El Alzheimer o la pérdida de la memoria

SANTO DOMINGO. El Alzheimer es una enfermedad sin distinción de raza, sexo y clase social, pero según estudios las mujeres y las personas con menor nivel educativo, son más proclives a padecerla.
De la misma manera en que crece la población a nivel mundial, así mismo aumenta el número de personas que padecen el mal de Alzheimer. Esta enfermedad es conocida por unos y a la vez ignorada por otros. Se le define como un trastorno crónico debilitante del cerebro y en términos sencillos es conocida como la "pérdida de la memoria".
En el país la Asociación Dominicana de Alzheimer es la institución que brinda apoyo a los enfermos de este mal y a sus familiares, es un organismo sin fines de lucro incorporado a las asociaciones benéficas mediante el decreto No. 184-95 y fundada el 29 de septiembre del año 1994 por iniciativa de la señora Mary de Guerra y la doctora Daysi Acosta.
Evelia Pagán, vice presidenta del organismo dijo que entre los principales objetivos que tienen, son crear un centro estatal para asistir a pacientes con escasos recursos y capacitar personas para cuidar a los enfermos, para lo que han creado un "banco de cuidadores".
"Hace catorce años, cuando comenzamos, nadie sabía lo que era el mal de Alzheimer, ni siquiera sabían pronunciar la palabra. Hoy en día somos el ente de referencia de los cuidadores certificados que han salido de nuestros cursos de entrenamiento. ", indicó Pagán.
El asesor científico de la entidad, doctor Dagoberto Güílamo, informó que en el país existen residencias geriátricas públicas y privadas, pero que de lo que se adolece es de una institución específica en casos de Alzheimer para personas de escasos recursos.
Según el médico, en el país hay alrededor de 15 mil a 20 mil personas afectadas de Alzheimer. Se estima que un 5% comienza a padecerla a los 65 años, entre un 25% y un 30% a los 80 años, y a los 90 años en adelante un 40% ó 50% de los habitantes les afecta algún grado de demencia tipo Alzheimer.
El cuadro se expone de manera progresiva, ya que a medida que avanza la enfermedad los pacientes presentan dificultades para caminar, tragar y olvidan comer; decayendo en una situación de bronconeumonía y postración, complicaciones que lo llevan hasta la cama.
"Los tratamientos que hay lo que hacen es enlentecer el deterioro de la enfermedad, no la frenan, sino que mantienen al individuo funcional por un período de tiempo un poco más largo. Esto tiene una importancia en el sentido de que el cuidador tiene menos trabajo", indicó Güílamo.
Informó que en la actualidad el Consejo Nacional de la Personas Envejecientes está tomando la dirección de las principales residencias geriátricas públicas y supervisando las privadas para desarrollar cursos de certificación para cuidadores.
En ese mismo orden la Asociación Dominicana de Alzheimer realizará el "Curso Taller para Cuidados de Alzheimer y Envejecientes", a celebrarse los días 1 y 2 de agosto en el Hotel Barceló Lina.
¿Qué causa esta enfermedad?
Las causasespecíficas o principales que originan el mal de Alzheimer no se han podido identificar, sin embargo una evaluación detallada es necesaria para descartar un probable diagnóstico de la enfermedad. Este incluye una completa historia clínica que contenga antecedentes personales y familiares, examen clínico y neurológico, investigación del estado mental y análisis de sangre, orina, electrocardiograma y radiografía de tórax.
A tiempo
El seguimiento a tiempo de los síntomas del paciente y de su conducta, así como electroencefalograma, tomografía computarizada de cráneo o resonancia cerebral magnética, ayudará al profesional a comprender mejor la enfermedad.
La sintomatología puede incluir: Deterioro en funciones de comprensión, denominación, fluencia y lecto-escritura.
Síntomas
Guardar objetos en lugares equivocados o comenzar a perderse en lugares o ambientes familiares, son de los primeros síntomas a tomar en cuenta.
Cuando la enfermedad progresa, el paciente se vuelve crecientemente confuso y desorientado.
Cambios en la personalidad y la conducta como agitación, depresión y paranoia.
Se pierden los hábitos en la higiene.
El raciocinio, el acertado juicio y el sentido común se afectan de manera progresiva.