es una obra monumental. El libro, de 300 páginas, en gran formato, tapas duras, impresión en offset y a full color, está profusamente ilustrado con fotografías, pinturas y dibujos relacionados con los temas que va abordando.
La edición es bilingüe (español-inglés) e incluye una Línea de Tiempo donde se encuentran los momentos más importantes del devenir histórico cultural dominicano. Dividido en cinco capítulos (Encuentro y Evolcuión del Folklore; Los Bailes Folklóricos Dominicanos, Sueños, Nostalgia e Identidad; Bailes que Apenas Sobreviven en Nuestros Tiempos; Los Bailes: Revalorización y Transformación; Los Instrumentos Musicales que Invocan a los Dioses y que Tocan el Alma), el estudio contiene además un Indice de Grupos Folklóricos, Semblanzas, un Indice de Imágenes y Bibliografía.
El documental
En el documental que acompaña su obra, Dagoberto Tejeda se refiere a los aportes hechos por los españoles, y los africanos a este "crisol de culturas" como lo llamara Don Fernando Ortiz.
"Con los africanos es que va a aparecer los tambores de cuero", afirma, no sin antes explicar que los africanos lógicamente no trajeron instrumentos, sino en sus mentes. "Ese intercambio entre los diferentes instrumentos va a hacer posible el surgimeinto de nuevas melodías, de nuevos bailes, y de nuevos elementos en términos sonoros y danzarios", en el Caribe.
Para el escritor y antropólogo Marcio Veloz Maggiolo, "el dominicano es uno de los pueblos más adictos al baile". El también investigador José Guerrero, es de la opinión que no se encuentra ningún período en la historia dominicana en que no se baile.
La bailarina y profesora Josefina Miniño afirma que "el dominicano es de los mejores bailadores de todas estas islas. El dominicano baila sus alegrías, sus penas, sus teristezas todas". Y no cabe duda.
Salta a la vista, sin embargo, el fenómeno que ha sido reportado en muchas ocasiones en las páginas de Diario Libre, que se da, al menos en los últimos diez años, y que está relacionado con el hecho de que las personas que asisten a conciertos públicos, donde se presentan las mejores orquestas de merengue, bachata o cualquier género, el público se queda embelezado ante la tarima... sin bailar.
Guerrero, manifiesta que "los pueblos bailan como caminan y cantan como hablan".
Por su parte Tejeda exclama que "el baile más hermoso en estos momentos en el país es el Son; es un baile artístico, un baile de parejas, donde jamás se sueltan las parejas". Y César Namnumm apunta que en el Son "aparentemente manda el varón, pero el paso lo marca siempre la mujer".
El tema de los distintos ritmos es tocado en el estudio de Dagoberto. Y además del merengue, la bachata y el son, se habla de los demás ritmos que han existido o sobreviven en República Dominicana, reconfirmados con sus danzas respectivas.
Son y bachataUna parte importante del documental está dedicado al son, y en el libro se aborda el tema y los distintos puntos de vista vigentes en el país, uno que defiende el cantante e investigador Fernando Casado, que afirma que el son no es cubano, sino dominicano, y otro representado por el propio Tejeda, Guerrero, Namnumm y otros, que difieren de ese punto de vista.
Víctor Víctor, afirma que la bachata es hija del bolero. "José Manuel Calderón y ese grupo de él lo que trataba de hacer como dice él era "bolerito de guitarra"