Fósil de pez aporta datos evolución nariz

Londres. El fósil de un pez hallado en la provincia china de Yunan aporta datos claves sobre la evolución de la nariz, al mostrar un estadio intermedio en la formación del apéndice nasal tal como lo conocemos, según un estudio publicado ayer en la revista "Nature".
Científicos del Instituto de Paleontología de Vertebrados y de Paleoantropología de la Universidad de Pekín encontraron un fósil del pez "Kenichthys campbelli", de 395 millones de años, y vieron que su "nariz" está a medio camino de la que presentan hoy en día los vertebrados terráqueos.
Actualmente, las especies más avanzadas, incluidos los humanos, tienen una nariz que se une a la garganta a través de conductos.
El primitivo pez tiene unos orificios nasales que se abren en mitad de sus dientes superiores, casi como si tuviera un paladar partido, dicen los investigadores Min Zhu y Per E. Ahlberg en la publicación semanal.
Según los científicos, este es el estadio intermedio que prueba que los conductos nasales internos de la actualidad se originaron en dos meros orificios nasales.
La mayoría de los peces modernos tiene cuatro orificios nasales externos, mientras que las criaturas terrestres tienen dos orificios externos que conectan con dos canales internos, denominados coanas, que son los que comunican el tracto respiratorio con el deglutorio.
El fósil del pez demuestra, pues, que esos coanas surgieron de un par de orificios nasales que, con el tiempo, se extendieron hasta la garganta a través de la boca, una teoría que hasta ahora disputaban algunos científicos.
"Este debate que ha durado cerca de un siglo parece haber llegado a su conclusión con estos nuevos datos", señala en "Nature" Phillipe Janvier, del Museo de Historia Natural de París.
Científicos del Instituto de Paleontología de Vertebrados y de Paleoantropología de la Universidad de Pekín encontraron un fósil del pez "Kenichthys campbelli", de 395 millones de años, y vieron que su "nariz" está a medio camino de la que presentan hoy en día los vertebrados terráqueos.
Actualmente, las especies más avanzadas, incluidos los humanos, tienen una nariz que se une a la garganta a través de conductos.
El primitivo pez tiene unos orificios nasales que se abren en mitad de sus dientes superiores, casi como si tuviera un paladar partido, dicen los investigadores Min Zhu y Per E. Ahlberg en la publicación semanal.
Según los científicos, este es el estadio intermedio que prueba que los conductos nasales internos de la actualidad se originaron en dos meros orificios nasales.
La mayoría de los peces modernos tiene cuatro orificios nasales externos, mientras que las criaturas terrestres tienen dos orificios externos que conectan con dos canales internos, denominados coanas, que son los que comunican el tracto respiratorio con el deglutorio.
El fósil del pez demuestra, pues, que esos coanas surgieron de un par de orificios nasales que, con el tiempo, se extendieron hasta la garganta a través de la boca, una teoría que hasta ahora disputaban algunos científicos.
"Este debate que ha durado cerca de un siglo parece haber llegado a su conclusión con estos nuevos datos", señala en "Nature" Phillipe Janvier, del Museo de Historia Natural de París.